Capítulo 12

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Evelen

Me levanté completamente desnuda de la cama para correr las ventanas y hacer que se despertara la chica con la que había dormido por segunda vez. No soportaba tenerla en mi cama por mucho tiempo, el calor que su cuerpo desprendía era insoportable en verano. Rodé las cortinas y enseguida sentí un quejido proveniente de ella. No pude evitar sonreír.

---Evi, no debiste hacer eso. Tenía un sueño demasiado bueno, tanto como levantarme contigo.

La chica se levantó y pude apreciar completamente su cuerpo curvilíneo, ahora comprendía porque me la había follado.

Se acercó a besarme y yo le correspondi, puse mis manos sobre su trasero e hice que subiera sus piernas en mis caderas. Nos besabamos con deseo. Después de todo, una segunda vez en el día no estaría mal.

---Evelen tu mamá te...

La chica se bajó asustada e intentó cubrirse con las manos fallidamente. Raúl nos recorría con la mirada, pero a mi no me molestaba ser observada.

---Deberías aprender a tocar, mi madre se molestaría mucho si sabe que me viste desnuda.

Raúl tragó en seco, podía oler su miedo desde donde estaba. Me acerqué a él y vi como temblaba. Coloqué mi manos sobre su cuello y me pegué a él, tanto que pude sentir como su cuerpo reaccionaba a mi desnudez. Me gustaba tener poder sobre las personas, el simple hecho que fuesen vulnerables, era mejor que cualquier droga que existiera en el planeta.

---¿Por qué no te nos unes?

El negó con la cabeza. Ni siquiera era capaz de decir algo y eso era significado de que todo funcionaba de maravilla. Me di la vuelta y fui hasta donde la chica para susurrarle algo y ella sonrió aceptando por completo mi propuesta.

Volví justo con Raúl y lo besé de una manera lasciva y lujuriosa que pronto él correspondió.

La cena estaba servida y la enorme tensión estaba presente. Raúl me dedicaba una sonrisa de vez en cuando. Y mi madre que no era estúpida empezaba a sospechar.

---¿Todo va bien?--- preguntó paranoica.

---Si, perfecto mamá.

Mi madre me miró no muy convencida. Sabía que clase de hija tenía. Más sin embargo no dijo nada y la cena transcurrió en normalidad.

Cuando mi madre subió a dormir, supe que era el momento perfecto para hablar con Raúl. Antes de que yo dijera una palabra él apretaba mis mejillas y me besaba con deseo.

---Nunca pensé que detrás de esa cara de ángel hubiera tanta pasión carnal---apretó mi pierna por encima de la ropa.

Lo aparte de una buena vez para que no hubieran mal entendidos. Él pareció confundido, pero yo pronto le aclararia todo.  Saqué mi teléfono y busqué el vídeo que había grabado Elena, sí ya sabía su nombre. Le di en reproducir y los gemidos de placer llenaron la sala.

Raúl observaba el vídeo horrorizado.

--¿Qué mierda?--- soltó molesto.

---Ahora estás bajo mi control, sé que a mi madre no le agradara tu deslealtad y te hará cosas peores que la muerte. Así que te propongo un trato, sólo porque tuvimos un buen sexo. ¿Qué tal si me ayudas a conseguir ese deseo para mi y no para mí mamá?

Raúl se me había quedado observando, yo leía a la perfección sus pensamientos, sin que lo notara en lo más mínimo.

Ella parecía humana ¿Pero realmente lo era?, ella se parecía mucho a Estela tanto físicamente como en sus poderes, pero Estela tenía más humanidad que ella. Había llegado a la conclusión que entre más cruces entre razas sobrenaturales, más se alejaban de lo humano. Evelen era tan poderosa que era una blasfemia contra el equilibrio sobrenatural.

Cenizas Azules (Libro #2 De Fuego Azul)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora