Capítulo 4: El puñal oculto

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Los temores, las sospechas, la frialdad, la reserva,

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Los temores, las sospechas, la frialdad, la reserva,

el odio y la traición. Se esconden frecuentemente

bajo ese velo uniforme y pérfido de la cortesía.

Jean Jacques Rousseau

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A unos kilómetros de ahí, en una población llamada Saint Ganadles, ubicada hacia el poniente del condado, territorio propiedad de los lobos, se encontraba Lucian sentado en su estudio privado frente a una chimenea cálida. Disfrutaba relajadamente de la copa de vino en su mano.

Lucían no era el ser más afectivo, pero sí que era carismático, había logrado un imperio dominado por él y sus lobos.

Contribuían a la economía del condado y el dinero corría a manos llenas. El comercio y obviamente también el contrabando, les habían dejado una derrama importante que Lucian aprovechaba perfectamente, invirtiendo y cobrando por algo que servía tanto a la economía como a ellos mismos: Ganadería.

Los lobos criaban ganado.

No se escondían ni dependían de nadie para alimentarse. Reinaban del lado poniente como señores y Lucian ejercía completo control sobre sus bestias con casi perfecta disciplina.

¿Qué podían querer o necesitar?

Tal vez, lo que todos los seres naturales o sobrenaturales quieren siempre.

Poder.

Tocaron a su puerta suavemente y abrieron despacio.

— Mi señor, lo esperan en la sala común- — Le indicó uno de los mozos de la casa.

— Bajo en seguida. — Contestó casi sin fuerza.

Lucian era un hombre escueto. No era de muchas palabras pero eso sí, era muy apreciado por todos los de su raza. Su casa era más bien una hacienda de proporciones enormes, edificada sobre los simientes de piedra de una construcción anterior a esta, así como los muros exteriores. Aunque por dentro, las paredes estaban forradas de madera, la decoración era austera y un tanto campirana, completamente al gusto de Lucian pero conservando la elegancia que parecía traer en la sangre.

Ante los ojos de los humanos él era un terrateniente poderoso. Dueño de cientos y cientos de hectáreas en donde se dedicaban principalmente a la crianza de ganado, actividad que sustentaban sin ningún problema, ya que la crianza y venta de ganado es una actividad bastante lucrativa y por supuesto, también de alimento, pues les evitaba la necesidad de dedicarse a la caza furtiva.

Los hombres y mujeres de confianza lo aguardaban en la sala, Lucian descendió por la escalera con pasos pesados y un semblante añejo y cansado.

Abajo sus congéneres lo aguardaban con una mesa majestuosa. Mientras descendía se escucharon aplausos. Ese día precisamente, 11 de noviembre, Lucian cumplía un año más de existencia, así que se sentó en su lugar, por supuesto a la cabeza de la mesa, mientras los aplausos continuaban aún más fuertes.

Hielo y Pesadillas ♠ Libro 1 - YazzelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora