•FRIENDS• × Jung Jaehyun ×

•Confesion•

Samanta Carvajal.

—¿Como sabes que estas enamorado o que te gusta alguien?—le pregunte a Jaehyun.

—Es fácil, piensas todo el día en el, piensas que todo lo que dice es interesantes es lo primero que piensas al despertar y lo ultimo a dormir,¿por que preguntas?.

Me quede callada, nadie podría saber que tengo sentimientos hacia el profesor Byun.

—Acaso, ¿te enamoraste sam?—me volvió a preguntar Jaehyun.

—Si, creo que me enamore, pero, de una persona equivocada.

Esa persona el Byun Baekhyun.

—¿Por que no te confiensas?, habla de tus sentimientos con el, quien sabe y hasta tenga sentimientos por ti, y si es de la escuela deberías hacerlo pronto, ya que se están acabando las clases.

Y Jaehyun tiene razón de nuevo.

Después de esa platica me quede pensando hasta que termino el día completo de clase.

—Jaehyun te puedes ir si quieres, tengo que ir a la biblioteca a ver unos libros y pues necesito quedarme.

—Esta bien Sam, nos vemos mañana, vete con cuidado.

En realidad solo quería ver al profesor Byun.

Fui a su oficina, estaba debatiendo si entrar o no.

Y entre, estaba distraído revisando papeles, aun cuando esta trabajando se ve lindo.

—Sam que sorpresa—me dijo y sonrió—¿necesitas algo—negue

—Solo vine a verlo y a platicar con usted.

—Pues sientate, te escucho—dijo y dejo sus papeles—soy todo oídos.

Byun Baekhyun estoy tan enamorada de ti.

Eso quería decir, pero las palabras no salían.

—¿Queria preguntarle sobre si usted se ha enamorado?

—Ya se ha donde va esto—me quede muda—me vas a decir que te enamoraste de algún chico, y que quieres que te de consejos de amor y...

—Profesor Byun— lo interrumpi—usted me gusta.

Lo dije, y el negó.

—¿Que?, Sam esto esta mal sabes, esto no...

—¡Yo se que esta mal, lo tengo muy claro!, pero, lo siento si, yo simplemente me enamore y lo siento.

Estaba al borde de las lágrimas, no quería llorar enfrente de el.

—Sam, yo...— lo mire tenia miedo de su respuesta—yo no puedo aceptar tus sentimientos perdón.

—Lo se, tampoco esperaba que usted los acepte, solo una ilusa pensaría que su profesor se enamoraría de ella.

Yo soy esa ilusa.

Sentí que el me quería decir algo así que me levante primero.

—Siento lo de hoy, espero que podamos seguir siendo amigos, pero me tengo que ir, se me esta haciendo tarde.

Y salí rápido, ya que las lágrimas se aproximaban.

Una parte de mi se sentía mal y la otra bien.

El corazón dolía y mucho, pero, así era mejor.

No me volveré a enamorar.

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