Capítulo 56 -El hombre que quiero ser-

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Era de noche, la oscuridad había caído sobre el campamento que el ejercito marleyano había improvisado tras la última batalla que dio lugar en uno de los fuertes de Oriente Medio. Hubieron demasiadas bajas, los torreones se derrumbaron y más soldados de los que deberían quedaron atrapados por los escombros.

El que tras esa misma batalla fue nombrado Vice-comandante Braun, daba vueltas por el campamento buscando a una persona en concreto. Había visto la muerte de Huth, Philipp, Kahn y Lukas... y había sido duro.

Los tres últimos murieron al instante... sólo había que ver sus cadáveres... pero Huth... Huth había vivido hasta el último momento. Había hecho prometerle que cuidara de Mia... como si él pudiera cuidar tan siquiera de si mismo.

Intentó decirle que no... que no podía cuidar de ella... que todas las promesas que hizo fueron en vano... que Mia no podía tener aquel destino... que él era un inútil que no podía cumplir lo que se proponía...

Que Mia no podía ser otra promesa vacía.

No paraban de rondar en su mente esas palabras... quería alejarse de ella... pero el destino y las circunstancias le hacían ver que ahora Mia se había convertido en él... ahora estaba sola contra el mundo. Había perdido a todos sus amigos, había perdido al escuadrón que la acompañó toda su carrera militar... y ahora solo quedaba ella... con la culpa del que sobrevive...

Reiner la apartó de sus pensamientos lo antes que pudo, intentó hacerse ver a si mismo que la mejor forma de cumplir esa promesa era olvidarse de ella, que acabase esta guerra lo antes posible y se fuera a su casa... a vivir como una persona normal.

Una persona normal... ni siquiera sabía como se sentía eso...

Miró a su derecha y pudo ver a Galliard junto a Pieck y Zeke. Esos tres se pasaban el día juntos... eran como Annie, Bertholdt y él mismo. Varias veces pensó en que de haber sobrevivido ellos dos, los tres se pasearían por ahí juntos, separados de Pieck, Galliard y Zeke. Sólo uno podría comprender a los otros dos... después de todo lo que hicieron...

Sin embargo, había algo en aquel grupo... 

Los cafés de Zeke, el malhumor de Galliard, las inteligentes burlas de Pieck hacía los dos antes nombrados. Eran distintos... ellos estaban vivos... disfrutaban de su vida... cosa que Reiner habría sido incapaz de hacer... hubieran ganado o no...

Después de todo... abandonó su felicidad en aquella isla... la abandonó a ella... y a los cadetes de la 104... abandonó a aquel Reiner que siempre quiso ser.

Sumido en sus remordimientos como siempre, no pudo evitar toparse con una pequeña hoguera más alejada del resto, mirando directamente hacía las pequeñas llanuras que habían al este. Se acercó lentamente, temiéndose quien podría ser el que hubiera montado una hoguera tan alejada del resto... divisando gracias a la iluminación del fuego pequeñas marcas de gotas de agua en la tierra. No había llovido... así que había llorado bastante para dejar tal rastro...

Mia esta sentada sobre un tronco frente al fuego, tapada hasta el cuello por una manta que sacó de su mochila, mientras algunos mechones rubios le tapaban la cara. Una cara con los ojos completamente rojos de haber llorado, con una nariz del mismo color que estos y una piel con menos color del que debería... justo igual que sus labios. 

Casi pareciendo más un fantasma que una persona.

-¿Puedo sentarme?- dijo Reiner con cierta tranquilidad, todo debido a que él también era más un fantasma que una persona... mientras Mia tan si quiera le respondió. Este entonces, resoplando por la nariz, se sentó en el tronco a un metro y medio de Mia. -No soy el mejor dando consejos... tampoco el más indicado... pero no hagas como yo.

Attack on Titan {Dualidad} -Reiner Braun-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora