•Viviendo con el Profesor• |Larry Stylinson|

•VEINTIUNO•

[2:30 PM]

Louis pasaba el tenedor por su plato, empujando la carne jugosa que se encontraba ahí, sin embrago el castaño no tenía interés en probar aquél platillo pues estaba más concentrado tratando de pensar si sería buena idea sacar el tema del noviazgo con Harry.

Harry estaba decidido a ignorar a Louis, no pensaba pedirle disculpa alguna cuando realmente no había hecho algo malo. Lo miraba de reojo y podía observar que no tenía ninguna intención de comer la deliciosa carne que había hecho especialmente para él.

El menor no podía más, la duda en su cabeza crecía, necesitaba aclarar de una vez por todas si sólo sería una "aventura" o si realmente deseaban tener algo juntos, pues por su parte, el anhelaba estar en una relación con el rizado, anhelaba poder acurrucarse sin ninguna preocupación, hacerle tiernas caricias y mimos y principalmente llamarlo con tanto cariño.

—¿Cuando vas a pedirme que sea tu novio?—. Preguntó sin rodeos.

Él mismo se sorprendió ante la inesperada pregunta, alzó la mirada sonrojado topandose con el mayor completamente sorprendido.

—¿Q-Qué?

—Ya escuchaste—. Susurró desviando su mirada al suelo.

Harry sonrió, quería gritar como nunca, la emoción que sentía en ese momento era irremplazable, creía que aquél castaño jamás sacaría el tema.

—¿Por qué no lo haces tú?—. Preguntó en su defensa.

El menor mordió su labio completamente ruborizado, después de todo tenía razón.

—Y-Yo...

Levantó la mirada cuando escuchó el chillido de la silla en el suelo al ser arrastrada, indicando que Harry se había levantado. Hizo un puchero al ver que el rizado caminaba a su habitación... ¿Había arruinado todo?

Bufó y se levantó, tomó sus trastos y los llevó a la cocina dejándolos en el lavabo, pues era el turno de Harry de lavarlos.

Caminó a su habitación con la cabeza gacha y un pequeño puchero y cerró la puerta de su habitación trás de sí, tumbandose en la cama y mirando al techo.

—¡Eres torpe Louis! ¿Por qué tenías que presionarlo?—. Se reclamó a sí mismo.

Sintió un par de gotas rodar por ambos costados de sus ojos, se incorporó rápidamente cuando escuchó que abrían la puerta y limpió sus ojos.

Un oji-verde se asomó divertido por un hueco de la puerta.

—¿Puedo pasar?

El oji-azul asintió mientras acomodaba su atuendo y su cabello. Frunció el ceño al notar que el mayor escondía algo tras sus espaldas.

—¿Qué tienes ahí?—. Preguntó señalando entre sus piernas, podía notar un gran estuche.

—¡Oh! Bueno... Es mi aparato reproductor masculino... Supongo que también tienes uno...

—¡No hablo de eso! Tienes algo detrás de ti

—¡Oh! ¿Esto?

Finalmente sacó el misterioso estuche de su "escondite" con una gran sonrisa, dejando al oji-azul boquiabierto.

—Ha-Harry...

—Así es como te lo quería decir.

Se acercó a la cama, sacó la guitarra con precaución y por último su plumilla, recargó una de sus piernas en la cama para apoyar la guitarra y colocó sus manos en la posición adecuada para comenzar con suaves notas.