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Parte 1/2 Grayson
De seguro parezco un desesperado por ir tan rápido con Belle a la piscina. ¿Qué querían que haga? ¿Que le negase? Por favor, ¡es Belle! Mi preciosa rommie de ojos azules (a veces verdes), cabello rubio y cuerpo de modelo. Pero no sólo me gusta por su físico, también por su personalidad. Es inteligente, cariñosa y graciosa, todo lo que necesito.
—Hey.- saluda al llegar al borde de la piscina.—¿Vas a entrar?- dice y siento embobado sacándome la camiseta que traía.
Belle
Bien, creo que está será mi oportunidad. Veo como Gray se saca la camiseta torpemente y río. Entra lentamente y veo sus ojos mucho más de cerca, gracias a que es de noche y las luces de la piscina estaban encendidas podía ver que ahora estaban verdes. Mierda. Nadó rápidamente quedando a tan sólo unos centímetros de mí.
—Belle.- llama. Tiene la mirada fija en mis ojos, para luego bajarlos a mis labios. Lo miro con súplica.—Esto no debería estar pasando.- dice. Hace el amague de alejarse pero lo tomo por el cuello.
—Cállame de nuevo, Grayson.
Casi inmediatamente choca sus labios con los míos. Mis dedos agarraron su cabello con fuerza, tirando de él hasta que notó cómo un gruñido salía de su garganta. Nuestros labios se tocaron una y otra vez, nuestras lenguas jugueteando en un ritual de fuego. Parecía que ambos competían por ver quién era más rápido, más profundo, más placentero. Solté un gemido y me separé unos segundos para coger aire, notando la cálida mano de Grayson tomando mi culo. No tardaron más que unos instantes en volver a unir sus bocas. Esta vez, fue un beso lento y profundo que los dejó a ambos sin respiración.
—Sabía que te gustaba.- digo sonriendo sin abrir mis ojos. Los abro y veo los labios rojos e hinchados de Gray formando una linda sonrisa.
—Nah, te besé sólo para saber si tenías mal aliento.- comenta burlesco encogiéndose de hombros y río.—Claro que me gustas, Quinn.- dice, y besa una vez más mis labios.
—También me gustas, Dolan.
•••
Salimos de la piscina después de media hora de nadar, veníamos con una toalla tapando nuestros hombros porque el idiota de Grayson se había olvidado de traer una toalla para él. Así que aquí estábamos, intentando no caer por nuestros pies mojados en el piso resbaladizo del departamento.
—¡Grayson! ¡Vas a hacer que me caiga!- chillo cuando resbalo tontamente y caigo en el pecho del castaño.
—¿Qué crees que intento hacer hace media hora?- bromea. Lo miro mal y él ríe.—Sólo bromeo.- le saco la lengua como niña pequeña. Reímos una vez más y entramos al elevador.
Últimamente he reído más en estas tres semanas que en... no sé, ¿mi vida entera? Es algo muy bonito tener unos buenos amigos con los que sé que puedo contar. Agradezco al destino por ponerlos en mi camino, no me arriesgaría a perderlos.
—¿En qué tanto piensas?- pregunta Gray tomando mi mejilla suavemente. Hago el amague de morderle la mano.
—Nada importante.- solo digo y sonrío angelicalmente. Él hace una mueca confusa y niega. Las puertas se abren dejando ver a Ethan en una esquina de la sala, con una botella de vodka en la mano, lágrimas acumuladas y cayendo de sus ojos y un pequeño puchero en sus labios.
