Capítulo 27

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Eric y Mark se alistaron rápidamente a primera hora de la mañana. Apenas llegaron a la biblioteca le explicaron a Lambert toda la situación y también el motivo por el cual necesitaban los expedientes militares. Lambert les facilitó una laptop después de descargar la información solicitada. Eric tomó asiento junto a la mesa de madera oscura, Lambert cerró la biblioteca justo como el día anterior y Mark por otro lado, recordó el sonoro reproche que había recibido al intentar sentarse sobre la silla de madera, así que se dispuso a sentarse de nuevo en el piso, pero Lambert le detuvo y le sorprendió al ofrecerle una silla metálica y más resistente, perfecta para un oso como él; Mark le agradeció animosamente y Lambert le respondió de forma educada esbozando una leve sonrisa, luego por un momento se retiró a hacer café para sus invitados.

Eric empezó a revisar los archivos sintiendo algo de ansiedad al hacerlo, impaciente por encontrar algún sospechoso, alguna coincidencia, algo que le llamara la atención, quería encontrar al culpable detrás de los asesinatos, atrapar al Caza-garras, verle al rostro y finalmente encerrarle para siempre. Solo de esa forma conseguiría lo que más deseaba, su objetivo oculto detrás de la captura del Caza-garras: su total desvinculación de la organización conocida como Salvaguarda. Recordó entonces, la conversación que tuvo con Boss Grizzly.

Antes de emprender el camino hacia el distrito norte, le visitó en su casa. Él le recibió con gusto, invitándole a pasar y también disculpándose por su apariencia somnolienta, era algo que no podía evitar. Eric fue breve y directo, le informó de su viaje al distrito norte, de la orden de Maverick y todo lo demás. Boss estaba enterado de todo, pero le contentó saber que Eric aún buscase su consejo, porque exactamente para eso le había visitado.

—Muchacho... Cuando me asignaron como tu tutor y te vi por primera vez, lo único en lo que pude pensar era en lo joven que eras. Un joven como tú no debería trabajar para ellos, terminarás convirtiéndote en otra sombra más del enjambre.

—¿A qué te refieres, Boss?

Boss tomó asiento en un gran sofá, hecho a la medida. Parecía ser su favorito, por lo cómodo que lucía aquel oso pardo. Siguiendo la invitación de Boss, Eric tomó asiento en una silla que estaba cerca mientras se aseguraba de prestarle la mayor atención a su antiguo tutor, antes no le escuchaba del todo cuando le reprochaba o le daba consejos, pero ahora era diferente. La situación en la que estaba a punto de formar parte, era peligrosa, él lo sabía y lo había aceptado desde que Salvaguarda tomó el caso del Caza-garras. Estaba preparado, pero a pesar de todo, Eric consideró necesario escuchar a Boss antes de partir.

—¿Nunca te conté sobre mi esposa, verdad? —dijo Grizzly lentamente.

Eric recogió ligeramente sus orejas.

—Eh... Solo sé que falleció hace un año, Boss.

—Se llamaba Elisa... —Grizzly tomó aire y luego dio un profundo suspiro—. Ah, mi hermosa Elisa, la única osa que amé en toda mi vida... —Boss se aclaró la garganta, eliminando la voz triste con la que empezaba a hablar—. Mi esposa tenía un sueño, un gran sueño que tenía desde pequeña... Quería tener su propia cafetería... Aún recuerdo —continuó Grizzly después de una larga pausa—, cuando hice las cuentas. No podría financiarle su sueño sino hasta después de unos cuantos años. Fue cuando se me presentó la oportunidad de trabajar para Maverick y por supuesto acepté. Empecé a ganar el dinero suficiente y el proyecto de mi esposa por fin avanzó, ella se encargaba de supervisar todo y siempre me contaba cómo le iba... Ella era feliz, pero meses después... mi esposa enfermó de gravedad y un mes después de eso... falleció —lo más disimuladamente que podía, Boss contenía las lágrimas y mantenía su voz en un tono normal, pero por dentro, se sentía destrozado al evocar los recuerdos—. Ella me dejó la tarea de terminar de construir la cafetería, recuerdo cómo me amenazó diciendo: "no te atrevas a demolerla o me enojaré mucho contigo" —Grizzly soltó una risa triste—. Ah, mi bella Elisa, cómo me hacía reír. De lo único que me arrepiento, muchacho, y es la razón por la cual te cuento esta historia, es de haber aceptado el trabajo en Salvaguarda. La paga era buena, pero me quitó un valioso tiempo que pude haber compartido con mi esposa.

Lykos [Furry/Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora