CAPITULO XI

2.4K 78 0
                                    

¿Qué mierda? ¿Me acababa de llamar mercancía? Aun no trabajo con él y ya me siento lo suficiente humillada con sus palabras.

- No soy un producto, y no se a que te refieres con eso –dije seria. El soltó una risita- ¿Qué es tan gracioso? –fruncí el seño.

- ¿Empezaras desde hoy? –dijo ignorando mi pregunta.

- Pues, supongo que tengo que hablar con mi madre –agache la mirada.

En ese momento escuche mi teléfono desde mi bolso, hurgue rápidamente para encontrarlo. ¡Mi madre, mierda!

- Hola –susurre. Levantándome y saliendo de su oficina.

- ¿Hija, como estas? –contesto Sara.

- Bien –me limite a decir más.

- ¿Podemos comer juntas cariño? –pregunto Sara.

- Mamá, estoy en la mansión –conteste con un hilo de voz. Mi madre no dijo nada por unos segundos. Hasta que se decidió a decir algo.

- Voy a buscarte –dijo y colgó.

Maldije en voz baja, porque tenía que pasarme esto. Y más en estos momentos, intente contener mis lagrimas, pero cuando vi a mi madre caminar hacia mí para abrazarme fuertemente no pude mas, estalle en llanto. Mi madre pasaba su mano por mi espalda intentando calmarme, pero no podía parar. 

- Cálmate cariño –me susurro y alejo un poco de mí para verme a los ojos- ¿Qué es lo que paso?

- Me despidieron –chille. La mirada de mi madre cambio, se vio triste, preocupada.

- Y… ¿viniste a…? 

No podía responderle, siempre me sentí tan apenada de mi madre por tener este “trabajo” y ahora me encontraba yo aquí, buscando tener la misma oportunidad. No dije nada durante unos segundos, hasta que junte las fuerzas necesarias para confesárselo.

- Vine a buscar a… Justin… -dije mirando a la nada.

Sara comenzó a sollozar. ¿Por qué? 

- Yo no quiero que estés en esto cariño, no lo quiero para ti, no lo hagas –rogo.

- Mamá es lo único que puedo hacer, tendré el dinero necesario para poder pagar el trasplanté de papá…

- No cariño –chillo- yo puedo ayudarlos, pero no hagas esto…

Mas lagrimas comenzaron a caer por las mejillas de Sara. ¿Qué pasa? Ella lo hace, ¿Por qué no quería que yo lo hiciera?

- ¿Por qué? –pregunte.

- Esta vida no es como parece cariño, es una m… -Justin salió de su oficina, mi madre de inmediato se calló.

- ¿Pasa algo Sara? –Dijo casi matándola con la mirada- Ya sabes que tu hija también trabajara aquí –sonrió orgulloso.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

- ¿Te dejaron salir temprano? –pregunto Jonh curioso.

- Si, se los rogué –reí- Quería estar contigo, vamos a comer –dije tratando de calmarlo.

No le podía decir a mi padre que en verdad me habían corrido de mi trabajo y fui a hablar con Justin Bieber acerca de trabajar para él. Tendría que mentirle, no me gustaba ocultarle cosas a mi papá, pero no se qué haría si se enterará de esto, mi madre prometió no decirle nada si solo lo hacía por un tiempo. Pero aun así se molesto.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Más tarde me encontraba preparándome con un poco de ropa, hoy comenzaría una nueva etapa para mí. Me sentía nerviosa y asustada. Gracias a Dios mi padre creyó que me quedaría con Sara. Tome mi bolso y salí de mi habitación, busque a mi padre, ya estaba dormido. Suspire pesadamente pensando que podía estar mal. Cerré mis ojos con fuerza tratando de conseguir fuerza. Escuche un auto fuera de la casa, seguramente era Justin, quien había insistido en pasar por mí. Salí de la casa y subí a su auto, se veía radiante, como siempre. ¿Cómo es que siempre podía lucir tan bien? Me perdí en mis pensamientos mientras el conducía. Cuando por fin aparco el auto estábamos frente a un lujoso y enorme hotel.

- ¿Qué hacemos aquí? –pregunte confundida.

- Tú solo baja del auto –mando.

¡Joder! Tal vez aquí vería a mi primer “cliente”.

Entramos al gran hotel, todos ahí ya conocían a Justin. Así que con más razón nos facilitaron una habitación. Cuando entramos y vi lo enorme que era abrí los ojos como plato, tenía una vista increíble. 

- Recuerdas lo que te dije –dijo Justin cerrando con seguro y acercándose a mí con los ojos aun más oscuros.

- ¿Qué? –dije casi en susurro.

Estábamos a centímetros, su respiración entre cortada y mi corazón latiendo rápido.

- La mercancía nueva… la reviso personalmente –dijo y me tomo entre sus brazos, apretándome a su cuerpo.

"No estar a la altura"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora