Capítulo 14

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Alissa.

Estoy esperando a que Max llegue por mi como todos los días. No deja que por ningún motivo me vaya en taxi al bufete. Desde que somos novios me ha llevado y me ha traído del trabajo. Ahora que se vaya tendré que acostumbrarme a pedir un taxi a tiempo si no quiero llegar tarde. Al recordar eso siento nostalgia, no puedo ni pensar que hoy tendrá que irse. Hoy mismo tendrá que ir a esa junta de socios que había mencionado hace unos días. No quiero que se vaya, no quiero separarme de él.

Con Max todos los días me siento bien y si aprueban su trabajo no tengo ni idea de cómo vamos a resolver nuestra relación. No quiero más problemas, no quiero más enredos en mi vida, lo único que quiero es poder vivir en paz tranquilamente sin tener que preocuparme por algo.

Miro a Max llegar en su auto, antes de que se baje yo abro la puerta del copiloto para que él no tenga que abrirla.

—Te gané —le digo, con una sonrisa. Él me la devuelve de la misma manera.

—Me doy cuenta. Sube —hago lo que dice y ambos subimos al auto. Comienza a conducir por las calles de Nueva York.

Me acomodo en el asiento e intento estar tranquila y no tocar el tema de su viaje, pero es algo que es imposible.

—¿A qué hora es tu vuelo? —pregunto para así comenzar con este tema.

—Por la noche. Iras conmigo ¿Cierto? —asiento. Dirijo mi mirada hacia la ventana y me pongo a pensar que más decir—. Todo estará bien Alissa. No te preocupes —dice, como si leyera mis pensamientos. Giro a verlo, y él hace lo mismo para sonreírme. Toma mi mano y la acaricia suavemente.

—Es sencillo decirlo, pero en realidad si estoy un poco preocupada.

—No tienes por qué estarlo, todo esto saldrá bien. Si me dan el empleo en Italia...

—No hay que suponer nada —digo, interrumpiendo antes de iniciar esta conversación—, mejor esperemos a ver qué sucede ¿Esta bien?

—Estoy de acuerdo contigo. No me precipitare antes de saber algún resultado —vuelvo a dirigir mi mirada hacia la ventana del auto. Siento un nudo en mi garganta.

Ambos volvemos a estar en completo silencio, creo que no hay nada más de que hablar por el momento. Esto de su empleo en Italia a los dos nos tiene muy mal. Será mejor tratar de olvidar un poco el tema y suavizar las cosas pensando en algo positivo. Dejaré que mi mente trabaje en cosas de las que me tengo que ocupar.

Llegamos al bufete, Max se despide de mí para luego irse a su trabajo. Entro a la empresa y al estar dentro mi mirada enfoca a Eileen. Sacudo mi cabeza olvidando toda la tensión que pasé en el auto con Max. Suspiro y me armo de valor para comenzar el plan que tengo preparado. Levanto mi rostro, y me dirijo firmemente hacia donde esta ella.

—Hola Eileen ¿Cómo estás? —pregunto al llegar con ella dando mi mejor sonrisa.

—Hola Alissa ¿Bien y tú?

—Bien. Necesito un favor ¿Crees que podrías decirme por donde está la bodega? —ella me mira un poco confusa.

—¿Por qué quieres saber dónde está? Ahí solamente almacenan todo lo que ya no sirve —tendré que inventar una buena excusa para poder conseguir que me diga donde esta esa bodega.

—El señor Richardson me pidió que buscara unos documentos que están en ese lugar, pero olvido decirme en que parte está la bodega.

—Muy bien, de ser así está bien. La bodega esta por ese pasillo —señala un pasillo que esta al fondo—, están unas escaleras las cuales te guiaran a la bodega de archivos.

La Venganza ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora