Inglaterra: Escúchame, debemos de...
América: Compré un juego de té.
Inglaterra: Pero si a ti no te gusta el té.
América: Si, pero esa es tu bebida favorita, por eso lo compre.
Inglaterra no pronunció palabra alguna y solo vio como el americano sacaba de un estante de la cocina una loza hermosa de tazas y teteras.
América: ¿Qué te parece?
Inglaterra: Son lindas (sonrojado)
América: Las escogí, porque se parecían a unas que tenías cuando era pequeño.
Inglaterra: Gracias.
América: Vamos a tomar el té y ya hice el pedido para unos postres.
Inglaterra comenzó a preparar todo y ambos compartieron una amena tarde.
Ya en la noche, el británico se fue a su habitación temiendo que el americano pueda ingresar, lo cual hizo, pero solo para acostarse al lado del inglés.
América solo atinó a abrazarlo, le dio un beso en la mejilla y le susurró en el oído de un tembloroso Inglaterra - por hoy me conformo con dormir a tu lado.
Ya con lo poco que descanso el inglés, igual procedió a levantarse a realizar el desayuno.
América se despertó y bajo rumbo a la cocina, saludo al británico dándole un beso en la mejilla - buenos días, debes de despertarme, no te vayas sin decirme algo.
Inglaterra (sonrojado): Levántate solo, ya no eres un niño para que hacer eso.
América: El detalle es que duermo tan bien que no me quiero despertar (sonrió).
Inglaterra se puso más rojo hasta las orejas y no pronunció palabra alguna.
El transcurrir del día se paso entre algunos papeles que ambos firmaron sobre negocios en sus países y un poco de conversación de una película policial que habían visto; el británico pensaba que el día había sido más tranquilo.
Ya en la noche, el americano también fue a la habitación del inglés, pero esta vez lo beso en la boca, a lo que el inglés atinó a tratar de empujarlo sin poder, el americano lo sujetó fuerte de la parte de su cintura apretándolo contra su cuerpo, haciendo que el británico sienta que la parte inferior del americano ya estaba más activa, la expresión de lujuria en su rostro era evidente y más la forma en que besaba al inglés.
Inglaterra trato de emular algunas palabras, pero cuando apenas modulaba una el americano aprovechaba y las callaba con su lengua, era tan apasionado que ambos se quedaban sin respirar por unos momentos, no conforme con esto comenzó a desvestirlo una a una las prendas, al igual que su misma vestimenta, sujeto los brazos del inglés y deslizaba su lengua en cada zona, comenzó a tocar sus pezones de manera más rápida con su lengua.
El inglés gemía, a lo que el americano le decía - me alegra que tu cuerpo ya se éste acostumbrando a mí - a lo que el británico replicó - no lo hace, idiota...
América: Escúchate como gimes de tanta excitación.
Inglaterra: Eso no es cierto, deja de decir eso.
América: Te amo tanto, cuando comprenderás todo lo que siento por ti.
Inglaterra: América, yo... Lo que quieres de mí no puede ser...porque...
América no lo dejo terminar la frase, ya que, ingreso raudamente dentro del británico, por el temor de que las palabras del inglés lo lastimaran.
Inglaterra: Idiota, no lo hagas tan rápido...
América: Descuida, te acostumbraras a todas las cosas que siempre he deseado hacer junto a ti y con tu cuerpo.
Inglaterra: ¿Qué rayos estás pensando?
América solo atinó a sonreír y empezar a moverse dentro del británico, quien gemía una y otra vez, a causa de las estocadas de la joven nación.
La mente del americano estaba embelesado por la expresión de excitación que le causaba al inglés cada estocada, era justo como lo imaginó, no, se decía, es mucho mejor que las fantasías que se había creado por tantos siglos.
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La fórmula para que te quedes a mi lado
FanfictionDespués de su independencia de su protector, América ha decidido retenerlo a cualquier costo.