XVIII

4.2K 158 46
                                    

ALBA
Estaba anonadada, me había dejado impactada con su voz. Sinceramente era preciosa.

–¿Qué te parece?–Dijo volviéndose hacia mí.
–Estoy sin palabras–Murmuré con expresión de sorpresa– Es increíble– Añadí.
–Tú más– Dijo Natalia prácticamente en un susurro, se creía que no la había oído, pero esbocé una gran sonrisa, por lo que se dio cuenta y se puso un poco roja.
–¿Me cantas tú?–Preguntó para mi sorpresa.
–No, no, no tengo nada que hacer contra ti–Informé con una risa de evidencia.
–No me lo creo, va, por favor– Imitó una expresión triste y yo la sonreí.
–No sé tocar el piano–Informé.
–Yo la toco–Bufé y asentí.
–¿Addicted to you?–Pregunté esperando su aprobación.
–Me encanta– Sonrió.
–Cántala conmigo– Puse cara de pena para convencerla.
Me dio un beso y asintió. Ya podéis imaginar mi felicidad en ese momento.
–¿Lista?–Dijo sentándose en el piano.
–Sí– Aclaré mi voz.

I don't know just how it happened, I let down my guard
Swore I'd never fall in love again but I fell hard
Guess I should have seen it coming; caught me by surprise
I wasn't looking where I was going; I fell into your eyes
You came into my crazy world like a cool and cleansing wave
Before I, I knew what hit me, baby, you were flowing though my veins
I'm addicted to you, hooked on your love
Like a powerful drug I can't get enough of
Lost in your eyes, drowning in blue
Out of control, what can I do?
I'm addicted to you!
Midnight blows in through the window; dances round the room
Got me hypnotized; I'm getting high on the perfume.
I couldn't...

Nos compenetrábamos cantándola, en parte sentíamos la canción, yo al menos.
Al acabar de cantar un silencio se formó, no era nada incómodo, era un silencio de los nuestros.
Natalia se levantó del piano sin decir nada, me cogió de las mejillas y me besó. No tuve tiempo de reaccionar. Había deseo en el beso, decidí jugar y le mordí el labio, ella descendió su mano hasta el final de mi espalda. Finalizamos el beso y me abrazó instantáneamente, hundiéndose en mí.

—Cantas increíblemente genial, Alba– Pronunció al despegarnos.
–Hago lo que puedo– Confesé. Ella rodó los ojos, poniéndolos en blanco, me reí, siempre lo hacía.

–¡Por cierto!– Saltó. –Este viernes nos vamos de fiesta.
–Cierto, mañana, se me había olvidado.
–¿Te quedarás sentada como la otra vez?–Preguntó con picardía.
–¡Sabía que me vistes!–Concluí.
–¡O sea que tú también me viste!–Concluyó.
Ambas nos reímos ante la situación.
–No me quedaré sentada, no–Respondí aún riéndome.
–Así me gusta–Sonrió.

Estuvimos un rato hablando y Natalia me tocó un poco el piano. Comptine d'un autre eté.
Una canción clásica preciosa. Ya había pasado nuestra clase, por lo tanto, decidimos irnos a nuestra respectiva clase.
–Adiós–Dije mirándola.
Natalia se acercó y me dio un beso, más bonito de lo descriptible.
Después sonrió y se despidió.

El resto del día transcurrió normal, pero a la hora de ver a Joan para irnos juntos. Razoné y creo que lo mejor para nuestra amistad era confesarle mis sentimientos.

–Buenos días–Dijo cuando nos vimos.
–Hola–Sonreí tímidamente– ¿vienes a mi casa? Quiero hablarte de algo.
–Sí, claro– Dijo acariciando mi espalda de manera reconfortante.

Caminamos hasta llegar a mi casa y nada más llegar decidí contárselo. No quería rodeos.

–Joan–Murmuré dándole la mano.
–Dime–Dijo mirándome fijamente.
–Me gusta alguien– Confesé.
–¿Qué hay de malo?–Preguntó.
–Es una chica– Dije tartamudeando.
–¿Qué hay de malo?– Repitió mientras sonreía.
Yo le abracé y rompí a llorar.
Se separó de mí. –Ey, ¿qué pasa?–Dijo quitándome una lágrima por la mejilla.
–Joan, no sabes lo mucho que te aprecio, es que nunca te lo digo y sin ti estaría súper perdida en la vida– Me reí mientras lloraba, un poco raro.
Me abrazó y me acariciaba la espalda.
–Bueno... ¿quién es la afortunada?–Preguntó.
–Seguro que ya lo sabes– Admití patéticamente.
–¿Natalia?–Cuestionó.
–¿Tanto se nota?– Me reí y el asintió, yo me tapé la cara con la mano, avergonzada.
–Me gusta para ti– Dijo animado.
–A mi también– Me reí.

Le empecé a contar nuestra situación actual, lo que habíamos hecho, que me había compuesto una canción y que me había pillado el dibujo... A lo tonto, al contarle nuestras anécdotas, me di cuenta de que nos habían pasado muchas cosas, para conocernos desde hace relativamente tan poco. La otra parte de la tarde nos la pasamos de peli y manta, mi plan perfecto.

                                NATALIA

Al acabar la universidad me fui con África a su casa, María nos esperaba ahí. Tenía pensado ponerles al corriente de mi situación con Alba,  necesitaba su ayuda, nunca había sentido lo que siento por Alba. Me desconcertaba, como ya he repetido en varias ocasiones, me sentía vulnerable a ella.

Llegamos a su casa y María estaba tumbada en el sofá mientras sonreía mirando al móvil.

–¿Hablando con Pablo?–Pregunté sin saludar.
–Eh, no– Respondió apagando el móvil– Con Mar.
–Humm– Decidí no preguntar.
–En fin– Dijo África.
–Vale, os he de contar una cosa–Confesé.
–Adelante– Dijo María.
–Estoy súper pillada por Alba– Murmuré.
–Nada nuevo– Dijeron las dos– Ya sabemos que estás encoñadísima con esa tía.
–Para mí si es nuevo, ya me conocéis. Nunca me había pillado tanto por alguien– Rodé los ojos.
–Esa chica te conviene, brilla, da luz–Intervino África.
–Pienso lo mismo, necesitas un poco de felicidad, suficiente dolor has pasado ya.

Terminamos la conversación y nos quedamos en el sofá viendo una serie.

Just by being honest | AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora