Experimentando sentimientos

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No se preocupen -dijo el profesor Dumbledore, haciendo que ambos dejar de tensar los hombros y soltaran un suspiro- no incumplen con las reglas de la escuela y pueden formalizar su relación aquí. Siempre y cuando tengan notas altas.

Ambos sonrieron, viéndose el uno al otro.

Sabían que podían conservar sus notas altas, ya que ambos eran chicos muy inteligentes y aplicados, tú eras de las pocas brujillas que le hacías competencia a la sabelotodo de Granger. Ella no te caía para nada mal, pero creías que a Draco sí por la forma en como la trataba a ella y a sus otros dos amigos Gryffindor. Más nunca le habías preguntado con exactitud si en verdad les caía mal o sólo era para armar alboroto.

En fin, dejaste tus pensamientos de lado y le sonreíste al Director, le tomaste la mano a Malfoy mientras éste daba las gracias a Dumbledore y salían del despacho.

Al día siguiente, Draco te había esperado en la Sala Común para ir juntos al Gran Comedor y disfrutar del desayuno, juntos por primera vez reconocidos como pareja ante el Director.

Obviamente, el rumor creció muy rápido sobre la escuela, y cuando llegaron al Gran Comedor, todos fijaron sus miradas en ustedes. Aunque no había mucha gente ahí -porque Draco es muy estricto con su hora de despertar, por lo tanto, tú también madrugabas un poco- te sentías un tanto incómoda. Para cualquier rostro de cualquier casa a donde dirigías la mirada, ya estaba observándote. Y ni si quiera se tomaban la molestia de dejar de observarlos cuando te dabas cuenta de su mirada.

Okay, trataste de resignarte. Eran la primera pareja que se reconocía formalmente con el Director y muchos (si no es que todos) tenían curiosidad sobre ello.

Trataste de no voltear más hacia los demás alumnos que estaban ahí, ya que la gran mayoría ya había dejado de observarlos, pero, había una mirada en específico que te estaba quemando la nuca proveniente de la mesa de los Hufflepuff.

*En tus memorias*

Como toda tu estancia en Hogwarts habías sido una amiga muy cercana de Draco, él te contaba muchas cosas que no se animaba a contarle a sus más allegados amigos. No a Pansy, no a Crabbe, no a Goyle, no a nadie. Eras como su diario secreto. Aunque no hablaran mucho ante el alumnado, había ocasiones en las que se quedaban hasta tarde, solos en la Sala Común, Draco hablando sobre sus sentimientos (aunque nadie creería que los tuviera) y tú escuchando atenta. Aunque, había ocasiones en que deseabas que no te tuviera esa confianza. Había ocasiones en que te revelaba el nombre de algunas chicas de diferentes casas, que le coqueteaban. No le decías que estabas celosa de ellas, no le decías ninguna de esas cosas, pues aún sentías que no era el momento de mostrarle tus sentimientos.

Contabas a las chicas que le coqueteaban y cuántas veces lo repetían. Había una chica en específico que había sido persistente en ese aspecto hasta tal punto que Draco había aceptado no una cita ni dos, si no CINCO citas en Hogsmeade con ella y sus relatos sobre aquellas citas no te dejan un buen sabor de boca.

*Fin de tus memorias*

Esa chica era justamente la que estaba quemándote la nuca. La chica de Hufflepuff, Vanessa Smith. Pero ella no miraba hacia tu nuca, sino el rostro de tu ahora novio, Draco.

No quisiste decirle nada Draco hasta encontrar el momento adecuado. Planeabas hablar en la Sala Común, cuando todos se fueran a dormir.

Draco... -hablaste diciendo su nombre-

¿Qué pasa, linda? -te contesta él-

¿Te apetece -ahora preguntando tú- que tuviéramos una charla como las de antes?

Al ver que tenía una cara como que no entendía nada en absoluto.

"Las noches de diario" -dijiste tú con una sonrisa-

Seremos inseparables (Draco y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora