•Viviendo con el Profesor• |Larry Stylinson|

•VEINTIOCHO•

—Entonces son dos pezones, pero más pequeños—. Comprendió el oji-azul.

Harry asintió con una sonrisa mientras acariciaba sus suaves cabellos, Louis sonrió un poco y alzó su rostro.

—Gracias Harry—. Susurró ruborizado.

El mayor lo miró enternecido, se inclinó un poco para depositar un dulce beso en sus labios y volvió a incorporarse.

—No tienes por qué agradecer Lou, yo tengo que agradecerte por dejarme ser el primero.

—Y yo te agradezco a ti por serlo, por tratarme bien, por ser un caballero y demostrarme que de verdad me amas.

El rizado se giró para quedar de lado y acarició la mejilla de su chico.

—Eres el amor de mi vida—. Susurró con una gran sonrisa.

Louis se estiró y plantó un gran beso en los labios del rizado, acarició sus mejillas, principalmente aquél característico hoyuelo que se formaba en ambas.

—¿Puedo tomar una ducha?—. Preguntó tímido.

El rizado asintió al instante y se incorporó en la cama.

—Yo voy a hacer la cena cariño—. Se ofreció.

El castaño asintió con una sonrisa, tomó la sábana de la cama para rodear su cintura, pero el rizado tiró de ella malicioso, dejándolo expuesto.

Louis se tapó el bulto entre sus piernas con pena y lo miró sonrojado.

—¡Hazzie!—. Regañó.

El rizado río un poco y se dedicó a admirar a su chico.

—Vamos Lou, no necesitas cubrirte.

El menor frunció el ceño algo molesto y negó.

—¡Dame la sábana!—. Pidió con un puchero.

El mayor negó con una sonrisa pícara, se levantó en la cama sin pena alguna dejando expuesto al completo su cuerpo desnudo. Louis cerró los ojos, el rubor en sus mejillas era cada vez más notable y eso era una de las cosas que más le encantaba a Harry.

Cuando el castaño sintió un par de manos tomar su cintura sintió un cosquilleo, abrió sus ojos lentamente, mirando a un atractivo rizado. Llevó sus manos tímido a su cuello y unieron sus labios en un apasionado beso.

Louis soltó una risita nerviosa al sentir el miembro del mayor rozar con el suyo, se separó un poco, le dió un par de castos besos y se dió, la vuelta, moviendo sus caderas de manera exagerada, provocando en Harry tantas emociones.

Cuando el castaño salió de la habitación, Harry volvió a tirarse en la cama, miró las luces que se encontraban en el techo y sonrió, quizás no era la primera vez que tenía contacto íntimo con alguien, pero sin duda era la primera vez que hacía el amor, las tantas emociones que habían recorrido su cuerpo y alma en una sola noche seguían en su mente, había sido completamente distinto, había sido maravilloso.

Una vibración lo sobresaltó un poco, estiró con pereza su mano al buró y tomó un celular, era de Louis.

Frunció el ceño, era una llamada de Niall, ¿Sería adecuado contestar?

Dudó un poco pero en segundos deslizó su dedo y llevó el celular a su oído.

—¡Louis! Mierda, qué bueno que contestas ¡Tu madre está sospechando! No cree que estés en mi casa, quiere una maldita videollamada, te necesito en mi casa ahora.

Harry frunció el ceño, al poco tiempo de analizar lo que el rubio había dicho una expresión de sorpresa se dibujó en su rostro.

—Ahora le digo a Louis, gracias por el aviso—. Contesto el rizado.