Capítulo 15

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Eric se acercó al mostrador de una pequeña tienda que tenía lugar cerca de donde estaban. Apenas estuvo al frente, el encargado de la tienda, quien era un pantera, advirtió su presencia.

—Dos, por favor —dijo Eric, señalando una botella de agua que estaba cerca del mostrador, tocándola ligeramente con una de sus garras.

El pantera abrió el refrigerador y sacó el pedido de Eric.

—Aquí tiene.

Eric tomó el dinero de su billetera y se lo entregó al encargado.

—Gracias, conserve el cambio.

Ahora en posesión de las botellas de agua, Eric se dispuso a regresar dónde estaba hace solo unos minutos, Milo lo estaba esperando allí. En el camino de regreso, Eric recordaba lo que sucedió, todo fue cuestión de un segundo, un segundo en el que terminó en el suelo, con Milo sujetándolo del cuello. Cuando recordó todo esto, se llevó una pata al cuello y se percató, por suerte, que no le dolía. Luego no pudo evitar sonreír, había pasado por su mente ese momento en el que Milo y él se quedaron mirándose a los ojos, perdiendo la noción del tiempo al adentrarse en esos hermosos ojos verdes. Milo parpadeó un par de veces, como saliendo de una especie de trance, y su corazón dio un vuelco al notar la situación en la que estaba, en la que había estado por medio minuto. Soltó el cuello de Eric rápidamente y se apartó de él igual de rápido y casi saltando al hacerlo.

—¡C-cuánto lo siento! Oh dios —exclamó Milo asustado—, ¿estás bien? Oh, ¡qué tonto! déjame ayudarte —Milo se puso de pie rápidamente y se acercó a Eric para tenderle la pata y ayudarlo a levantarse—. En serio lo siento, yo...

Eric lo interrumpió.

—¿De qué hablas? ¡Eso estuvo increíble! No me esperaba que te girases tan rápido —dijo Eric sacudiendo con sus patas la hierba que se le había quedado pegada a sus pantalones.

—¿Eh? Pero, ¿estás bien? —inquirió Milo con preocupación ya que, creía haber lastimado a Eric.

—Sí, sí. Estoy bien, no te preocupes —respondió Eric con una media sonrisa en su rostro y eso fue suficiente para tranquilizar a Milo, quien soltó un suspiro de alivio.

Eric siguió caminando aun reviviendo toda la pelea en su mente, esa vez con otro propósito: aprender de su derrota. Era un hábito que había adquirido como resultado de un entrenamiento que había recibido hace un par de años. Siguió con esa tarea hasta que alzó la mirada y pudo ver a Milo sentado sobre la hierba, cerca del árbol que había sido testigo del combate entre ambos. Le estaba dando la espalda, por lo que no pudo verlo acercarse, pero lo extraño fue que ni siquiera escuchó sus pasos. Cuando llegó donde Milo, éste seguía sin inmutarse, inmerso en sus pensamientos. Eric lo sacó de ellos al ofrecerle una de las botellas de agua, sosteniendo ésta cerca de su brazo.

Milo volteó a mirarlo y luego vio la botella que sostenía.

—Oh, gracias... —agradeció Milo aceptando la botella.

Eric respondió con un ademán amigable y se sentó sobre la hierba cerca de Milo. Destapó su botella y bebió gran parte del contenido con grandes sorbos, mientras Milo lo observó en silencio y repitiendo la acción poco después. Ambos se quedaron callados, mirando alrededor, lo único que se escuchaba era el sonido de las hojas moverse con el viento. Milo sostenía la botella de agua con sus dos patas mientras no dejaba de mirarla pensativo, parecía que algo le inquietaba. Eric lo notó ya que había estado observándolo de reojo, dudando si debía o no preguntar.

—¿Pasa algo? —preguntó, sacando a Milo de su pequeño trance.

—No es nada, solo me preguntaba... ¿por qué me retaste? quiero decir... Pasó todo tan rápido ¿no? —dijo Milo entre risas.

Lykos [Furry/Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora