Ojalá

C I N C O

Peter

Toda la semana pasó volando, no me quería imaginar cómo va a pasar el mes. En un mes tendría que estar comprando regalos para Navidad, amaba las fiestas navideñas, pero me faltaban mis dos ángeles, mis dos cables a tierra, los extrañaba. Papá me diría que ya es hora que busqué a alguien para que me acompañe en las buenas y en las malas, y mamá sería un poco dura de entender que ya es hora que busqué una mujer que esté conmigo. Día viernes, quedé con los chicos salir a comer junto con Allegra ya que la tía Julia no podía cuidarla ya que tenía reunión con sus amigas y el tío Alejó menos, pobre se la dejo a él y le hablaría de las guerras y Allegra se aburriría.

—Papá irá Lali?—Pregunto Allegra mientras la terminaba de cambiar.

—No—dije mirando como la había peinado—Que bonita princesa.

—Papá estoy muy mal peinada—dijo mirándose al espejo.

—Ten paciencia hija, no soy mujer, me cuesta todo esto—dije acomodandole un bulto en el pelo.

—Tía mery no viene?—Pregunto tocándose el pelo.

—No, no podia—dije peinandola de nuevo.

—Ahora está mejor Lanzani—dijo con brazos cruzados—Estoy lista—dijo guardando un peine en su pequeña cartera.

Llegamos al lugar de siempre, y si como no imaginarlo estaba Nicolás con Eugenia, cierto teníamos integrante nuevo en el grupo.

—Hola tía euge-dijo Allegra saludandola.

—Hola chiquita—dijo Eugenia saludándola—Hola Lanzani—Me saludo con una sonrisa.

—Vendrá Lali?—Pregunto Allegra.

—Si, acá estoy—dijo una voz atrás mío.

—Laliiii—dijo mí hija corriendo a abrazarla.

—No sabía que venías acompañado—dije mirando a Nicolás.

—Tú tienes tú responsabilidad? Pues ahora yo también—dijo sonriendo abrazando a Eugenia.

—Ahí viene cande—dijo euge mirando a la puerta.

—Menos mal que reservamos una mesa para 12—dijo Nicolás.

Y si, terminamos siendo doce como había dicho, llegaron Meme y Mery, Gastón, Agustín, Rochi, Daky y los otros dos no los conocía que los llamaron Cande y Victorio cuando me los presentaron.

—Puedes peinar de nuevo a Alle?—Pregunte a Lali que se había sentado a mí lado.

—Si, Alle trajiste tu peine—Pregunto Lali mirando a Alle.

Lali peino a Allegra, mientras todos hablaban yo era el único callado, estaba en mí mundo no le prestaba atención a nadie, solo miraba a mí hija que reía a carcajadas con Lali, la relación que tenían era increíble.

—Algún día podríamos hacer una pijamada, no papá?—Pregunto Allegra, ni sabía de qué hablaban.

—Pijamada?—pregunte confundido.