Mismo espacio

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Le tocaste los labios con el dedo índice, indicando que se callara. Y esta vez, uniste sus labios más despacio y más tierno que hace unos instantes.

Draco, para tu mayor satisfacción, sí respondió de buen gusto tal beso.

Pero tenías otra duda en la mente: ¿En Hogwarts aceptaban tener pareja? Bueno, sí habías visto a muchas otras parejas por algunos lados, pero, ¿Será un secreto? ¿Cómo funcionaba eso? ¿Tus padres aceptarían esa relación? Para ellos aún era muy nuevo lo que estudiaras en un colegio diferente al que ellos tenían pensado cuando naciste... Y para poder presentarse hacía los demás alumnos, ¿Primero tendrían que pedir permiso al director para que les dé la autorización? Pensaste todo eso en los diez segundos que duró tal beso. Ni siquiera lo disfrutaste del todo.

Cuando Draco notó que estabas un poco fuera de lugar, se separó lentamente de ti y te miró a los ojos, mientras que al mismo tiempo te preguntaba si había hecho algo mal que llegase a molestarte.

¡Por Merlín! -pensaste- ¿Draco sintiendo que no era suficiente para alguien? ¿Qué estaba pasando hoy?

Al llegar al suelo le comentaste las dudas que te atormentaron mientras pasaba aquel beso. Él te sonrió y sacudió negando con la cabeza ligeramente.

Señorita Felton -comenzó a hablar Draco con ese tono sarcástico que lo caracteriza- no estará diciendo que debemos exponer nuestra relación con el Director Dumbledore, ¿Verdad?

Claro que sí lo estoy diciendo, Malfoy -dijiste en un tono molesto- Quiero una relación que no sea a escondidas o que sea prohibida.

Él sólo sonrió.

Bien -dijo, sin dejar de mostrarte su sonrisa- Si eso es lo que desea mi chica, eso será.

No sabías exactamente cuántos subtonos de rojo existían, pero seguro que el rojo que se te había puesto el rostro, era el rojo más intenso que había. Draco sólo ensanchó más su sonrisa con ese gesto tuyo, para posteriormente envolverte en un abrazo y montarte de nuevo en su escoba para regresar con las serpientes que estaban festejando el triunfo. Eso sí, antes de entrar a la sala común, Draco te aseguró que mañana mismo irían a hablar con el director. Asentiste y dejaste que Draco abriera la sala común para que toda esa multitud esmeralda se les echara encima con un gran estruendo.

Uno a uno, los Slytherin se fueron retirando a sus respectivas habitaciones hasta que quedaron sólo Draco y tú en la inmensa Sala Común. Los dos estaban en un mismo sillón. Draco estaba acostado boca arriba, con la mirada en el techo y ambas manos detrás de su cabeza, y tú sobre de él, boca abajo y con la barbilla en su pecho. Sólo estaban ahí echados, sin musitar palabra alguna. Hasta que Draco le quiso dar fin y tomó tu barbilla con sus manos y te acercó a su boca, quedando una tensión entre ustedes dos. Draco sólo acercó los labios, pero no los unió. Ambos estaban mirándose los labios pero ninguno hacía algún movimiento para acabar con tal tensión.

Seremos inseparables (Draco y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora