•TREINTA Y CINCO•

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[Sábado 8:00 A.M.]

Louis abrió los ojos lentamente, no recordaba el momento en que se había quedado dormido, pero le alegraba sentir el cuerpo del mayor al costado del suyo.

Una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro, admiró el rostro completamente relajado de su novio y depositó un dulce beso en su mejilla.

Sentía su rostro hinchado, seguramente por la manera en que había llorado. Se incorporó sintiendo algo de tensión en sus hombros, necesitaba una merecida ducha ¿Le molestaría a Harry? Quizás no si le llevaba el desayuno después.

Depósito otro beso, esta vez en ambas mejillas y se levantó de la cama. Caminó arrastrando los pies por la crujiente madera hasta llegar al frío mosaico del baño. Se deshizo de todas sus prendas y entró a la regadera, abriendo los grifos para regular la temperatura.

Cuando el agua estuvo en su punto perfecto, Louis dió un paso adelante para que esta cayera por todo su cuerpo. Una relajante sensación recorrió su piel, paseando sus manos por todo su cuerpo.

Había pasado un largo tiempo desde la última vez que había tenido contacto íntimo con Harry, comenzaba a inquietarse y a sentirse sensible con leves caricias en su miembro, pues tan solo había pasado su mano un par de veces y este comenzaba a ponerse ligeramente duro.

Cerró los ojos con fuerza al sentir un escalofrío y un calor en su rostro... Estaba excitado.

Una mano se paseaba por sus muslos mientras la otra jugaba con uno de sus pezones. No quería tocarse, no él solo, necesitaba a Harry para hacerlo, simplemente no podía hacerlo solo.

Giró del grifo para enfriar el agua, el calor disminuía poco a poco su problema, la situacion comenzaba a tomar calma, hasta que escuchó como se abría la puerta.

Abrió los ojos sobresaltado, miró por el vidrio empañado de la puerta corrediza, Harry estaba bajando sus pantalones. El castaño pensó por un momento que sólo iba a orinar, pero aquellas ideas se difuminaron cuando el oji-verde se deshizo completamente de su ropa.

La puerta corrediza se abrió, un Harry sonriente entró y se posicionó dulcemente detrás del castaño para abrazarlo sin ninguna intención pervertida.

—Lou... El agua está helada—. Comentó con un gesto.

Estiró su mano para cambiar la temperatura. Louis tragó difícilmente, claramente el acto de Harry no tenía nada sexual, sin embargo ahora no podía pensar de otra manera, estaba muy sensible y el rizado solo empeoraba la situacion.

—Ha-Harry... N-No...

—¿Qué pasa Lou? ¿Te incomoda que tomemos una ducha juntos?

—N-No... No e-es eso... Es... E-Es...

—Vamos, ya he visto tu cuerpo desnudo y nada podría encantarme más...

Las manos de Harry acariciaban su estómago, rozando su pecho y pelvis. Louis comenzaba a perder la cordura, pues su miembro comenzaba a levantarse.

—Y-Yo lo sé... ¡Ah!—. Gimió.

Harry frunció el ceño, soltó una pequeña risa al darse cuenta que algo se removia entre las piernas de su chico.

—¿Qué es lo que pasa Lou?—. Preguntó, fingiendo desentendimiento.

El oji-azul cerró sus ojos con fuerza al sentir una mano de Harry subir a su pezón.

—N-No... Harry... No ha-hagas eso—. Advirtió en un susurro.

—¿Qué? Sabes que me gustan estos lindos botones.

•Viviendo con el Profesor• |Larry Stylinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora