Parte 16

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Luego de casi 29 años de cumplirse el contrato:
En la oficina de América se presentó un señor de unos 50 años, vestía un sastre elegante con una corbata azul marino que daba juego con el color de sus ojos también azules, estaba sentado en el sillón.
América: ¿Cómo haz estado James?
James: Bien, ya sabes, con Alice y mis hijos a mi lado, todo siempre va a estar bien.
América: Esos niños ya deben estar grandes, aún siguen pareciéndose a Inglaterra y a mí.
James: Son el fiel reflejo de sus padres.
Ambos intercambiaron unas sonrisas.
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Hace 30 años, James Dick era un joven de 22 años, miembro de una familia acomodada y con fuertes lazos políticos, su futuro era evidente: seguir el legado de su padre, un diplomático con cercanía a la personificación de la nación América, el cual había conocido en su época de infante.
A la edad de 8 años, su padre lo llevó a su trabajo, un pequeño de ojos azules y cabellera dorado, cuando América lo conoció pudo apreciar el gran parecido que ambos tenían, él pensaba que ambos eran como dos gotas de agua, a excepción del mechón de su cabellera, sin embargo, notó algo en ese pequeño, una gran fortaleza y ambición de lograr lo que se proponía, ello le encantó al americano, ya que, en ese momento lo que necesitaba era apoyo de personal que le ayuden a lograr su más grande ambición.
Con el pasar de los años, James estudiaba y trabajaba para América, era como ver dos gotas de agua, con diferencias de que no poseía el mechón y los lentes, además del formal estilo que usaba James.
El joven realizó un paseo por la ciudad, cada vez que podía, ello para poder tener una mejor percepción de cómo estaba funcionando, cuando en una parada que hizo a un restaurante de paso, le atendió una hermosa camarera de ojos verdes, ella llevaba puesta el uniforme consistente en un vestido azul con franjas azules y blancas y dos coletas que separaban su larga cabellera de color mostaza similar a las hojas en otoño.
James quedó prendada de la joven con acento que hacía intuir que era londinense, el joven realizaba visitas frecuentes y observaba a la joven atendiendo hasta altas horas de la noche, él ya la había seguido hasta su casa, una serie de departamentos de clase media, ella ocupaba el segundo piso y por la información que había recolectado ella era una inmigrante londinense con sus padres, llegó a la edad de 8 años, su madre falleció cuando tenía 15 años y su padre se encontraba mal de salud en una clínica, ya que, no contaba con el sistema de salud al no ser estadounidense, ella era una joven de 18 años que sólo trabaja de mesera, hacía horas extras, dejó los estudios con excelentes notas.
James: Perfecto, es hora de hablar con Alfred.
El joven se dirigió a la oficina que ocupaba América.
James: América, tengo una propuesta que no vas a poder rechazar.
América: Te escuchó James.
James: Necesito que me ayudes a que se promulgue una ley para que los extranjeros que se casen con americanos cuenten con la visa y todos los beneficios de un ciudadano americano.
América: Sabes que eso es muy arriesgoso, cualquiera podría tratar de casarse de manera ficticia por la visa.
James: Lo sé, pero he estado pensando en la forma de que no sea así, ello te haría ver como una buena nación.
América: ¿Qué gano? Además, que no creo que lo hagas por esa razón.
James: Tienes razón, lo hago porque quiero casarme con una joven extranjera, para ello debo tenerla completamente, por eso necesito esa ley.
América: Ya sabía que algo así había ocurrido.
James: Lo que ganarás, es simple, tengo un amigo en la cámara de comercio londinense, él me ha detallado de la probable declaración en quiebra de Gran Bretaña, quieren un salvavidas, por eso, le mencioné que Alfred es todo un héroe y les ayudaría si aceptan.
América: ¿Que ganaría con prestarles dinero?
James: No conozco a la personificación de Inglaterra, pero él es un caballero, no dejará que su puebla muera, si por el préstamo no pedimos intereses sino una garantía, a tu querido Inglaterra.
América: Tenerlo cerca...hace años que eso no sucede.... Perfecto, te ayudaré con tu asunto y coordina lo mío.
James: Está bien, hoy mismo haré todos los preparativos.

La fórmula para que te quedes a mi ladoWhere stories live. Discover now