Su mirada se ensombreció un poco al ver la pareja feliz conversar tan animadamente a unos cuantos pasos suyos.
Ellos parecían tan ensimismados en su mundo feliz que no se daban cuenta de nada a su alrededor y eso estaba bien para ellos, para todos, menos para Jumin. Aquello no era porque odiara que su mejor amigo se haya ganado el corazón de aquella extraña y preciosa mujer, sino porque ese lugar debería estar ocupándolo él en ese instante. Era Jumin quien debería estar sonriendo complacido por cualquier cosa que digiera ella.
Bebiendo un trago profundo de su whisky, cerró los ojos y rememoró los días previos en que Mc se le acercaba por todo. La chica siempre encontraba una excusa para poder estar a su lado y eso sinceramente le gustaba. Era un amor distinto al de Elizabeth III y le encantaba recibirlo e incluso corresponderlo con halagos elegantes sumado a una coquetería directa.
Al mismo tiempo, fue viendo como su mejor amigo se apartaba más y más de su lado. V nunca fue un hombre de muchas palabras, de hecho su escrito era bastante malo, lo que hacía que cualquier tipo de conversación terminara en una plática que el mismo encontraba banal y descuidada, aun así Jumin no era tonto ¿Quién no se daría cuenta que las palabras de V en el chat eran más agradables cuando Mc entraba? Solo la chica era la ingenua que no comprendía a cabalidad los sentimientos del fotógrafo.
Haciendo el amago de una sonrisa, se dijo estúpido diez veces más por dejar ir a la chica que pudo ser el amor de su vida por el simple hecho de volver a ver sonreír a Jinhyun. Era el tonto más grande del mundo por no poder sentirse bien cuando su amigo se hundía aún más en su depresión y soledad.
De pronto, sin darse cuenta de cuando estuvo tan cerca, sintió un codazo en su brazo izquierdo haciendo que su mirada viera con desagrado a su acompañante. Fuera de cualquier sorpresa, se encontró con la figura del actor quien no poseía la expresión más amigable del mundo.
El siembre había realizado su cortejo sobre la nueva integrante sin tapujos, tal vez era por esa misma razón que el menor no lo podía aceptar como el resto. Su personalidad volátil e inmadura lo llevó a sentirse desplazado aun siendo considerado el ser "más bello del mundo" como le encantaba presumir diariamente en el chat de la RFA.
Llevó su vista nuevamente a la feliz pareja y soltó un suspiro. Nunca podría sentir odio por la suerte de su mejor amigo, el mismo actuó en su beneficio para ayudar a nutrir ese "amor" como si de un negocio se tratara.
Sin poder evitarlo, soltó una pequeña risa irónica por la palabra.
El amor no existía, ni lo haría nunca. Solo era una invención de la gente para no sentirse sola e inferior ¿prueba de ello? esos dos tortolos que estaban conversando como si se hubieran amado desde el primer momento en que se escribieron en el chat. No, ellos solo fueron una creación de la jugada de Jumin.
-¿Cómo puedes estar tan feliz? – La voz molesta y asqueada de su acompañante le trajo de vuelta al mundo – ella está ahí con el hombre que menos hablo. Con el que menos la amo
-no tengo porque responder esa pregunta – Sin dignarse a mirarlo. Volvió a beber de su whisky para desconectarse
-de todos. Estaba de acuerdo con su gusto extraño de preferirte... no me gustaba, pero lo aceptaba... aun así ¿V? ¿Realmente él es su tipo? – No podía evitar sentir rabia frente a todo esto. Sobre todo porque el empresario lo tomaba mejor de lo que hubiera esperado
-¿De verdad la llegaste a amar Zen? – Con un tono burlesco, miró a su compañero ladeando su cabeza para disfrutar cada minúsculo cambio en su expresión. El menor era tan ingenuo como tonto – la conociste solo por 11 días, eso no es amor. Eso es encaprichamiento.
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yo no creo en el amor
RomanceLuego de que ella escogiera quedarse con su mejor amigo y salvarlo de una muerte temprana, a Jumin no le queda nada mas que volver a su rutina aburrida esperando que nadie nuevo aparezca a afectarle nuevamente. No quería saber nada mas del amor, au...