El anima de las mercedes

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A principios del siglo XX, a pesar de que la capital se estaba modernizando con las construcciones de aceras, edificios bajos y el uso de automóviles, Caracas todavía era una ciudad pequeña, de pocos habitantes y con grandes haciendas cafetaleras. Para ese entonces, en el sitio ahora conocido como Las Mercedes (un lugar muy cosmopolita en la actualidad), existía una gran extensión de tierra perteneciente a la Hacienda de la cual la zona ha tomado ese nombre.

Se había corrido entonces el rumor de que, en las noches, cuando todas las luces de la casa principal de la hacienda estaban apagadas, un fantasma aparecía a cualquier persona que se aventurara sola a recorrer los oscuros caminos cercanos a la Hacienda Las Mercedes. La aparición se presentaba montando sobre un caballo blanco y obligaba a los aventureros de la noche a que lo acompañaran a los terrenos de la hacienda, hasta llegar a un lugar de terreno rocoso y lleno de arbustos.

Cuando llegaban al sitio escogido por el espanto, este señalaba un lugar en la tierra y, con una única frase, se dirigía a las asustadas víctimas diciendo "marque aquí", después de lo cual se veían forzadas a cavar y cavar hasta encontrar el objeto olvidado en ese terreno.

Cuál sería la sorpresa de los asustados al darse cuenta de que, cuando por fin chocaban con una superficie dura después de tanto cavar, se encontraron con que el fantasma les había llevado a desenterrar un tesoro, un baúl lleno de oro que les haría millonarios.

Justo cuando las personas encontraban el tesoro, el espanto desaparecía pidiendo que, a cambio del tesoro, los beneficiados mandarán a realizar una misa en su honor y, si no lo hacían, los volvería a atormentar.

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