U N O

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Lali

Mí casa no es tan grande, ni tan WOW por así decirlo. Una casa bastante chica, y cómoda para mí, aunque extrañe a mí abuela se que siempre estará conmigo desde alguna parte. Mis padres, sé que están juntos y muy felices pero no me interesan, tienen su vida hecha, soy su única hija pero tampoco quisieron saber nada de mí, se todo esto por mí abuela aún recuerdo como me lo contó "necesitamos que cuides a Mariana, no podemos nosotros con ella. Tenemos mucho por vivir" aún con 24 y 26 años, nunca les importe, tampoco ellos a mí desde que fui creciendo del cuidado de mí abuela paterna. Hoy en día tengo a mis dos mejores amigas Eugenia y Candela, a Euge mí chinita linda la conozco más tiempo ya qué fuimos juntas a la primaria y luego en la secundaria también seguimos juntas y ahí conocimos a Cande mí flaca linda. Si mis amigas son hermosas, la única que está de novia es Candela con su amor de la secundaria Victorio D'Alessandro un gran amigo, que desde que supo que me quede sola nunca me dejó sola, junto a su amigo Agustín, uno de los más chetos de la secundaria. Siempre tan amoroso con Eugenia que hasta el día de hoy no le da bola. En fin dejemos el pasado atrás. Estoy yendo a la empresa más importante que hay en la gran ciudad de Buenos Aires, necesito conseguir un trabajo, según Agustín el jefe necesitaba una secretaria y qué ahí podría mostrar las letras que yo componía pero eso no era los que yo quería, quizás sí pero en un tiempo lejano.

—Hola buenos días, tenía una reunión con Juan Pedro La..—La recepcionista me interrumpió.

—Si, usted es?—dijo preguntando.

—Mariana Espósito—dije mirando como tocaba su computadora.

—Si, tiene una cita con él en 15 minutos. Puntual como a él le gusta, es el último piso—dijo sonriéndome, parece buena onda a lo que yo le sonreí y le agradecí.

Llegué a la empresa "Company Estudios" tranquila, pero subiendo al piso a la entrevista me daban muchos nervios. Me senté a esperar, y en dónde tendría que haber una secretaria no había nadie. Supongo que el señor estaría solo en el piso, ya que solo se ve una oficina.

—Bien, te llamo después Julia, un beso—dijo un joven muy lindo, saliendo de la oficina.

—Hola debes ser Mariana no?—dijo mirándome, asentí—Bien, pasa a mí oficina—lo seguí y me senté del otro lado del escritorio—Tienes suerte que no estoy atareado con tanto trabajo hoy, sino ni podría haberte dado esta entrevista—dijo mirando mí currículum vitae—No tienes hijos, tienes algún interés por la plata que te pagaré?

—No, no me interesa cuánto es los que me va a pagar, solo quiero tener un trabajo—dije tranquila, ya estaba tranquila.

—Bien, me dijo Agustín que eras muy buena también componiendo—dijo mirandome.

—Agustín y la..—dije callandome cuando lo vi reírse.

—Conozco a Agustín desde los 5, es terrible—dijo sonriendo—Si te interesa el puesto de secretaria, estás contratada. Pero también me gustaría leer eso lo que escribis—dijo mirando su computadora.

—Y cuando empezaría?—Pregunte con intriga.

—Empiezas mañana, a las ocho tienes que estar acá, antes que yo llegue. Ah y por favor, siempre espérame con un café cortado—dijo mirándome.

Era serio, tenía su carácter.

—Bien, sí perfecto-dije levantándome—Mañana estaré acá antes de las ocho—dije sonriendo—Muchisimas gracias, necesitaba el trabajo-dije tranquila.

OjaláDonde viven las historias. Descúbrelo ahora