Rachel
Siento la sensación de ahogo luego de haber estado varios minutos bajo el agua, salgo a flote de la piscina volviendo a respirar. Sí fuera durado uno minutos mi cuerpo fuera fallecido y vuelto a la vida, en un círculo eterno irreversible. La muerte, era un regalo que no se me iba a otorgar. Aquella voz seguía atormentándome. en lo momentos más inoportunos, primero fue aquella vez que vi a Evelen gateando y la segunda en la inauguración del museo, había sido tan insistente que tuve que ir al baño tambaleante y acabar con los espejos.
Decidí salir del agua y secarme un poco para la cena, no podía demostrar mi mal estado. La única que lo sabía era Evelen, quien me aconsejaba explotar toda la oscuridad que había en mi ser, pero no era algo que quería hacer. No quería ser exactamente cono mi padre, llevada por la locura, encontraría la forma de erradicar aquél fantasma de la madre de Estela que me atormentaba y lo iba a lograr sola, iba a ir hasta la tumba de aquella mujer y acabaría con todo lo que quedara de ella. Por eso aceptaría la propuesta que me mandaba Evelen de ir hasta la tumba de su madre y enviar todo mi fuego azul extra a su cuerpo y luego destruirlo.
Cuando me secaba el cabello, Evelen apareció como un fantasma.
—¿Ya lo pensaste?— dijo desde la silla plástica.
—Sí, lo haré — solté la toalla—. Pero nadie puede enterarse de esto.
—Es una promesa.
—¿Qué ganas con todo esto?
Evelen pasó los dedos por su mentón.
—Paz.
Terminé de secarme y me fui hasta mi habitación para cambiarme y me encontré con Miller tirado en la cama, observándome, se colocó de pie y besó mi espalda, hice un movimiento arisco y él hizo una expresión de dolor.
—¿Está todo bien? — Miller hizo masajes en mi espalda —¿A dónde vas tan apurada?
Me coloqué la camiseta poniendo poco interés a sus preguntas y luego el pantalón ajustado para por último colocar mis zapatos y abrocharlos. No tenía ganas de dar muchas explicaciones de lo que iba a hacer. Sólo quería hacerlo y de una vez por todas acabar con esto.
—¿No piensas responderme?— dijo Miller esta vez en un tono molesto.
—Voy a correr, ¿contento?
Dejé ver la ira que llevaba retenida a causa de los tormentos inesperados con esa voz exigiendome cosas.
—No es para que te pongas así.
—Es que no tengo que pedirte permiso, soy una persona independiente, no eres mi padre — agarré un jarrón y lo lancé al suelo.
Miller se levantó y agarró mi mano, para luego apretar mis mejillas y mirarme con aquellos ojos de los que siempre había estado enamorada. Y nuestros labios se unieron en un beso necesitado que no teníamos después de tanto tiempo. Sus labios eran cálidos luego de tantos años de haberlos sentido fríos, la llama seguía viva, escasa pero viva y ahora estaba creciendo y me sentía ardiendo en ella.
...
—¿Por qué demoraste tanto?— hizo una reclamación.
—Estaba... Arreglándome. Ya sabes las mujeres llevamos tiempo en el maquillaje, el peinado y la ropa.
Evelen me recorrió con la mirada y señaló mi cabeza, dándome de frente con un espejo que mostraba mi cabello desordenado y mi cara sudorosa, lo arreglé rápido y limpie el sudor de la frente.
—Soy joven, pero no estúpida. Estabas follando con Miller — dijo molesta.
Aquella actitud me pareció irritante y quise decir algún comentario amenazador sobre entrometerse en nuestra relación y los felices que éramos ahora, pero sabía que sólo ella podía hacer que no hubiera ni un rastro de lo que quedaba de la madre de Estela. Y eso no era sólo un bien para mi y los que me rodeaban, sino un bien para todos.
—No importa lo que haya hecho, hagamos lo necesario para acabar esto— me levanté la manga y mostré las venas marcadas coloreadas de azul.
Evelen formó una bomba con el chicle y luego volvió a masticar el chicle, sin prestarle mucha atención a lo que íbamos a hacer. Agarró mi mano y un cerrar de ojos estábamos en el cementerio donde habían sido llevadas las cenizas de la madre de Estela y esparcidas en aquél suelo, cenizas perdidas en la arena negra.
Evelen hizo aparecer un libro gordo junto con un colgante de cristal muy conocido en su familia, recitando palabras en un idioma que no lograba interpretar para luego colocarme el collar. La sensación de que me succionaran fue casi inmediata, sentía que escaseaba el aire como si fuera absorbida por una gigante aspiradora y mi cuerpo luchara por quedarse. Caí de rodillas en la arena con la cabeza q punto de explotar hasta que ella retiró el collar que antes era transparente ahora era azul índigo. Evelen lo tomó entre sus manos y volvió a recitar los conjuros para enterrar este collar en la arena. La observaba detenidamente desconfiando de que si fuera retirado todo el fuego extra de mí.
Luego de un par de minutos ella estaba sacudiendo sus apretados vaqueros y caminando a un paso apresurado.
—Espérate, no soy una vampiro como tú — dije casi ahogándome.
Evelen se detuvo para que pudiera alcanzarla y luego montanos en el auto para conducir de vuelta a casa. Sin que nadie supiera de lo sucedido.
A la entrada de la gran casa estaba Estela con una compañía que no imaginaría haber visto, Raúl, el hombre que ella no había perdonado su falta.
Evelen corrió a loa brazos de Estela y esta la abrazó con cariño, apreté la boca en un gesto de molestia al ver la ingenuidad de Estela frente al demonio que rodeaba con sus brazos.
—Muy extraño, ¿no crees?— dijo Miller a mis espaldas poniéndome de nervios.
—Me asustaste— dije sobresaltada.— Y si es muy extraño que Estela esté con Raúl, Dios quiera que se reconcilien.
—Eso no es lo tan extraño, sino esa salida con Evelen— apartó un cabello de mi frente y me miró finamente a los ojos.
Aquella mirada delataba que sospechaba algo.
—No para nada— fingí no darle relevancia.
—Bueno lo digo como nunca se han llevado bien.
Aparté la mirada y miré al par de enamorados que estaban incómodos ante la presencia del otro.
—Las cosas cambian, Miller— jugué con el anillo de bodas.
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Cenizas Azules (Libro #2 De Fuego Azul)
خيال (فانتازيا)Después del fuego vienen las cenizas... Miller y Rachel terminaron juntos, ¿pero realmente son felices?, su amor se ha visto a prueba varias veces y no ha desfallecido pero en particular una nueva inquilina en la mansión de Rachel pondrá en aprietos...