Capítulo 8

460 41 5
                                    

Gael.

Si que tendrá que darme una explicación de cómo es que se le ocurrió a este maldito imbécil invitar a salir a mi secretaria. O sea ¡Mi secretaria! Está loco, está loco por completo. ¿Cómo es que no me di cuenta? Sabía que a Axel ninguna se le va viva, y si no hubiera sido de que le prohibí salir con Alissa de seguro también lo hubiera hecho. ¡Maldito bastardo de mierda! Pero me va a escuchar.

—Hola, Axel —saluda la tal mencionada amiga de Axel que resulto ser mi secretaria. La amiga de Alissa. Este sí que es un gran imbécil. ¿Cómo es que se le ocurre? Todavía no lo puedo creer.

—Hola, Emily —saluda Axel. Ella me ve, y me da una sonrisa.

—Hola, señor Richardson.

—Hola —saludo sin muchos ánimos. Pido otro trago al bar-tender para tratar de digerir esto.

—¿Axel? ¿Es enserio, Emily? —¡oh, no! Lo que me faltaba ¡Carajo! Alissa. Ahora sí, que comience el espectáculo.

—Deme mejor la botella —le digo al bar-tender. No podré con esto, no podré. Me paso los dedos por el cabello, frustrado, enojado.

Detrás de Alissa aparece también su amiga la pelirroja y dos chicos, uno más grande que el otro. El más chico carga una guitarra en su mano, luego desaparece. Detrás de él se va Chelssey y el otro tipo.

—¿Tiene algo de malo que salga con él? —pregunta mi secretaria.

—No, por supuesto que no, pero... —Alissa lanza su mirada hacia a mí—, no vaya a hacer que tu jefe te lo prohíba —y que comience la diversión. Emily dirige su mirada a mí y luego ve a Axel.

—No creo que sea un problema ¿O sí? —menciona Emily. Alissa se cruza de brazos esperando a que yo diga algo. Pero ignoro todo y sigo bebiendo de mi whisky.

—No, no hay ningún problema —responde Axel—. ¿Quieres algo de tomar? —Emily asiente, luego todos se acercan a donde estoy. Alissa se para a mi lado y le pide al bar-tender una copa de vodka.

—Cuando quieras decir algo que se trate de mí, lo haces directamente y no con indirectas —le digo, al momento que me llevo la copa a mi boca. Ella se queda pensando unos segundos.

—No sé por qué no estas histérico y vuelto loco porque tu secretaria está saliendo con Axel, así como lo hiciste cuando creíste que él y yo estábamos saliendo.

—Es la primera vez que salen por lo que sé —no quiero ni siquiera verla, pero es imposible. Su aroma me llama y me hace querer estar cerca de ella.

La miro de reojo y noto que lleva su cabello lacio. Para ser sincero, me gusta más su cabello ondulado. También trae un poco de maquillaje, natural como siempre. Un vestido color gris pegado a su cuerpo. ¡Dios mío! Se le ve hermoso. Esta recargada en la barra y me da la mejor vista a su exquisito y perfecto trasero. Esta mujer tiene el poder de alterarme con sólo verla. Trago saliva.

—Pero lo más extraño, es que usted señor Richardson no ha advertido a Axel de que saliera con mi amiga Emily, que resulta ser su secretaria.

—No lo he hecho por que el muy idiota me lo estaba ocultado hasta este momento, y... eso es algo que no debe importante. Mi pregunta es ahora ¿Dónde está tu querido Max que no lo veo por ningún lado?

—Vendrá, no se preocupe por eso, señor Richardson...

—Conseguí una mesa —dice el tipo que viene con Chelssey, apareciendo de repente.

—¿Vienes? —me pregunta Axel.

—No, yo me quedo aquí.

—Si, es mejor que se quedé aquí. No vaya a hacer que nos contagie su mal humor —menciona Alissa. Toma la copa que le da el bar-tender y se va detrás de él tipo al igual que Emily y su amiga Chelssey. No soporto su adorable carácter.

La Venganza ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora