•TREINTA•

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—¡Louis!—. Llamaron.

El castaño se giró ante la voz de su amigo el rubio, al instante en que el chico se acercó Louis se lanzó a él para sollozar en su pecho.

Tenía tantos sentimientos encontrados, tristeza, rabia, decepción... Un dolor incomparable.

—¿Qué sucedió Lou?—. Preguntó con preocupación, rodeándolo suavemente.

—Me suspendieron por tres malditos días—. Susurró.

Niall soltó una risita y acarició su cabello.

—Vamos Louis, agradece que sólo fueron tres días—. Apoyó.

—¿No te das cuenta? El torneo de fútbol es mañana y no podré ver a Zayn.

El rubio suspiró, separó suavemente al castaño y limpió sus mejillas con su pulgar.

—Esta bien, él comprenderá, esa chica merecía algunos golpes, no tienes idea de cuántas otras chicas te admiran por...

—¡No Niall! No me interesa si soy el ídolo de una chicas, ahora Kendall seguramente estará más cerca de Harry aprovechando mi ausencia.

—Tranquilo Louis, no creo que Harry le ponga una pizca de atención, y si esa chica se acerca a Harry, puedes estar seguro de que yo voy a intervenir.

Louis río un poco, abrazó nuevamente al rubio y se dirigió a la puerta principal.

—¿A dónde irás?—. Preguntó preocupado.

—No lo sé, cualquier lugar que no sea la casa de Harry será bastante útil—. Respondió.

Niall río un poco, escuchó pasos detrás, se giró y rodó los ojos al ver al rizado acercándose.

—¿A dónde va?—. Preguntó bastante alterado.

—No tengo idea—. Respondió seco.

El rizado bufó, se acercó rápidamente al castaño y lo tomó suavemente del antebrazo, llamando su atención.

—¿Qué haces Harry?

—Lou, puedes ir a mi casa... Por favor no vayas a ningún otro lado ¿Está bien? Quiero hablar contigo pero necesito que estés tranquilo, puedes hacer lo que quieras en casa ¿De acuerdo?

El menor hizo un leve puchero, miró a Niall quién permanecía cruzado de brazos en su lugar. Harry sacó una llave del portafolio, era un copia que había sacado especialmente para Louis y hasta ese momento lo había recordado, la extendió al castaño, quién miraba dudoso a su amigo el rubio.

—Bien—. Respondió de mala gana.

—Perfecto... Lou... No olvides lo mucho que te amo ¿Si?—. Susurró.

Louis rodó los ojos, se liberó fácilmente del agarre del mayor y caminó fuera del Instituto, dejando al rizado angustiado.

[1:40 PM]

Había pasado un largo rato de lloriqueos hasta que Louis se había quedado dormido. Por un lado se sentía victorioso de darle su merecido a aquella chica tan arrogante, pero se sentía fatal, pues en su educación jamás había estado implicada la violencia a la mujer.

Habían alrededor de diez pañuelos en la cama, solamente con lágrimas y fluidos nasales.

Harry aparcó rápidamente el auto, sin importarle si quedaba correctamente o no. Rápidamente sacó las llaves del portafolio y corrió a la puerta.

Lo primero que hizo al estar dentro de casa fue dirigirse a la habitación de huéspedes, pues seguramente Louis no tendría la menor intención de ir a su habitación.

•Viviendo con el Profesor• |Larry Stylinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora