Todos los niños tiene amigos imaginarios, algunos amigos son representaciones de otras personas, otros son criaturas extrañas y otros pueden representar un problema para los padres. Este es caso de Dany.
Dany era un chico retraído, con pocos amigos y que no lograba socializar de manera efectiva con otros niños. Los padres del pequeño siempre buscaban formas de hacer que el niño pudiera hacer nuevos amigos, lo llevaban a fiestas infantiles, clases de deporte y muchas actividades con otras personas.
Para la desgracia de los padres, nada funcionaba. El niño estaba destinado a estar solo. Hasta que, de un momento a otro, el pequeño consiguió un nuevo amigo. Los padres estaban felices por este nuevo amigo desconocido que no habían visto antes.
Con el tiempo, los padres descubrieron que el amigo de su hijo era imaginario, lo que fue una decepción para ellos. Los padres podían escuchar a su pequeño divertirse por las noches con su amigo imaginario, lo veían en el patio tratando de jugar con alguien que no existía, entre muchas otras cosas.
Para la sorpresa de los padres, todo cambio cuando Dany conoció a un nuevo amigo en la escuela. Un niño nuevo había llegado a la escuela y se había vuelto muy amigo de Dany, esto alegro mucho a los padres.
A pesar de estar felices por el nuevo amigo del niño, los padres podían oír a su hijo hablar con su amigo imaginario, no tanto como antes, y ahora en vez de jugar lo que hacían era pelear. Parecía que el amigo imaginario sentía celos del nuevo amigo de Dany.
Un día, Dany invito a su nuevo amigo a casa, en el mismo lugar donde vivía el amigo imaginario. Lo que el niño ni los padres se imaginaban, es que este amigo imaginario mostraría su peor cara, develando su identidad demoníaca y acabando con la vida del nuevo amigo de Dany en un segundo, para luego terminar con el resto de la familia.