Cenizas Azules (Libro #2 De Fuego Azul)

Capítulo 10

Alerta: Contenido Explícito. +16

Evelen

Tenía dos virtudes: La resistencia al alcohol y la capacidad de mantenerme despierta por más tiempo de lo normal y también tenía dos defectos: Mi enorme susceptibilidad a las tentaciones y la impulsividad. Las últimas eran las causantes de que estuviera en el baño besandome con lujuria a la chica de cabello rizado, mientras acariciaba su pierna. Sí, me gustaba la chica pero no para Christian sino para mí. Subí mi mano hasta sus bragas y empecé a acariciar su sexo humedecido. La chica gemía y yo seguía más y más. Hasta que ella apartó mi mano y se bajó por completo las bragas y se subió el vestido dejando expuesta toda su belleza. Me apache ante ella y terminé de quitarle el vestido para alcanzar sus pechos y manosearlos. Ella estaba demasiado excitada y metió mi mano en mí pantalón, proporcionandome el placer que hace mucho no tenía.

-Quitate tu la ropa también - me dijo siguiendo metiendo su mano.

Me alcé la camisa y me quite el sujetador para darle paso a su boca que chupaba mi pezón con deseo.

-Así las quería encontrar.

Me sobresalte y la chica se intentó fallidamente tapar con sus manos. Christian nos miraba con lascivia y morbosidad, tenía un hermoso paisaje erotico ante sus ojos.

-Arruinaste mi entretenimiento imbécil, aún no había terminado- me terminé de quitar la ropa y me lancé sobre la chica.

-Él nos está viendo - dijo la chica nerviosa.

-¿Y?-

Bajé hasta su sexo y empecé a chuparlo. Ella se arqueó y jadeo de placer. Luego estiró su mano hasta mi cuello haciendo que me acercara más. Un peso apareció en mi espalda y un roce en mi trasero, me alertaron de que él se había unido. Me aparté de ella y lo lancé contra las pared del baño y lo comencé a besar.

-No comparto juguetes cariño- terminé de besarlo y fui de nuevo hasta la chica.

Agarré su mano y la hice darme placer, ella lo hizo y también puso su boca de nuevo en mis pechos. Cuando sentí que estaba llegando al clímax, fui hasta Christian y besé su cuello, montándome en sus piernas siendo sostenida en sus brazos y luego siendo penetrada. Él embestía con rapidez hasta que ambos llegamos al orgasmo.
...

-No es justo que tú te la hayas follado y yo no- hizo un puchero.

-Puede ser, pero me follaste a mi y yo soy mucho mejor. La chica me proporcionó placer pero he tenido mejores sexos con mujeres.

-¿O ahora estás interesada en tener sexo con esa chica cabello negro?- alcanzó mi oreja con su boca y la mordió -. Todo fue muy rápido me quedé con ganas de más.

Le di un empujón haciendo que cayera de la silla.

-Ahora no tengo ganas y no lo vuelvas a sugerir - me levanté y tiré los billetes sobre la barra.

Miré mi reloj y eran las 2 de la mañana, casi todos dormían era mi momento perfecto para entrar a hurtadillas en la biblioteca. Un viejo guardia dormía no muy lejos de la biblioteca, hice lo más posible para ser silenciosa y entrar a la biblioteca sin ser vista.

Había una variedad de libros inimaginable. Odiaba este encargo, era muy difícil saber cuál era el libro indicado. Sí tan sólo pudiera usar un poco de magia y ocultarla del radar. Recordé aquél collar de cristal que llevaba en el cuello, desde luego era un aislante y ocultaba magia. Sólo tenía que tomarlo entre mis manos y recitar justo aquél hechizo localizador. Susurré las palabras que había aprendido de memoria y varios libros de leyendas de fuegos azules aparecieron. Tomé asiento, tomaría tiempo leerlos, por suerte era rápida leyendo, las páginas pasaban veloces mientras daba una lectura rápida. Logré acabar 10 de ese modo en menos del tiempo prudencial para unos libros gordos. Más sin embargo me faltaban como 50. Me veía en la necesidad de usar magia. Empecé a cantar en armenio, en susurro como sí los libros tuvieran oídos para escucharme.