Parte 9

128 10 2
                                    

Abrió cuidadosamente la puerta y la deslizó suavemente para volverla a cerrar, se acercó a la cama donde se encontraba recostado el inglés, con una posición clásica de dormir boca arriba, no podía ya aguantar ese sentimiento inquietante que lo estaba consumiendo, así que, se abalanzó sobre el inglés, quien despertó del susto, solo para encontrarse al americano sobre él, ello causó una sensación de desconcierto y miedo en el británico.

Inglaterra: América ¿qué tratas de hacer?

América no respondió la pregunta, más bien aprovecho está acción del británico para besarlo con la lengua, mientras hacía ello procedió a sujetar las manos de Inglaterra, las colocó sobre su cabeza, ya con éste accionar apartó sus labios de los del inglés, quien agitado solo atinó a decir: ¡suéltame! ¿qué te ocurre idiota?

América tenía una mirada seria, que lo miraba de modo reprochadora: no ves que ocurre...vas a ser tomado por mí...

Inglaterra: Espera, América deja de bromear.

América: Ya te lo dije, mi amor por ti no es una broma, no te das cuenta de todo lo que hago para que estés a mi lado...

Inglaterra recordando todas las acciones del americano: Yo...lo siento, pensaba que era porque somos...

América (llorando): ¡No lo digas!, la única relación que quiero contigo es la que va a comenzar en está cama.

Inglaterra: Éstas equivocado (intentando moverse) yo no quiero...

América: No tienes opción, eres mío por 30 años ¿recuerdas?, además deseas contar algo de lo que haré a la pequeña reina y así preocuparla.

Inglaterra solo apretó sus labios mientras miraba a un enojado América.

América: ¿Tanto te preocupas por esa niña, que no te importa lo que te haga?

Inglaterra no respondió nada, el americano estaba fuera de sí, agarro la cara del británico y lo comenzó a besar, comenzó a desvestirlo, el inglés intentaba resistir todo lo que podía, pero era obvio que el americano poseía más fuerza que él.

América comenzó a lamer los pezones rosados del inglés, mientras observaba de su posición la cara que hacía este, tratando de no gemir, reprimía su voz, ello lo molestaba, ya que, en su mente cuando poseía al británico, éste gemía de placer y lo mismo debía ser esta primera noche juntos, comenzó a bajar con el recorrido de su lengua, dejando pequeñas marcas en ese cuerpo delgado y pálido, pero hermosamente delicado y suyo sobre todo, paró para besar al inglés, mordió su oreja que estaba roja al igual que su rostro, la habitación que había elegido para el británico era perfecta, la brisa de la ventana levantaba las cortinas reflejando la luna en la recámara, así podía ver a su Inglaterra en esa noche excitado de manera natural, le estampó una marca en el cuello para proceder a detenerse.

Bajo los pantalones del joven de ojos esmeralda, observó que el miembro del inglés estaba erecto y sonrió de manera satisfactoria.

Inglaterra: ¡Detente, no más! No te lo perdonaré... (mientras pequeñas lágrimas caían en su rostro).

América: Mientes, si no avanzó me seguirás tratando como tú hermano, ya no quiero eso.

Inglaterra: !no quiero, no me gusta esto!

América: ¿Entonces como esto (mientras tocaba el pene del inglés) está erecto?

Inglaterra se encontraba sonrojado por ello, el americano comenzó a chupar el pene del inglés, el cual intentaba que parase empujándole, sin mayor éxito.

Inglaterra: América, me vengo...detente...

América no se detuvo y siguió lamiendo al inglés, cuando se corrió en la boca del americano.

Inglaterra solo se quedó sonrojado y tapándose la cara con sus manos.

América: Veo que ya te sientes mejor (sonrió) ahora es mi turno.

Inglaterra: ¿qué?

América alzó los pies del inglés, ensalivo sus dedos de la mano derecha y comenzó a meterle de uno a dos dedos dentro del inglés, lo cual hizo que soltará un gemido por cada vez que se movía dentro de él, lo cual provocaba mayor excitación en el americano, quién no podía soportar más y coloco su pene dentro del británico, comenzando a embestirle una y otra vez, solo para escucharlo gemir reiteradamente, ello era parte de su sueño, solo faltaba mirar al inglés y que ambos se digan lo mucho que se aman para poder cumplir con todas las escenas que se había mentalizado en los más de 100 años que no estuvo tan cerca a él como deseaba desde su independencia.

Mientras estaba dentro del británico y sentía lo cálido que estar dentro del mismo, se acercó a su rostro, lo besaba y le decía - di que me amas, quiero escucharlo.

Inglaterra: Basta idiota, duele...duele...

América enojado porque no era lo que quiso escuchar, siguió embistiendo más y más al inglés - mientes, el sexo conmigo es genial, solo tienes que admitirlo.

Inglaterra solo gemía más y más, ambos estaban sudados y agitados, más el inglés que no aguanto más y cayó desmayado de la fatiga.

América al ver ello, se detuvo y pensó - lo hice genial no ¿Inglaterra?, descuida que te acostumbraras solo a mi cuerpo, como yo al tuyo (sonrió mientras se recostaba al lado del británico).

La fórmula para que te quedes a mi ladoWhere stories live. Discover now