Parte sin título 5

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[Narra Cristian]

Está mal, está mal, estuvo mal, Cristian, ¿Como lo vas a a volver a ver a los ojos? No, no lo voy a volver a ver, claro, nos encontramos por casualidad y él ni sabía quien era. Si, si sabía quien era, me dijo el nombre completo y la edad. Basta, Kichan, deja de maquinarte, no lo vas a volver a ver, y si lo ves, normal, como de costumbre, ni tu número tiene así que tranquilo.

Bien, ahora, el problema real. ¿Taxis? No hay, ¿Uber? Celular sin batería, ¿Ubicación? No se ni en que calle estoy, yo seguí a Dybala. Uh, la puta madre ¿Como hago? Bueno, voy a ver si me encuentro a alguien para que me guíe, mientras tanto, a hacer pasos de donde vinimos. Voy caminando, con miedo, por que si, yo puedo ser muy turro y lo que quieras, pero si viene un chorro armado, ¿Con que me defiendo? A esta gente no les importan las palabras, ni de donde sos, ni quien sos. A esta gente les importan tu guita y tu orto, nada más. Igualmente, ¿Que me preocupo? Si ves a alguien en la calle a las 3 de la mañana, con una remera de club ensangrentada, y el pómulo roto, por más arma de fuego que tengas, ¿Te animas a robarle? Yo no.

Uh, la puta, un borracho, ¿En que calle estoy, loco? Ahí hay una plaza llena de gente de calle. Uy, me van a re coger acá, amigo. La concha de la lora, ¿Porque te fuiste Cristian? Fue solo un beso. No, no fue solo un beso, te sentaste encima de él, mojándolo con tu cuerpo recién salido de la bañera, y más encima gemiste en sus labios, me doy vergüenza, seguro me tiene asco ahora. Pero, si el me dijo que me quede. Seguro fue por miedo a que me pase algo. ¿Porque se preocuparía por mí?

Se me acerca uno de los pibes que estaba sentado en la plaza, me quiero cruzar de calle pero ahí está el otro borracho. Se me está acercando más el pibe.

-Hola, ¿Como andas, hermoso? ¿Que haces por acá a estas horas tan solito?- dijo terminando de acercarse, yo me alejé un paso, sin responderle. Él me tocó el orto, yo sigo sin reaccionar. Acá pierdo mi virginidad anal.

-¡¡¡Eh!!! ¡No lo toques, wacho!- gritó Paulo corriendo a socorrerme. Me separó del linya y me aprisionó en un abrazo.- ¿Te hizo algo?- me susurró en el oído en el abrazo. Yo solo pude negar con la cabeza.- Vamos a mi casa, si no querés hablar del tema no hablamos. Todo normal, como antes.- volvió a susurrar para que nadie escuche, debido a las silenciosas calles de Córdoba. Y se separó del abrazo.

-Eh, gato, me lo deja' ahí al nene po'que te corto todo, eh.- dijo sacando una navaja.

-Sobre mi cadáver lo vas a tocar vos, linya.- dijo poniendome atrás suyo, protegiendome.

El otro río, y miró a su grupito conformado por 3 pibes más. Haciendo una seña con la cabeza para que vengan.

-Va a ser fácil pasar sobre tu cadáver. Muchachos hagan lo que saben.

-¿Que pasó? ¿No tenes huevos para un uno contra uno desarmado, papá?

-¿Y vo' no tené' huevo' pa' un cuatro contra do'?

-¿Dos? Él está re mal, pa. Hoy se hizo pija, ¿No le viste la cara?

-Nah, yo me fijé en su orto nomá'.

-Bueno, si lo querés, ganate su amor. Yo ya lo hice, chau.- dijo dándose vuelta y correr, agarrandome la mano, el turrito le rozó la espalda con la cuchilla mientras nos perseguía. Dybala, dio un par de vueltas más a algunas manzanas, para que el pibe se perdiese, y así lo hizo.

Llegamos a su casa , yo seguía con el corazón acelerado, nerviosos y agitado, por la adrenalina que acabo de pasar. Pero ya se me va a pasar.

Abrió la puerta y entramos. La cerró con llave y cerró Las persianas de Las ventanas.

¿Será posible...?/ Paulo Dybala & Cristian PavónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora