Ojalá

V E N T I D O S

LALI

Me sorprendí tanto cuando ví a Peter en el medio del salón y todos con unas miradas sonrientes en mí, sentí curiosidad del porque él estaba ahí parado, porque justo todos me miraban a mí y estaban todos parados como si fuera una boda u otra cosa que una reunión simple de trabajo, ví a algunas primas de Peter no era normal que primas de él estén acá en una fiesta de empresarios, tampoco era normal ver a Gimena con Tomi, tampoco a Jimena mi prima por dios que hacía acá? Junto a Momo. No entendía nada, miré a Rochi quien me miró sonriendo. Mire al frente y ví por primera vez a Peter junto a un micrófono en sus manos.

-El amor sí existe, y lo encontré con vos, porque con vos es todo diferente y me gusta, con vos paso los mejores días, cuando estamos acostados pienso en lo feliz que me haces, tus besos, tus abrazos, todo me encanta de vos—dijo sonriendo—Contigo he llorado, contigo he sufrido, contigo me han pasado muchas cosas pero contigo siempre puedo sonreír por alguna razón no importa si todo esta mal, contigo todo se vuelve mejor—dijo sonriendo pero con una lágrima de felicidad, al igual que yo—Y se qué amores como el nuestro durara por toda la eternidad, tuvimos nuestros momentos, esos tres meses en los que estuviste en coma sentía que yo me estaba muriendo sin vos, cuando despertaste y no sabías quienes éramos la mayoría, me dolió sí, pero me dolió más que no me conocias a mí, me dolía muchísimo hasta que nos volvimos a reencontrar ahí si pude volver a enamorarte, pude volver a ser feliz cuando accediste a darme otra oportunidad, por eso mi amor hoy quiero compartir este día con toda esta gente que nos acompaña a pedirte que te cases conmigo—dijo y se arrodillé, me tape la cara.

—Deci que sí Laliiiii—dijo Eugenia, yo solo escuchaba los gritos de las personas que tenía a mi alrededor.

—Te digo sí hoy, mañana, pasado mañana y todos los días mi amor—dije sonriendo—Te amo—dije haciendo que se levanté y darle un beso.

Junto con lágrimas, sonrisas entre medio de besos y patadas de felicidad dentro de mi panza, nuestro hijo estaba feliz.

—Gracias por su presencia, se pueden retirar—dijo Peter hablando por micrófono a lo que todos rieron—Mentira disfruten de la noche—dijo riendo.

—Te amo mucho mucho mucho mucho—dije sonriendo.

—Tambien te amo—me dijo con una sonrisa.

En un momento me llamo que quería presentarme a alguien, ví como llamo a la mujer que estaba de espaldas y como para cagarme la noche estaba la española que había arruinado unas cuantas semanas mi relación.

Mi amor ella es Lucíla, la española la de la foto—dije él sonriendo como si nunca hubiera pasado nada.

—Mi amor, te parece traer a tu amante el día del compromiso?—Pregunte sería y despacio, en voz baja y entre dientes.

—Mi amor es mi amiga—dijo riendo—Ella me ayudó a organizar todo ésto y los anillos—dijo aún riéndose.

—Hola Lali, pues que decirles felicidades—dijo la tal Lucía sonriendo.

—Maria que tal? tanto tiempo—dijo Peter—Mi amor, María la novia de Lucia—dijo y yo solo me dediqué a mirarlo mal.

—Holaaa—dijo feliz la tal María—Felicidades, que hermosa eres personalmente—dijo María y le sonreí.

Me reí un rato más con ellas porque Peter me había abandonado, sigo sin creer que la española a quien me caía muy mal era lesbiana, nunca tuve relación con alguien que le guste una persona del mismo sexo. Luego pase por la mesa de mis amigas donde estaban todas y todos los chicos, incluso Mery con Mila, tan preciosa mi amor.

Estaba mirando a Peter con admiración igual que él a mí no se pero sentía como le brillaban sus ojitos, es el hombre que toda mujer sueña, derrite a todo el mundo con su encanto y su ternura pero a veces lo mata el ego que tiene. Siempre quiere ser él, y nadie más. Es lo más hermoso que me dió la vida, luego están Allegra y Brunito que aún falta poco tiempo para que salga de mi linda panza.

Comimos, reímos, bailamos y terminé agotada de estar todo el día levantada, creo que Peter me llevo a la cama por lo que ya es domingo y 10am temprano no tan tarde, miró a mí costado Peter debajo de mi barriga para no aplastarla, estamos en su casa juro que no recuerdo haber llegado, ni que hubiera tomado como una borracha furiosa, ni alcohol puedo tomar ya, me pongo triste quiero desayunar, tengo hambre. Saco la mano de Peter, voy al baño hago mis necesidades, me lavo los dientes, y salgo a la cocina a preparar algo.

—Buen día—dijo alguien detrás de mí, me asusté.

—Mierda, Nicolás que haces acá?—Pregunte.

—Eugenia y yo estábamos muy borrachos, Peter nos trajo con ustedes—dijo sentándose.

—Cafe?—Pregunte.

—Si por favor—dijo y le servi—Como la pasaste anoche?—Pregunto.

—Bien, me sorprendí muchísimo—sonrei—No lo esperaba.

—Y conociste a Lucía—dijo riendo.

—Porque nadie me lo dijo?—Pregunte riendo.

—Yo sabía que tenía a Lucía, pero nunca la reconocí en la foto—dijo riendo mientras le ponía mermelada a una tostada.

Paso el rato, reímos hasta que prepare café de nuevo para Peter que se nos unió a charlar de todo lo que pasó anoche y por supuesto temas de la empresa, acaso hasta un día domingo había que hablar de trabajo? No descansaban nunca estos hombres. Fui a despertar a Eugenia que roncaba y aparte ya estaba aburrida, la ví literalmente en bolas, estaba en ropa interior.

—Bueno bella durmiente ya es hora de despertar—dije riendo.

—Mierda Lali, que hago acá?—dijo abriendo los ojos.

—Te emborrachaste anoche, creo—dije riendo.

—Que feliz estamos che—dijo riendo.

—Muy feliz—dije sonriendo—Te traje ésto, póntelo y baja a tomar algo. Luego iremos a comer a lo de Rochi.

—Si mamá, gracias—dijo y salí de la habitación.

Despues de Eugenia "desayuné" porque ya eran las 12:30 del medio día, fuimos a lo de Rocío, que nos esperaba con un rico almuerzo, y digo rico porque era mi comida favorita y aparte estaba antojada y ella misma me había llamado para preguntarme si queríamos ir a almorzar y que quería. Me hizo lasagna, estaba riquísima, amaba las comida de Rochi porque siempre le salía todo rico, nada que ver conmigo.

—Iremos por Allegra, quieren algo?—Pregunto Peter.

—Con helado de dulce de leche nos conformsmos—dijo Eugenia.

—Mi amor?—Pregunto Peter.

—Helado de dulce de leche, Tramontana y lo que quieran ustedes—dije sonriendo y asistió dándome un beso.

Pasamos un rato charlando, llegaron Mery con Meme y Mila, reíamos de las cosas que nos contaba Eugenia de todo lo que había hecho en la noche anterior, eran puras carcajadas, me hacían bien al corazón tenerlos en este día tan triste, si lo sé disimular muy bien, hoy se hacen cuatro años de la perdida de mi abuela. Cuánto te extraño viejita, cuánto extraño llegar a casa y contarte sobre lo que me pasó en el día. No me di cuenta, y ví que se me caían algunas lágrimas, el embarazo me la complicaba.

—Mi amor, porqué lloras?—Pregunto Peter, tan rápido había vuelto?

—No importa—dije tranquila, sonreí.

No podía estar ni triste que ya me hacían reír de lo feliz que se me veía últimamente, el embarazo te cambian dicen, aparte de usar ropa más grande y demás. Te crece como mujer ser madre, eso es lo que yo siento. Y agradezco tanto a Peter por siempre estar a mi lado, por ser el hombre que siempre soñé.

—Te amo—dije mientras lo miraba, estaba con su celular.

—Yo te amo a tí mi amor—dijo sonriéndome.

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Pronto algo nuevo..