Capítulo 8

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Kouno empezó a despertarse, a medida que ganaba conciencia sintió un frío en el ambiente en el que estaba, pero su cuerpo no sentía frío. Sus orejas apenas podían escuchar unos pequeños murmullos dentro de un pacífico silencio y por último abrió lentamente los ojos. La habitación en donde se encontraba, estaba iluminada por una gran lámpara de bombillos alargados que desprendían una luz blanca por todo el lugar. Cuando abrió sus ojos por completo y estos se acostumbraron al nivel de la luz, Kouno dio por hecho que se encontraba en un cuarto de hospital. Estaba recostado en una cama y resguardado del frío gracias a unas sábanas que lo cubrían, lentamente, levantó su cuerpo con ayuda de sus brazos y enderezó su espalda, al hacer esto su espalda le respondió con un dolor punzante que activo también el dolor aun dormido de sus hombros. Soltó un gruñido y con cuidado recostó su espalda sobre el espaldar de la cama, sintiendo un gran alivio que hizo que exhalara un suspiro y miró a su alrededor detallando el resto de la habitación. Justo al lado derecho de la cama, había un sofá y Kouno sonrió por alguna razón al ver que en él estaba durmiendo Noah tranquilamente, usando sus brazos como almohadas mientras una manta lo protegía del frío aire que desprendía un aire acondicionado que estaba acoplado a una de las paredes de la habitación. Se volvió a su izquierda y vio una mesa y sobre ella reconoció su mochila y el bolso de Noah, justo encima de la mesa estaba un reloj digital. Kouno miró el reloj que marcaba las 10:35am.

«¡Llegaré tarde al trabajo!» fue lo primero que vino a su mente después de ver la hora.

Apartó la sabana que lo cubría y trató de levantarse de la cama intentando ignorar el dolor que emitía su espalda cada vez que se movía, como si le estuviera reprochando. Se detuvo al escuchar la voz de Noah.

—¡Hey! ¡Con cuidado! —Noah se había despertado por los gruñidos que Kouno hacía, Noah bostezó luego de erguir su cuerpo para sentarse sobre el sofá—. No deberías de esforzarte demasiado.

—Llegaré tarde a la cafetería —justificó Kouno.

—Descuida —dijo Noah tranquilamente—. Hable con tu jefe sobre eso.

—¿Qué? —preguntó Kouno confundido.

—Eh verás... llamé a Matt por teléfono y empecé a explicarle que estabas en el hospital por lo que pasó ayer y luego, me puso al habla con tu jefe que al parecer estaba preocupado por ti, así que también le conté lo sucedido. Dijo que no había ningún problema.

—Ya veo...

—¿Sabes? Solo había visto unas pocas veces a tu jefe, si te soy sincero me daba un poco de miedo —dijo Noah riéndose—. Pero, por teléfono noté que es un buen oso —añadió.

Kouno compartió su risa antes de responder.

—¡Ja! Pensé lo mismo cuando entré a su oficina por primera vez.

—Luego puedes contarle con más detalle lo que pasó ayer.

Kouno se puso pensativo y repitió lo que dijo Noah en su mente. Toda la escena de ayer llegó disparada a sus pensamientos y lo último que pudo recordar fue a Noah llorando.

—¿Tú estás bien? Ayer... me pareció ver que estabas llorando...

—¡Oh! Eso... sí, estoy perfectamente, gracias a ti... Eh... gracias —dijo Noah tímidamente.

Kouno rio un poco.

—No es nada, me alegra ver que estás bien.

—Hablando de eso, eh... ¿Por qué me protegiste de esa manera?

—¿A qué te refieres?

—Eh... esto... —Noah dudó por un segundo antes de seguir hablando—. Al extremo de salir herido por mí.

Lykos [Furry/Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora