T R E C E

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PETER

Tuve una semana terrible, entrar al piso, saludar a Lali como si fuera una desconocida y solamente hablar de trabajo. No tenerla cerca me estaba matando e ignorarla me hacía mal. Se que si ella me hubiera contado sobre la pequeña y gran fiesta que le iba a hacer a mi hija lo iba a aceptar.. bueno mejor dicho le hubiera dicho que no, que solamente podríamos comer un asado como todos los años, claramente entiendo perfectamente que ella en los años anteriores no estuvo y hoy al ver a mi hija feliz, saltando de alegría por la fiesta que le había hecho Lali estaba feliz. Solamente la toque para una foto con Allegra, la noté triste, su voz no era la misma lo que me partió el alma, cuando le dije que la iba a llevar a su casa, me respondió que iba a ir con Eugenia y Nicolás, que necesitaba estar sola. Allegra por suerte se había ido con mi hermano y mi prima Jenny. Fui después de una hora a su casa, no podía estar más así, encontré todo apagado igual supuse que iba a estar ahí ya que Nico me aviso por un mensaje que la había dejado sana y salva.

La abrace por atrás ya que estaba de espalda. Y me acosté junto a ella.

—Sigo enojada—me dijo en un susurro.

—Perdón mi amor—Dije mirándola ya que me subí encima de ella.

Si, es una costumbre. No se como me aguanta.

—No, te dije—Dijo Lali y ahí me recosté en ella.

—Pero yo te amo—dije y ella me miro con sus ojitos brillando, la veía por la luz que entraba por la ventana.

—Solo me tocaste para abrazarme para las fotos de Allegra—dijo enojada.

—Cuando me vas a perdonar?—pregunté.

—No se—Dijo dandome la espalda.

—La voy a tener que remar—Pregunté dandole besos.

—Basta de besos, porque asi voy a dejar de estar enojarme—Dijo sería.

—Bueno gracias por el dato—Dije sonriendo.

La bese con todas mis ganas, con todo el amor que sentía por ella, ella me lo devolvió con todo su amor, no sé quedó atrás. De a poco nos fuimos desahiciendo de nuestras prendas, hicimos el amor porque nos amabamos como si fuera la ultima vez que nos vayamos a ver, y supe en ese momento que no quería volver a enojarme con ella, porque desde que se presentó en mi oficina no me la pude sacar más de la cabeza.

—Te amo mucho—dije sonriéndole.

—Yo también y mucho—Dijo sonriendo—Entonces te diste cuenta que no nos cuidamos?—Preguntó y yo solo sonreía acordándome de lo mismo.

—Ojala en dos meses vengas corriendo a decirme que vamos a tener un hijo, desde que estoy con vos quiero ser feliz y agrandar la familia—dije acariciándola—Te amo mi amor, y pase lo que pase te voy a acompañar y amarte en cada paso que demos y perdón—Dije eso, me besó y me quede dormido en sus brazos.

Al otro día me desperté y ella no estaba, se la escuchaba hablar con alguien. Me levante y busque en su placard un pantalón que había dejado acá. Fui a lavarme los dientes, vi la hora eran las diez de la mañana. Fui al living y no había nadie, fui a la cocina y ahí estaba mi novia con mi hija.

—Hola papá—dijo mi pequeña comiendo galletas de chocolates.

—Hola mi amor—dije sonriendo y le di un beso en su frente—Quien te trajo?

—Yo fui a buscarla, fui en tu auto—dijo Lali, ella nunca había usado mi camioneta.

—Buen día—dije dandole un beso a mi novia—Desde cuando usas mi camioneta?—Ella solo soltó una sonrisa.

OjaláDonde viven las historias. Descúbrelo ahora