Se está haciendo costumbre (mala xD) que actualice a fin de mes desde hace meses. Bueno... Les prometo que no voy a cambiar y dejará de ser una costumbre a una fecha de actualización fija -?- OKNO Los adoro linduras, gracias a todos por leer, y sobre todo GRACIAS POR EL UANKA DE SEGUIDORES. WOW, TENGO MIL SEGUIDORES, GRACIAS A TODOS;A; Si estoy aquí es por ustedes, gracias *corazón geih*
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—Bueno, nunca vine de acampada, pero si las tiendas muggles tienen tanto lujo de verdad que quiero mudarme a un camping.
Tom puso los ojos en blanco mientras Harry examinaba la tienda de campaña. Por fuera parecía pequeña, discreta, un punto de tela impermeable color negro lo suficientemente grande para mantener a cuatro personas cómodas y a todos los que eran demasiado apretujados. Por dentro se extendía en una cómoda cocina colindando a una sala de estar de muebles cómodos y habitaciones divididas por cortinas de espesas telas púrpuras cargadas de aroma a lavandería.
Sirius parecía rebotar de la emoción. Harry también notó que Sirius estaba bastante más arreglado de lo que acostumbraba, con los cabellos atados en lo alto de la cabeza en un rodete tirante y el rostro pulcramente afeitado. Incluso parecía menos ojeroso y más feliz, temblando de una extraña emoción.
—¿Feliz, Sirius? —preguntó, casual. Sirius asintió, sonriente.
—Demasiado.
Harry suspiró y lanzó los bolsos de viaje a Tom, que comenzó a desempacar rápidamente un poco de sus ropas mientras Remus organizaba rápidamente la cocina, Sirius acomodaba los muebles y ponía todo en orden. Severus y Regulus, por su parte, parecían estar en una discusión silenciosa de miradas aireadas mientras arrullaban a Heri, durmiendo aún ahora en una de las mullidas camas. Severus acabó suspirando y negando con la cabeza, saliendo de la tienda.
—Si alguien lo sigue y no es para darle una patada, lo patearé yo —advirtió Regulus. Sirius parecía dispuesto a ir a darle una buena patada hasta que Remus lo detuvo.
—Ven, Sirius. Ayúdame a cocinar —murmuró, tanteando las hornallas y observando que la pequeña garrafa estuviera completamente cargada—. Uh, no hay agua. Harry, ¿tienes el plano del camping que te dio el muggle de la entrada?
—¿El que quemé o el que arrojé como confeti sobre la cabeza de la niña esa que me dijo que era un marica? —preguntó Harry, desinteresado, mientras se quitaba la chaqueta de cuero y la intercambiaba por otra de las camisas de Tom, de color vino y un poco más grande cayéndole hasta los muslos y remangando las mangas hasta los codos. Ian Prince-Black no se había mantenido pequeño como a Harry le hubiera gustado, pero debía aceptar que le gustaba más ver a Tom unos cuantos centímetros más alto, tener que alzar el cuerpo para rodearle el cuello y verlo inclinarse para cualquier detalle, notar como su cuerpo se curvaba sobre el suyo y no el único en percibir que había cosas que Tom quería que solamente él supiera, susurrándolas contra su piel, viéndolo inclinarse ante él en una muestra de que le interesaba y no le importaba que los demás se dieran cuenta. Dividiéndolos apenas cuantos centímetros, Harry tampoco era tan bajo, pero sí demasiado feliz por detalles que nadie comprendería. Ni él, realmente.
Remus suspiró, poniendo los ojos en blanco.
—En el bolsillo de mi chaqueta hay otro. ¿Pueden ir a buscar agua? Aquellos cubos de allí tienen espacio para veinte litros cada uno.
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Dead from the neck up
FanfictionHay que ser muy estúpido para invocar un demonio sin saber que lo estás invocando. Aún más cuando tienes nueve años, acabas de matar a tu primo por accidente (que tal vez no haya sido tan accidentado, pero vale, nadie tiene por qué saber eso), y tod...