Capítulo 16

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Noah entró a su casa y cerró la puerta, su amado compañero acababa de irse a su departamento y lo único que pensó hacer en ese momento era preparar algo rápido para cenar y después retirarse a su habitación donde pasaría el resto de la noche, probablemente jugando videojuegos en su computador, leyendo algún libro o hablando con Kouno por teléfono. Esto último era lo que más le atraía la atención, ya que hablar con él era algo que le encantaba hacer, además de que por alguna razón esto lo ayudaba a dormir. Dispuesto a llevar a cabo su plan, se dirigió a paso rápido a la cocina y buscó en el refrigerador algo de mermelada que pensaba comerse junto a unas rodajas de pan, pero su corazón dio un salto al escuchar el sonido de una puerta abrirse. Conocía ese sonido demasiado bien y sabía exactamente que era la puerta de la habitación de su madre. Noah buscó su teléfono rápidamente entre sus bolsillos y lo primero que vio al desbloquearlo fue la hora: eran las 7:32 p.m.

«¡¿Qué?! ¿Cómo es qué está en casa tan temprano?» Pensó, pero no era eso lo que le preocupaba, lo que en realidad tenía en mente y la razón por la que se había exaltado hace unos segundos era que, en la habitación de su madre había una ventana, desde la cual se podía observar todo el frente de la casa incluyendo por supuesto, dónde Kouno y él habían estado sentados y abrazados por casi media hora. Lo único que esperaba mientras escuchaba el sonido de su madre bajar las escaleras, era que ella no los hubiese visto. Su madre tenía conocimiento sobre sus gustos por los de su mismo sexo, hacía algunos años que, junto a su padre, lo había confesado y ellos lo habían aceptado tal y como él era, incluso su padre le había dado un obsequio por ser honesto con ellos. Noah no le había comentado absolutamente nada sobre su relación con Kouno, más que todo porque quería evitarse una conversación que no tenía ganas de tener, ya que seguramente estaría llena de reproches y consejos que ya había escuchado antes muchas otras veces.

Aún existía la posibilidad de que su mamá desconociera toda la situación y que solo estaba bajando a la sala a saludar, por lo que debía actuar lo más normal posible al menos de momento, con eso en mente Noah continuó con la tarea de prepararse su cena.

—Hola mamá —dijo Noah intentando sonar lo más natural posible, como cualquier otro saludo al sentir los pasos detenerse detrás de él.

Escuchó un suspiro mientras mantenía la vista sobre la encimera de la cocina.

—Noah, ¿quién era él? —escuchó la voz de su madre que denotaba preocupación.

«Por supuesto, no podía ser tan perfecto...» Noah respiró hondo y se volvió hacia su madre. Kate Caster, de pelaje tan blanco como la nieve y cuerpo esbelto, vestía una pijama verde oscuro y Noah advirtió como sus ojos lo observaban a través de sus lentes esperando una respuesta. En ese momento pensó enseguida en qué decir, si los había visto abrazados sería absurdo afirmar que eran amigos o conocidos, por lo que sin más remedio se preparó para decir la verdad, pero no sin antes tomar aire disimuladamente.

—Es mi novio, mamá —confesó. Su madre se cruzó de brazos dedicándole una mirada inquieta. Decidió entonces tener iniciativa y continuar hablando antes de que ella lo hiciera—¡Mamá, sé lo que vas a decir y no! No volverá a suceder, ¿okay? ¡Él no es así! —decía dándole energía a sus palabras.

—Noah, cariño... he escuchado eso antes...

—Lo sé... —Noah dejó caer sus orejas.

—¿Necesito recordarte lo que casi te ocurre, Noah? No quiero que vuelva a pasarte algo como eso, nunca más —dijo alarmada y con tono de reproche, pero no pudo continuar hablando así al ver a Noah con las orejas caídas, detestaba ver a su hijo triste—. Cariño...

—Mamá... —dijo lentamente— sé que él es diferente, él... él... —Noah irguió sus orejas y miró a su madre directamente a los ojos, lleno de determinación y lo más contento que pudo, preparándose para decirle todas sus razones y argumentos por los que debería darle una oportunidad de estar junto a Kouno—. Él se preocupa por mí, me dice que no coma tantos dulces, me pregunta si ya comí y esas cosas... Él me quiere y lo demuestra, no le importa que nos vean en público, ¡está orgulloso de que sea su novio! Siempre me lo dice... ¡hasta me protegió de un oso borracho que quiso atacarme! —exclamó y su madre se sorprendió al escucharlo, ya que no sabía nada del tema—, resultó herido... Fue por eso que me quedé en el hospital ese día, ¿recuerdas? Cuando te dije que me quedaría a cuidar a un amigo... en realidad estaba con él. Y... y... —aún le quedaba algo por decir, pero no estaba seguro de hacerlo, era algo por lo que de seguro su madre se preocuparía aún más, pero justo en ese instante decidió sacar todo lo que su corazón guardaba— gracias a él... puedo dormir de nuevo...

Lykos [Furry/Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora