CAPITULO XXV

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¿Era diferente? Yo no lo encontraba nada diferente.

- Pienso que es lo mismo… con todas…

- No, no es así. Yo jamás me acostaría mas de una vez con alguna chica de este lugar, pero contigo… podría hacerlo miles de veces más…

- No creo que fuese una buena idea…

Tenía que aceptar la realidad, si en algún momento yo me llegara a enamorar de el y que por lo visto no faltaba mucho. No creo que el quisiera estar con una chica como yo.

- Sera mejor que nos vayamos de aquí… -se adelanto a levantarse.

Esto era por lo que no quería seguir con esto, el no tenía ni idea que diablos quería. Mas bien, el solo buscaba placer momentáneo, solo eso.  

Comenzamos a colocarnos todas nuestras prendas nuevamente, a veces daba pequeñas miraditas, todo él era tan, hermoso. Lástima que solo era por fuera, ya que por dentro era una mierda, una roca sin sentimientos.

- Nos vamos –sonrió y me tomo de la mano cuando ambos terminamos.

- ¿A dónde? –pregunte confundida.

No pude contestar ya que su móvil comenzó a vibrar sobre su escritorio, lo alcanzo y contesto.

- Diga –su expresión cambio. Se torno un tanto seria. ¿Qué pasaba?

Salió de la oficina unos minutos, cuando regreso estaba totalmente cambiado. Se veía ¿triste? Su expresión me confundió aun más. Lucia pálido y sus ojos no miraban a ninguna dirección exacta.

- ¿Qué pasa Justin? –pregunte asustada.

El no respondió, solo se dejo caer sobre la silla que estaba al lado del escritorio y coloco sus manos sobre su cabeza. Podía escucharlo ¿llorando? No. Seguramente estaba confundiéndolo.

- Justin… -me puse en cuclillas para encontrar su rostro entre sus manos, y efectivamente, lucían brillantes y una lágrima caía por su mejilla- Justin ¿Qué mierda pasa? –exclame.

- Vete –grito.

- Pero Justin…

- Que te vayas –se levanto de la silla y se dio la vuelta.

Me sentí tan molesta y salí de su oficina sin hacerle otra pregunta, a fin de cuentas, que se vaya al carajo. Que el solucione sus problemas de la manera que más le plazca. Camine aun furiosa a la recamara de mi madre, y no salí de allí durante toda la noche.

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Me desperté por la mañana, Sara estaba al lado mío. ¿En qué momento llego? Me levante lentamente para no mover demasiado, se veía que mi madre estaba profundamente dormida. Saque mi móvil del bolso, eran las 7:30 de la mañana.  Salí de la habitación ya con mis cosas en las manos, justo a tiempo para poder llegar a casa, al mirar al fondo del corredor pude ver claramente a ¿Leah? Trate de esconderme en el marco de la puerta pero fue inútil.

- ¿___? –dijo a lo lejos- ¿Qué haces aquí? –camino hacia mí.

Mierda.

- Hola Leah –ambas chocamos nuestras mejillas- Pues… una amiga…

- Hola… -Justin apareció de la nada- ¿Se conocen?

- Si, ella es hija del hombre con el que mi madre ha salido ¿verdad ___?

- Si… -agache la mirada.

- Al parecer ustedes también se conocían cariño –hablo Leah y beso la mejilla de Justin.

- Ella solo es… una conocida amor –sonrió- Creo que es hora de irnos… Adiós ___.

Me despedí de Leah, se dieron la vuelta y de la mano caminaron al auto. El se apresuro a abrirle la puerta, allí me di cuenta de todo. Era verdad, yo solo era su puto juguete sexual, ya que en verdad tenía modales el muy imbécil, pero no con todos. Solo con la indicada podría ser. Aun así, yo solo era una conocida.

"No estar a la altura"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora