La Casa del lago

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Siempre creemos que el tiempo es lineal, que el orden va de pasado a presente y luego el futuro. Sin embargo, los tres tiempos están entrelazados y separados por una delgada conexión. Una que podría verse afectada si hubiera un fallo o una corrección.

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Veo a los chicos que están dispersos en el campus y yo solo me concentró en mi pequeño bloc de dibujos. Desde la distancia cada tanto observó a los diferentes grupos, a todos aquellos que están dentro de ese círculo. Uno en el que nunca estaré, ¿Por qué? Simple, soy la rara Kieran Thorul, la chica pálida y extraña de la clase.

Sinclair y Queen vengan aquí ahora mismo.

El grito del profesor me saca de mis garabatos y veo la escena de discusión frente a mi. Me levanto y cómo un fantasma desaparezco del lugar. Igual, no creo que me noten, para ellos soy invisible.
Hoy es un día de esos en los que no quiero si quiera estar en esté lugar.
Mis piernas toman vida y comienzo a correr con todas las fuerzas que el cuerpo me da.
Mala idea. Mis pulmones se cierran y siento la falta de aire, el acceso de tos me aturde y lo siguiente que sé, es que estoy en la hierba sin fuerzas.

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Su ataque ha sido más agudo de lo normal, ella no está usando su inhalador.

No, es un gasto innecesario.
Respondo a pesar de la dificultad que tengo. El doctor me mira con el entrecejo fruncido y mi tía me ve con un halo de tristeza en sus ojos. Pongo los míos en blanco ante eso. Si hay algo que odie más, es que sientan lastima por mi.

Kieran debiste decirme que te sentías mal.

Fue un episodio aislado tía.

No es así Kieran - él se levanta y alisa su bata blanca impoluta- creo que el aire de está ciudad la está afectando. Recomiendo por su asma, que se vaya a otro lugar donde respire aire puro.

Estoy en mitad de año doctor y no creo que mi tía tenga dinero para enviarme a otro lugar.

Ella suspira derrotada y camina al otro extremo de mi cuarto. El doctor Who la mira expectante.

Tengo una amiga en Ballenberg, quizás puedas quedarte allí un tiempo.

¡Por supuesto que no!

Temo Kieran que si no haces caso, podrías complicarte. Múnich es muy contaminante y tus pulmones están en su mínima capacidad. Sólo tienes dieciséis, si vas a un lugar con aire limpio, tus chances de mejorar son de un ochenta por ciento.

No quiero irme.

Te iras Kieran. Hablaré con ella de inmediato.

Mi tía sale decidida de la habitación y yo me tiendo en la cama derrotada.
Será por tu bien Kieran. Cuidate.

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Allí estamos tres días después de la visita del doctor Who, tengo una pequeña valija con ropa necesaria, una mochila de mano con frutas y sándwiches para el largo viaje en tren hasta ese lugar.
Te escribiré y así estaremos en contacto.
Me señala el pequeño smartphone y yo apenas asiento. Mi corazón late de prisa, esa sensación de abandono regresa a mi una vez más.
Giro a todos lados en busca de alguien, pero en seguida descarto esa tonta idea de mi cabeza. No tengo amigos en mi instituto, soy tan invisible que apuesto lo que sea a que ni notarán mi ausencia.
Y ahora ella también me deja, a merced de una extraña familia en un país totalmente diferente.
Me abraza y yo me mantengo rígida.
Vas a mejorar Kieran y yo misma te iré a buscar.
Cómo desearía que fuese verdad, que realmente me quisieras y no sólo fueras mi tutor legal por el dinero que el estado te da.
Pero esto es la realidad, yo soy sólo tú cheque cada fin de mes y por eso me has recibido en tú hogar todos estos años.
Adiós tía.

Supconeshot (Wattys 2019)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora