•SEIS•

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La alarma del castaño sonó. Abrió un ojo y la descartó.

Se estiró un poco en la cama para luego incorporarse y mirar la habitación, sonrió de lado, no recordaba que estaba en la casa de Harry. Quitó las mantas de su cuerpo y salió de la cama para mirarse al espejo... Se veía bien, su cabello estaba algo desordenado y su pantalón de la pijama algo desacomodado, pero le daba igual.

Salió de la habitación y caminó con pereza a la sala, tallando uno de sus ojos.

—¡Buen día!—. Saludó una voz ronca en la cocina.

Louis sonrió ampliamente y se recargó en el marco de la cocina, mirando con atención al mayor, quién hacía el desayuno con energía.

—Buen día Harry—. Respondió con voz ronca.

Harry se giró... ¡Carajo! Louis se veía bastante bien recién levantado, era tan afortunado de tenerlo en su casa. Podía jurar que sintió algo de saliva escurrir por su comisura.

Cerró su boca de golpe y limpió un poco sus labios, tratando de no enfocarse en el fino torso del muchacho.

—¿Qué tal dormiste?—. Preguntó interesado.

—Muy bien, me encanta despertar con una linda vista—. Indicó refiriéndose al ventanal en su habitación.

Harry sonrió y asintió, soltó una leve risa al ver el cabello desordenado del castaño.

—¿Qué?—. Preguntó el oji-azul.

—Nada... Nada malo—. Aseguró.

Se acercó y desordenó un poco el cabello del menor con una sonrisa.

—Eres tierno—. Susurró para sí mismo.

Louis se sonrojó, sonrió ante la caricia de su profesor y acomodó su cabello cuando Harry terminó de jugar.

—¿Quieres darte una ducha?—. Preguntó el mayor mirándolo con los brazos cruzados.

Louis asintió con la cabeza, mordiendo su labio.

—Ve, mientras voy a terminar el desayuno.

—No tardaré, lo prometo—. Aseguró.

Le dirigió una última sonrisa y se dirigió al baño, moviendo un poco sus caderas.

Harry se enfocó en aquella parte de su cuerpo... Sus finas curvas. Se relamió los labios, la pijama hacía un buen trabajo resaltando el trasero de Louis.

Aclaró su garganta y volvió a lo que estaba haciendo... El desayuno.

[6:30 AM.]

Louis iba algo adormilado en el auto, no acostumbraba a ir tan temprano al Instituto, pero ahora que estaría con Harry por un tiempo tendría que acostumbrarse a ello.

Miraba por la ventana sintiendo sus párpados pesados, sus ojos se cerraban de vez en cuando por el cansancio y Harry evitaba una risa al darse cuenta.

—Lou—. Llamó en un susurro para avisar que habían llegado.

El castaño ni se inmutó... Realmente se había quedado dormido.

—¡Lou!—. Llamó esta vez con un tono de voz normal.

Pero no fue suficiente, el castaño seguía en un extraño sueño de pingüinos en su nevera.

—¡Louis!—. Llamó con un tono de voz más alto, moviendo la pierna del chico.

El aludido abrió los ojos a tope alarmado.

•Viviendo con el Profesor• |Larry Stylinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora