Inmediatamente, volteaste hacia el techo, esperando el color de los destellos.
Aunque tardaron un poco en tomar un color, los destellos salieron de un color rojizo.
¿Qué significa el color rojo, entonces? -pregunta Draco y Narcissa sonríe-.
La señorita Felton no está embarazada -dice Narcissa, muy cariñosa, tomándote en un abrazo-.
¿Entonces solamente tuvimos que esperar un par de minutos y nada más? -preguntaste, curiosa-.
Bueno, el efecto te queda un par de horas más -dice Narcissa- pero regularmente la primera predicción es la más acertada, así que cofiaremos en la primera -tratando de tranquilizarse más a ella misma que a ustedes-.
Draco y tú asintieron.
Será mejor que se pongan atuendos más presentables, ya que dentro de poco llegará tu padre, Draco -dice Narcissa en el marco de la puerta dedicándole una sonrisa a su hijo para posteriormente salir de aquella habitación-.
Draco te voltea a ver. Él aún sigue sentado sobre su cama y tú aún sigues parada buscando alguna respuesta en el techo.
Linda -te llama Draco- ¿estás bien? ¿por qué sigues ahí parada?
Si no querías tener un hijo con esa edad, pero, que te dijeran que no lo estabas, de alguna manera se te llenaba la cabeza de conflictos mentales. Ni sabías qué sentir al respecto.
Draco se paró de la cama y caminó hacia a ti y te envolvió en un cálido abrazo, el cual te sacó un par de largas lágrimas. En fin, las secaste con el hombro de Draco antes de que éste de diera cuenta y te concentraste en el abrazo, tanto que cerraste los ojos para poder sentir con cada parte de tu cuerpo que chocaba con el de Draco.
Después de un par de minutos te separaste, dando por terminado el abrazo. Pues sabías que se debían d epreparar para la llegada del Señor Malfoy.
El platinado, a pesar de no estar de acuerdo con que te separaste del abrazo, el porqué lo hiciste sí lo entendió. Por lo que fue a buscar un poco de su ropa para vestirse y dejó que eligieras tu atuendo y él se quedaría en su baño y tú en el resto de la habitación. Quería darte la privacidad de cambiarte a como te sintierad cómoda -siendo que él alguna vez te cambió la pijama-.
Entre las pocas cosas que habías traído contigo, habías traído un vestido blanco dos mangas gruesas de cada lado de los hombros, y se terminaba un poquito arriba de la rodilla. Tenía un encaje por la cintura y se te veía muy bien. Por empezaste a probarte ese atuendo.
Te sentías una princesa con él, y como Draco te trata como una princesa, pensabas que encajabas a la perfección con ese vestido.
Terminaste de cambiarte y de mirarte todas las veces al espejo que creíste necesario si llamaste a Draco para que saliera del baño y se vistiera más como en su habitación.
Tocaste la puerta del baño un par de veces, y como Draco no contestaba, te preocupas te y decidiste abrir la puerta para ver qué le había pasado.
Draco estaba en calzoncillos parado frente al espejo, viéndose fijamente.
¿Soy un galán, eh? -te dice Draco entre divertido y entre diciéndote la verdad-.
Sí que lo eres -respondes tú acercándote a él- pero no te has cambiado y en cualquier instante puede llegar tu padre -le reclamaste-.
Cuando te acercaste con él, al gran espejo donde se reflejaba Draco, el platinado pudo notar tu atuendo y lo bien que te quedaba.
Se volteó para ahora verte a ti y puso una mano sobre tu cintura.
Draco, debes cambiarte -volviste a repetir, pues sí querías besarle, pero no querías que tus suegros se enteraran que Draco tardó en bajar porque lo estabas interrumpiendo.
Draco puso una cara de puchero y volteó a ver las ropas que las había dejado sobre una pequeña mesita.
Es que no me queda el pantalón -susurró Draco tan bajito que ni siquiera lograste entender lo que dijo-.
¿Qué has dicho? -le preguntaste-.
No me queda ese pantalón -dijo aún bajito pero esta vez sí pudiste escucharlo-.
Pues sólo ponte la camisa -dijiste juguetona-.
Draco te sonrió y se puso una camisa a botones blanca con los extremos plateados. Y se acercó a ti para darte un beso, así que le seguiste la corriente, y mientras lo ibas besando, le ibas poniendo el pantalón. Era la primera vez que lo hacías al revés, sólo se los quitabas. Al llegar tus manos a su miembro para poder abrochar el pantalón, Draco se estremeció. Le ignoraste y seguiste abrochado hasta que quedó listo. Terminaste el beso y diste unos pasos hacia atrás para ver el atuendo completo de Draco. Éste tenía una cara de puchero, al parecer no le gusta ese pantalón. Pero de le veía bien. Era un pantalón plateado muy elegante que le acentuaba las largas piernas y su bonito traserito.
Le miraste la cara con ternura y le tomaste la mano para poder bajar al comedor. Al no saber dónde quedaba, pusiste a Draco frente tuyo para que te guiara, todo sin soltarte de la mano.
Al llegar, se ponen de un mismo costado de la mesa. Justo a la derecha de Narcissa. Estaban los tres parados, esperando una señal de la presencia del padre de tu pareja. Narcissa volteó a verlos de reojo y notó que de casualidad, sus atuendos combinaban.
Y era verdad, pues la señora Narcissa aún le preparaba el atuendo a Draco y ella no sabía lo que te ibas a poner tú o si traías algo que combinara. Al parecer, le invadió la ternura a su ser, porque se le pusieron los ojos con un poco de lágrimas, para luego chasquear los dedos para que apareciera un elfo doméstico. Un pequeño ser apareció a un lado de ella y le preguntó que qué era lo que se le ofrecía. Narcissa sólo le dijo "cámara". El pequeño ser volvió a desaparecer y aparecer en menos tiempo del que te tomó a ti parpadear. Narcissa les dijo que se juntaran para fotografiar el momento, así que se dirigieron a la enorme sala y Draco puso su brazo sobre tu cintura y tú pusiste tu brazo detrás de su espalda. Narcissa los fotografió y cuando las estaban viendo, notaron que salía el Señor Malfoy detrás de ustedes.¡Papá! -dijo con euforia Draco-.
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Seremos inseparables (Draco y tú)
FanfictionUna aventura adolescente protagonizada por ti ______ Felton y la serpiente Malfoy. 🚨 Terminada 🚨 Ningún personaje de esta historia me pertenece, sólo juego un poco con ellos.