Epílogo

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Dos semanas después

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Dos semanas después...

Yazzel estaba sentada junto a un gran árbol en medio del jardín trasero de la mansión Demester, la llovizna de esa temporada podía ser molesta para muchos, pero para ella era una de las experiencias más satisfactorias de todas. Tenía entre sus manos el pequeño anillo que su padre le había regalado a ella y a Paola justo la noche anterior a su muerte. Cerró los ojos mientras sentía la caricia del suave viento en su rostro, entonces pudo sentir una pequeña lágrima rodando por su mejilla.

— ¿Lloras por mí? — Le dijo una voz suave cerca de su oído, ella sonrío y vio a Lexx en cuclillas frente a ella.

— ¿Cuándo llegaste? — Le preguntó con una sonrisa leve.

— Hace un par de segundos ¿Me extrañaste? — Le preguntó con una sonrisa mientras le daba un beso suave en los labios.

— Claro... ¿Cómo te sientes? —

— Raro, cansado de pronto y otras con demasiada energía, me duele la cabeza y todos los músculos, no tengo sueño, ni frío, ni calor, hambre o sed, es como...—

— ¿Cómo estar muerto? — Preguntó ella con tristeza en su voz.

— No lo sé, es una experiencia extraña. — Le contestó él, ella miraba hacia el horizonte sin verlo.

— Vas a experimentar cambios muy difíciles, el proceso es lento, como un mes más o menos, tus nuevas capacidades irán surgiendo en unos dos meses más, pero todo estará bien, lo prometo. — Finalizó devolviéndole la mirada.

— ¿Y Paola, ella cómo está? — Preguntó él, jugando con el pasto bajo sus piernas.

— Rara, igual que tú, solo que no sabemos lo que ella experimentará, el suero que Anna le inyectó inhibe el proceso de regeneración molecular, no sabemos cómo será. Hemos convertido humanos en vampiros, pero nunca vampiros en humanos, ella esta intentando organizar todo en su cabeza antes de que... bueno antes de que todas sus capacidades se vayan. —

— Y no pueden hacer nada para evitar que se convierta en humana. — Preguntó el chico

— Will hace todo lo posible, no lo sé, serán muy difíciles los próximos días, aunque me preocupa un poco algo que vio Sebastián en sus recuerdos, algo que incluso ella misma pasó por alto. —

— ¿Qué es? — Preguntó el chico mirándola con cierto aire de curiosidad.

— En... en algunas imágenes que Paola le mostró Sebastián, vio a uno de los nuestros de pie siendo testigo de cómo asesinaban a mi padre, solo que no lo conoce o al menos no lo ha visto entre nosotros. Me preocupa porque si eso es cierto significa que mi padre fue emboscado por su propia gente, lo peor es que Paola no encuentra esa imagen, así que es como estar en blanco, no tenemos nada. — Yazzel bajó la mirada y se quedó callada un largo momento disfrutando del fresco aroma de tulipanes que la brisa traía consigo hasta su rostro.

Hielo y Pesadillas ♠ Libro 1 - YazzelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora