En todos los vecindarios hay siempre rencillas entre sus habitantes. Rencores, acusaciones, envidias que destruyen relaciones y crean enemigos. Eso es precisamente lo que les ocurrió a Lucero y Zavala, dos vecinas enfrentadas por el amor de un chico desde el instituto.
Ambas residían en un barrio familiar de lujo en el que cualquier excusa era buena para competir. Precisamente, ese año se celebraba un concurso en el que el premio se lo llevaba el vecino con mejor disfraz y mejor casa decorada.
Lucero contrató a una diseñadora que confeccionó un disfraz de vampiresa digno del escenario de cualquier película de terror. Por su parte, Zavala no se quedó atrás y eligió un disfraz de bruja que resultaba mucho más aterrador.
Tampoco escatimaron recursos en la decoración de sus casas. Iluminación, humo, telarañas, calabazas, esqueletos y todo tipo de monstruos adornaban las fachadas.
Comenzó el concurso de Halloween y como era de esperar, Lucero y Zavala quedaron finalistas. Zavala, conocedora de su belleza, decidió mostrar parte de sus encantos, cosa que agrado al jurado masculino, quien con sus votos, le dio el premio al mejor disfraz. Algo que indignó a Lcuero.
Después comenzó el segundo concurso y de nuevo, las casas mejor decoradas eran las de Lucero y Zavala.
Lucero dio comienzo al espectáculo: fuegos artificiales, luces y música. Una decoración impecable y su sorpresa final, la aparición estelar de más de 50 gatos negros dispuestos a acampar a sus anchas por todas las esquinas de la casa.
La gente quedó fascinada y Zavala también, pues no esperaba que su rival fuese a dar un festival de tan alto nivel. Decidió ir corriendo a casa a preparar todo pues el jurado la visitaría en menos de 10 minutos.
Había contratado bailarines y técnicos de sonido profesionales y cuando el jurado llegó, su casa, hasta el momento completamente a oscuras, empezó a adquirir luz. Una pantalla en cada una de las ventanas mostraba imágenes de asesinos. De los altavoces de salían gritos terroríficos que dejan entrever torturas, y poco a poco, la fachada se llenaba de sombras y salpicaduras de sangre.
Al ritmo de Thriller de Michael Jackson, el grupo de baile disfrazado de zombis apareció en el jardín que había sido decorado como un cementerio y comenzó a bailar de forma sincronizada.
La gente estaba disfrutando muchísimo y todo estaba saliendo según lo esperado. Mientras, Zavala permanecía escondida en la copa de un árbol de su jardín preparando el truco final. Debía aparecer volando a través de un complicado sistema que habían montado unos especialistas en escalada. Sus nervios estaban a flor de piel y eso provocó que Zavala tuviera un error mortal...
Fijó mal la cuerda y al soltarse del árbol para aparecer volando, la cuerda se enredó en su cuello y empezó a ahogarla. Pataleo e intentó gritar, pero la música y la oscuridad no ayudaron en esa lucha por su vida.
La gente estaba totalmente impresionada pensando que lo que ocurría en el árbol formaba parte del espectáculo. Aplaudían y reían mientras coreaban el nombre de Lucero. Ella murió asfixiada ante decenas de personas que no sabían lo que estaba ocurriendo.
No fue hasta el día siguiente cuando el marido de Lucero se dio cuenta de que la bruja que había ahorcada en su jardín, era su mujer.
Esta leyenda está inspirada en un caso supuesta mente real. Un hombre se suicidó ahorcado en su jardín y permaneció muerto muchas horas al ser confundido con la decoración típica de Halloween que en esas fechas adornaba las fachadas del vecindario.