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—Aizawa-sensei se lo ruego, no castigue a Mell o Bakugou, todo esto es culpa mía, solo déjeme explicarle—rogó la fémina de cabello rosado con expresión afligida mientras entrelazaba sus manos frente a su pecho en modo de suplica

—sabes que eso no funciona conmigo, no pierdas tu tiempo—respondió el azabache sin dejar de avanzar—All Might también lo sabe ¿no es asi? que ellos dos sabían...—cuestiono girándose hacia sus tres alumnos, los cuales avanzaban sin rechistar

—s-si...—respondió la pelirosada afirmativamente mientras asentía, causando el chasquear molesto del azabache

—por supuesto que lo sabia, siempre ah sido débil cuando se trata de ti—murmuro en respuesta para si mismo—pero me va a oír...

—parece que no seremos los únicos que saldrán regañados hoy—agrego la fémina de cabellos rojizos soltando un suave suspiro mientras se cruzaba de brazos

—lo siento...—murmuro la pelirosada bajando la mirada

—deja de disculparte idiota—le regaño el cenizo dando un suave golpe en su cabeza—nada de esto es tu culpa así que cállate ya.

—bien...—murmuro Ao accediendo a las exigencias del cenizo.

—Bakugou, tu te quedaras aquí—ordeno el azabache al llegar frente a su oficina, para después girarse hacia el par de féminas—ustedes traigan a All Might, y no se tarden—ordeno a ellas mientras entraba junto al cenizo, cerrando la puerta tras de si con un suave azote

—yo le explicare todo...—afirmo la pelirosada mientras caminaban rumbo a los dormitorios de los profesores, con el fin de cumplir las ordenes de su profesor, la contraria le miro sin detener su andar

—no tienes que, déjame hablar a mi, al fin y al cabo todo esto esta pasando por mi culpa ¿no es así?—cuestiono con obviedad—de cualquier modo tampoco me gusta la idea de que me tengas que proteger, dije lo que dije, me hare responsable por eso—agrego sin dejar responder a la pelirosada—aunque...eso también significaría que...te debo una disculpa...

—c-claro que no, Mell no tienes...

—claro que tengo—interrumpió—...supuestamente entre a Yuuei porque no estaba del todo de acuerdo con los métodos de mi familia, y aun así nada mas enterarme de que tu madre era Scarlet Dreams...

—¿que acabas de decir?—cuestiono una voz fría como firme, la cual helo la sangre de la pelirroja haciéndole parar su andar de golpe y girarse rápidamente hacia el dueño de aquella profunda voz

—P-Papá...—murmuro con un leve tono de temor en su voz, aunque sin demostrarlo en su expresión, la cual mas bien parecía incrédula, aunque sin mostrar rastro alguno de temor, lo cual iba con su carácter.

—esa chica...—murmuro incrédulo acortando la distancia quedando solo un par de pasos delante del par de chicas—Dokutsu...—murmuro con cierto tono molesto en su voz 

—¿que estas haciendo aquí? creí que...

—¿porque esta niña esta viva Mell?—cuestiono el hombre con fría firmeza, pasando por alto las palabras de la misma—si sabes quien es...¿porque sigue respirando?—cuestiono resaltando sus palabras, congelando igualmente a la pelirosada, la cual dio un pequeño paso atrás, haciendo que el hombre clavara su cortante mirada en ella.

—papá por favor...—rogo la pelirroja tratando de intervenir

—cierra la boca—ordeno, devolviendo la mirada hacia ella nuevamente, con la furia ascendiente haciéndose presente en pequeños gestos que solo su primogénita entendía en su rostro—es por esto que no quería que te unieras a este circo de estúpidos

—Papá no es lo que parece, si, es la hija de Scarlet Dreams pero...

—¡Pero nada!—alzo la voz, deteniendo nuevamente las palabras de su hija de golpe y sobresaltándolas a ambas, entonces se giro hacia la pelirosada, la cual se mantenía en silencio en su lugar—voy a acabar el trabajo que debí haber acabado hace mucho tiempo...—murmuro antes de que con una increíble velocidad se lanzara contra ella

—¡Para!—exclamo la pelirroja activando su quirk, haciendo que el rombo que se mantenía en su frente se expandiera a unas marcas que cubrían parte de su rostro como prueba de que estaba usando su mayor energía para saltar y empujar a la pelirosada junto con ella, fuera del estruendoso ataque de su padre, el cual dejo un cráter enorme en el suelo, justo donde la fémina estaba antes parada—por favor, tienes que escucharme...—rogo mientras se levantaba.

—¡¿escucharte?!—cuestiono alzando la voz nuevamente mientras se levantaba igualmente y arreglaba su elegante traje negro, poniéndolo en su lugar y sacudiendo el poco polvo que se había impregnado en el—¡sabes perfectamente lo que hemos trabajado para encontrar a esa desgraciada!—exclamo señalándola—no vendrás tu y tus ideas tontas a arruinarlo ahora...así que apártate...—ordeno firmemente mientras comenzaba a avanzar lentamente hacia ellas

—Mell...hazlo...—susurro la pelirosada en un tono solo audible para ambas mientras igualmente se levantaba, la pelirroja negó

—no voy a hacerlo, no puedes hacerle nada, no sabes en la de problemas que te meterás si le haces daño ahora—trato Mell inútilmente de hacer entrar en razón a su padre.

—no me importa—murmuro lanzándose contra ellas, apartando bruscamente a su hija con un empujón y dirigiendo su puño hacia la pelirosada, la cual dió un salto hacia la derecha, dirección opuesta a donde se encontraba su compañera, quedando así entre ambas el peligroso y molesto hombre.

—estuve esperando este día por mucho tiempo...—murmuro hacia la fémina de cabellos rosados—el día en que por fin te encontrará y pudiera por fin acabar con el legado de esa patética mujer

—no se de qué habla, mi nombre es Ao Fukishima—afirmo alzando la guardia.

—no sirve de nada hacerte la tonta conmigo, cambiar tu apellido no es nada, tienes la imagen de la patética de tu madre plasmada en el rostro—afirmo haciendo que la contraria frunciera inconcientemente el seño, por lo que al notarlo una suave sonrisa se formó en los labios del hombre—exacto...tan solo verte me hace recordarlo...ese fue un buen día, fue tan fácil...ya sabes, acabar con ella, ¿quieres saber cuáles fueron sus últimas palabras?—cuestiono mientras dejaba de lado su postura de combate y se paraba con elegancia con los brazos tras su espalda—"por favor no dañen a mi hija..."—imito con cierta burla

—cierra la boca...—ordeno la contraria con rabia, con la respiración agitada y un vacío en la boca del estómago

—se lo tenía merecido...justo después me encargue por mí mismo de mandarla al infierno

—¡Dije que cierre la boca!—exclamo la pelirosada y con una explosión una enorme cantidad de plantas salieron disparadas tras ella desde la tierra, lanzándose hacia el hombre con rapidez, aunque no sirvió de mucho pues las esquivo rompiendolas con un fuerte golpe que causó una gran ráfaga de viento.

Rápidamente llegó a ella y trato de golpearla, pero la fémina esquivo el golpe y contraataco con una patada circular dirigida hacia su rostro, aunque de poco sirvió pues coloco una mano y la detuvo, para rápidamente tomarla del cuello, levantándola unos cuantos centímetros

—ve el lado bueno, por fin te reuniras con ella—murmuro con suavidad mientras hacía un poco más de presión

—pu...drete—murmuro la pelirosada en respuesta con la poca fuerza que tenía cerrando un ojo con fuerza mientras apretaba con fuerza sus dientes.

Coloco sus manos sobre las del peli-blanco, tratando de apartarlas, pero no podía hacer nada contra el quirk de fuerza que poseía el contrario, por lo que cerró los ojos con fuerza mientras sentía como la fuerza comenzaba a irse de su cuerpo cuando de la nada cayó al suelo de rodillas, manteniéndose con sus brazos, unos pocos segundos después el sonido volvió por lo que sujetándose el cuello y con la respiración pesada alzó la mirada

—Katsuki...—murmuro con un susurro suave y un poco ronco al verlo parado frente a ella con una expresión llena de furia

Más adelante siendo se encontraba el asesino de villanos el cual miraba con la misma rabia al cenizo, ahora con un pequeño hijo de sangre corriendo desde su nariz.






A mi lado [Flores explosivas book #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora