Capítulo 52 -El Titán Acorazado-

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-¿Ya lo tienes todo?- dijo Pieck subida al carromato mientras Galliard colocaba todo en la parte de atrás.

-Creo que está todo... Reiner traerá el resto...- dijo Porco mientras se apoyaba contra el carro, bebiendo de su cantimplora.

-Enserio que necesito descansar de todo esto...- dijo Pieck intentando acomodarse en el asiento de copiloto.

-Yo creo que no me pagan lo suficiente...- dijo Porco mirando al frente, haciendo que Pieck se riera.

-Si nos pagasen como es debido me iría a vivir lejos de Mare...

-Si no fuera porque no nos dejan...

-Ya pero... ¿y si nos dejasen?- dijo Pieck pensativa, mirando a Galliard de reojo.

-Creo que iría a vivir a esas tierras de donde vienen las hamburguesas... dicen que hay unas tierras geniales al oeste...- dijo Galliard con una leve sonrisa mientras Pieck miraba al horizonte.

-Yo probaría al sur... dicen que hay un país con buen clima y playas... y que la gente allí se pasa el día celebrando cosas o durmiendo.- dijo Pieck con una sonrisa, casi imaginándose en aquel lugar.

-¿Crees que después de esto podremos visitar esos lugares? Ya no queda gobierno que nos oprima como antes...- dijo Galliard mirando al cielo pensativo, tornando su mirada de vez en cuando a Pieck.

-Creo que tienes razón... podríamos visitarlos... pero no podemos dejar que sepan que somos erdianos...- dijo Pieck con una sonrisa maliciosa a un Porco que entendió a la perfección.

-No pienso volver a ser el puto señor Hunter...

Pieck entonces se echó a reír a carcajadas, agachándose para remover el pelo a Porco mientras este, rojo como un tomate, la mandaba parar.

Mia miraba desde la lejanía sentada contra la casa principal mientras comía una manzana, estando algo mejor que antes, a la vez que removía con la mirada los restos de los establos. Pudo ver entonces el cadáver del hombre que Reiner quiso interrogar a solas. Estaba con el culo en pompa y un extraño objeto incrustado en él. Apenas quedaban restos uniformes de este, pero supo que sufrió hasta el último momento...

De nuevo, por miedo a imaginarse que había hecho Reiner y vomitar en consecuencia, devolvió la mirada a Pieck y a Galliard. Estos estaban ya más tranquilos, pareciendo hablar entre ellos de manera bastante cercana, tal vez más de la cuenta. Sabía de la atracción de Pieck por el malhumorado de Galliard... y de la enorme atracción de Galliard por Pieck. Eran tal para cual... un hombre capaz de defender a la damisela en apuros que Pieck daba la impresión de ser... y una inteligente y calmada mujer que ayudaría al impulsivo de Porco a mantener la calma.

Era incluso bonito verlos así, tal y como estaba la situación... al borde del fin del mundo, ver algo como lo que eran ellos dos era algo increíble... Mia incluso podía notar como sus fuerzas se recuperaban, podía sentir que el mundo se salvaría... que ganarían y volverían a casa todos juntos... y vivir lo que les quedaba como lo que se habían convertido estos últimos dos meses tras el ataque a Mare... una familia.

Pero todo eso quedaba destruido cuando se enfrentaba a la cruda realidad... y no había nadie que representara la realidad mejor que Reiner. 

Siempre que necesitaba recordarse a si misma que eso era un sueño infantil miraba a Reiner. Era la viva imagen de la realidad... serio, roto, desconcertado... y violento. Había cambiado en cierto modo... ella conoció a un Reiner destrozado... consumido por el sentimiento de culpa que sentía por la muerte de sus tres compañeros y la derrota en Paradise... pero estaba claro que sentía remordimientos por más cosas.. y eso fue lo que los informes no contaron. Ahora, Reiner se había vuelto un hombre con objetivos muy claros... sabía lo que quería, esta vez sí que lo sabía... y estaba dispuesto a todo... dispuesto a destruir el mundo entero con tal de cumplir sus promesas... aquel cadáver del establo era la mejor prueba de ello.

Attack on Titan {Dualidad} -Reiner Braun-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora