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Hola a todas, primero que nada les debo una disculpa por la tardanza, eh tenido algunos problemas personales, y eso, mezclado con mi inspiración intermitente me han tenido ocupada, como sea para evitar eso eh decido dejar una semana entera sin actualizar, así podré dedicarme a adelantar unos cuantos capítulos para irlos subiendo mientras sigo escribiendo los demás, así que la siguiente semana no actualizaré en lo absoluto, lo siento, pero después de ello, si todo va bien, publicaré hasta 2 veces por semana.

Y otra cosa, actualice el traje de Ao, este me gusta más 🌸❤️
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el único sonido que se escuchaba en el lugar era el de la respiración pesada y algo agitada de la joven de cabello rosado, la cual mantenía su peso apoyándose en sus rodillas, tratando de normalizar su respiración sin mucho éxito, un muy leve pitido, apenas perceptible, le hizo incorporarse y llevar la mirada hacia la pulsera que se mantenía en su muñeca, tintineando en un intermitente color rojo, haciéndole echar la cabeza para atrás soltando un suspiro frustrado

—tendre que pedirle a Hatsume que aumente el volumen...—murmuro para si misma mientras se dirigía hacia la chaqueta de su uniforme, colocándosela sin cerrarla, dejando a la vista su camiseta de tirantes negra de debajo.

Entro a los vestuarios del gimnasio, sentándose mientras mandaba un mensaje al grupo "Ubicación del pervertido" un grupo en el que estaban todas las chicas y por el cual se informaban de la ubicación del de cabello grumoso, para asegurarse de que no anduviera por ahí fisgoneando en los baños cuando planeaban tomar un baño o cambiarse, había dado mejores resultados de los que esperaban y así se sentían mucho mas seguras, un par de segundos después de avisar que iba a tomar un baño en el gimnasio recibió respuesta aprobatoria, pues el susodicho estaba en la mesa principal con Kaminari, entonces entro a las duchas con total calma.

...

Cansada y  aun con un considerable mareo se dirigio de vuelta hacia los dormitorios pasando antes por la máquina expendedora, comprando una botella de agua y sentándose en la banca cercana a beberla tranquilamente. Soltó un suspiro de alivio al dar un harán trago, calmando así su sed y mirando al cielo con la botella en las manos

—...estoy cerca de lograrlo...solo espera...mama, por favor obsérvame convertirme en la heroina que siempre quise...—pensó para sí misma, cerrando los ojos mientras dejaba que el viento meciera su cabello.

el vibrar acompañado del emergente tono de notificación de su celular le saco de su burbuja, haciéndole sacar dicho pequeño aparato de su bolsillo, leyendo la pantalla emergente con el mensaje en la pantalla

Hatsume Mei

"me acaban de entregar tu traje, deberías venir a verlo"

"también termine los contenedores, ven en cuento tengas un rato libre para acoplarlos a ti"

una sonrisa se formo en su rostro, se levanto rápidamente causando que un fuerte mareo le hiciera sentarse nuevamente, manteniendo los ojos cerrados y sujetándose la cabeza, un par de segundos después se levanto esta vez lentamente, atribuyendo su mareo al levantarse rápidamente y su deshidratación gracias al entrenamiento.

sin mucha prisa camino por los pasillos de la escuela, llegando hasta los talleres del grupo de apoyo

—¿Hatsume?—cuestionó mientras tocaba la puerta, asomándose por la misma con cautela, pues en ese lugar siempre te recibían con una calida explosión, cosa que siempre recuerda a otra cierta persona, o con algo disparado en tu dirección

—¡por aquí fukishima!—exclamo la de orbes ámbar alzando la mano desde detrás de un escritorio lleno de prototipos y bocetos de todo tipo, la fémina se acerco, encontrándose a la del departamento de apoyo sentada de piernas cruzadas, con una caja cerrada delante, la cual usaba como mesa de trabajo—estaba esperándote para abrirla—comento dejando de lado en lo que trabajaba, para concentrarse en la pelirosada que acababa de llegar

—gracias—agradeció mientras se sentaba frente a ella, dejando en medio la caja

—no hay de que—respondió Hatsume retirándose las gafas que usaba por protección, sacando de su bolsillo un cúter y colocándolo sobre la cinta que mantenía cerrada la caja

...

—¿te gusta?—cuestiono la pelirosada de orbes dorados

—me encanta—respondió la de orbes azul-violetáceo al instante, mirándose con una sonrisa frente al espejo de los vestidores—es justo lo que describí

—me alegro—afirmo hatsume, arrodillándose detrás de ella, colocando aquellos cilindros que había pedido antes

—¿como funcionan?—cuestiono mirándole por arriba del hombro, observando como los colocaba, en caso de tener que hacerlo por si misma

—los cilindros estarán llenos de suero, Recobery Girl y yo estamos trabajando en el, debería ser mucho mas eficiente que el suero común o el agua simple, subirá por estos pequeños..—prosiguió mostrándole un par de tubos delgados los cuales subían por su cuerpo hasta la parte interior de sus brazos—...y se conectaran a los brazaletes, hice una pequeña variación se conectaran a ti—concluyo sacando un par de brazaletes color plata, similares al que mantenía, el cual le informaba de su hidratación

—¿vas a inyectarme con eso?—cuestiono temerosa, apartando las manos}

—no dolerá, solo será como un pequeño pellizco, Recobery Girl lo hará, así nos aseguraremos de que llegue a la vena

—b-bien...—murmuro con una pequeña mueca, sin estar del todo convencida—pero ¿estas segura de que funcionara?

—completamente—afirmo la contraria, postrándose orgullosa con las manos en las caderas—tu confía en mi.

dejándose llevar por la seguridad de las palabras de su otra pelirosada compañera se dirigió con la misma hacia la enfermería, donde aun se encontraba Recobery Girl, sentada en su ecritorio rellenando algunos papeles, la pequeña mujer se giro a verlas para recibirlas con una sonrisa, como era usual en ella, le explicaron que ya estaba lista para acoplar aquellas pulseras a su cuerpo y entonces lo hizo, la chica cerro los ojos esperando aquel pequeño pellizco, el cual sintió, pero no fue nada del otro mundo, poco después ya tenia aquellas pulseras en ella

—puedes quitarlas, pero entonces tendremos que cambiar las agujas, las cambiaremos una vez al mes, de ahí en fuera trata de no quitártelas ¿de acuerdo?— cuestiono la anciana habiendo terminado.

...

la pelirosada miro aquellas brillantes y plateadas pulseras, la derecha tenia una franja que brillaba gracias a luz led, de acuerdo a su nivel de hidratación, y en aquel momento era color amarillo, por lo que de inmediato dio otro gran trago a su botella de agua, como le habían dicho, solo sintió un pellizco, nada que no pudiera soportar, además era por un bien mejor, mientras caminaba de vuelta por fin a los dormitorios.

A mi lado [Flores explosivas book #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora