Killing Luthor

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Parte III.

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Mis ojos se pierden en la inmensidad del bosque, llevo días sin verle desde que la despedí aquella tarde y no ha vuelto como solía hacerlo cada noche a espiarme. En vez de eso, tengo a la vampira decrépita siguiendo hasta mi sombra dentro de esa casona.
Todo esto comienza a colmar mi paciencia y sé que el tiempo se agota.
Un ruido estruendoso llama mi atención y salto veloz entre los árboles para llegar al tejado y meterme en mi habitación sin ser captada.

Una vez dentro bajo a la primera planta y mi boca se abre al ver a una rubia extraña haciendo la limpieza con las cortinas bajas.

-¡Oh! ¿Usted debe ser miss Danvers?

Ella suelta con una voz más desagradable que la de Cat y se viene con su mano estirada en mi dirección.

-Disculpe a mi sobrina Eve, ella siempre desborda confianza y no ubica su lugar.

La voz de Cat sale del fondo del salón y la rubia se desinfla como un globo pinchado.

-Necesito que vayan al pueblo, debo enviar correo a Bucarest.

Me giro y veo la mandíbula tensa de la vieja vampira y sonrió para mis adentros. Será hoy cuando registre cada rincón de este lugar y halle finalmente el talismán.

Tras intentas excusarse, yo me salí con mi objetivo y las envié lejos por unas horas.

**

Vuelas los más que puedes tras caer la noche, Cat y Eve se quedaron con Lex, no entiendes porque te envío a ti tras todo lo que presenció aquella noche.
Pensaste que tu castigo sería alejarte de su plan, pero su orden fue clara. Así que
caes grácil sobre el jardín y te cuelas por la parte trasera de la casa. Echas un vistazo y usas la velocidad, pero no encuentras nada, todo se mantiene en un lúgubre silencio.
Subes sigilosa a la segunda planta y entras a la habitación de Kara, te quedas de piedra.
Lleva una extraña ropa puesta. Un conjunto negro adherido a la piel que resalta cada curva de su cuerpo, uno que ya conoces muy bien, de pensarlo una punzada se despierta en tu sexo. Ves su cuello también cubierto por esa rara tela y en su pecho izquierdo algo llama tu atención, un símbolo que jamás has visto.
Buenas noches miss Luthor. Ya la echaba de menos.

Ella te mira lascivamente y tú osadía sale volando por la ventana. Camina segura y lentamente hacía ti y te toma de los bíceps repentinamente, te lleva contra una de las paredes de su habitación y te devora con la mirada más azul que recuerdes haber visto.

Al carajo Lex y sus planes sin sentido, te dices cuando sientes su aliento chocando en tus labios.

La tomas y besas de la manera más obscena que puedes. Ella se retuerce y tu te liberas del agarre.

Eres tan deliciosa cómo recordaba Kara.
Oyes un gemido y sigues dejando patrones aleatorios con tu lengua. Ella posa una mano en tu trasero y lo aprieta. Eso de alguna manera te excita más.
La empujas a la cama, y con tus ojos depredadores sobre ella, comienzas a abrir aquella cremallera, un gemido escapa de tu boca cuando te das cuenta que no lleva ropa interior bajo aquel traje.
La recorres con tus ojos y te lames los labios en anticipación al festín que te darás de nuevo.
Y además hermosa.
Aquellas palabras de alguna manera le hacen bajar la guardia, han sido muchas horas viendo y disfrutando de esta mujer, desde la vigilancia fallida, hasta la maratonica sesión de sexo de hace seis días.
Los has contado con cada segundo incorporado, desde aquella noche nos ha vuelto a ser tu. Ella se ha ido impregnando en ti y eso qué estás segura que en tú vida cómo vampira, jamás esto te ha ocurrido.
Tomas sus muslos fuertes y definidos y te los llevas a la boca. Besas, succionas, te controlas para no morderla. No aún te recuerdas.
Bajas a su monte erizado y lo repasas con tu lengua como a un helado. Te enloquece el olor, es adictivo y exquisito.
La haces gritar de placer, tu misma experimentas en tu interior esa oleada de calor emanando entre tus piernas.
Sigues una y otra vez, el ruido de la humedad fluyendo a través de tu boca y sus piernas es grotesco, pero te encanta. Se ha convertido en algo favorito para ti. 
Le terminas de sacar ese extraño ropaje y con tus manos tallan su abdomen, y luego sus pechos.
Son firmes y perfectos. Todo en ella lo es.
No sabes en qué momento arrancó tu vestido, pero ahí estás otra vez bailando una danza vulgar y primitiva con esa rubia británica.
Ella te toma firme en la base de tus caderas y se acopla de tal manera que fusiona su intimidad con la tuya.
Vuelves a perder la razón antes la cantidad de estimulación que tu cuerpo recibe.
Ella se tiende sobre ti y ahora se pierde entre tus piernas. Ver sus cabellos esparcidos en tu vientre es una imagen que jamás olvidarás.
No sabes en que momento la levantas y vas a su boca. Pruebas la mezcla de fluidos, la deseas aún más.
Bajas por su precioso cuello y ahí te olvidas de todo. Tu cerebro se apaga y prevalece tu especie. La muerdes.
Ella no grita. No se inmuta. No hay sangre entrando en tus colmillos. No hay sangre te repites aturdida. Te apartas asustada y apenada. No querías hacerlo. No podías hacerlo, pero luego de dejarte llevar por la idílica sesión de sexo, has tirado al clan al sol.
¿Cómo?
Es lo primero que escapa de tu boca.
Ella esta agitada por el momento. Sus pupilas dilatadas te indican que el orgasmo la abandona poco a poco.
Te mordí y no pude.
Repites para ti, pero tus palabras toman formas en sus oídos.
Ella se ríe fuerte y niega con la cabeza.
Te levantas con cuidado.
Ella te observa.
Creíste que seduciendome ibas a poder asesinarme. Venias a beber mi sangre ¿o me ibas a convertir?
Olvidas que estas sin prenda de vestir alguna y solo piensas en huir. Usas tu velocidad para escapar pero ella te alcanza y te sujeta fácilmente contra la pared del pasillo.
¿Cuál era el plan Lena? Dímelo, merezco saberlo ¿No crees?

Supconeshot (Wattys 2019)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora