Parte 20

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James se hizo cargo de todo el trámite para el sepelio, las condolencias llegaron al hogar de Alice que compartía con James, ella había regresado a la casa, ya que, no podía pensar más de lo que había sucedido con su padre, es en ese momento que llegó América para darle las condolencias, cuando se acercó a ella, se quedó asombrado del gran parecido que tenía con Inglaterra.
América: ¿tú?
Alice: ¿Eres un familiar de James?
América: Eres ...
James: Alfred, te presentó a mi esposa, Alice.
América: Lamento conocerla en estas circunstancias, siento su pérdida.
Alice: Gracias, usted es...
James: Perdón mi amor, él es Alfred un primo lejano de Texas.
Alice: Mucho gusto, Alfred, te pareces mucho a James.
James: Si, eso nos suelen decir, mi amor sube a descansar el día ha sido muy cansado.
Alice: Tienes razón, con permiso.
Mientras la figura de una Alice triste subía las escaleras.
América: Ella y él son iguales, sin duda esto ha pasado por algo.
James: ¿A qué te refieres?
América: Te mostraré una foto de Inglaterra, la personificación de la nación (saca una fotografía de su bolsillo). Ahora creo que me puedes entender.
James: Se parecen bastante, ¿cómo es posible?
América: Tal vez es como una prueba para saber que estaré con Inglaterra después de tantos años, si ella se parece a él, debe de valorar a la familia y sobre todo si la apoyas en estos momentos.
James: Ella es muy delicada aunque parece tener un fuerte carácter, le gusta las cosas del hogar y las flores.
América: Son iguales y por lo visto nosotros también, si formas un hogar con ella,  ten por seguro que ella nunca lo destruiría, trata de envolverla en afecto para que no dude de tus buenas intenciones, su corazón es igual al de Inglaterra.
James: Siempre he sentido que fue el destino quien me junto a ella, creo que con lo que me haz dicho estoy más seguro.
América: Buenas cosas nos van a suceder, más con mi viaje de mañana.
Ya con lo acontecido con Inglaterra y su convivencia con el americano, habían transcurrido dos semanas, sin que Alice mostrará intención de sonreír, ella pensaba que no tenía familia y sobre su situación actual, en la noche cuando llegó James, al verlo comenzó a pensar si debía quedarse o no con él, su apoyo fue sincero en todo este tiempo y los sentimientos que tenía por ella eran fuertes, la inseguridad y el miedo a la soledad, arrastraron a la joven a robar un beso a su esposo, él devolvió ese beso con más pasión, desatando que estuvieran otra noche juntos, James la abrazo toda la noche.
Los días de ambos transcurrían de manera normal como cualquier pareja, un día había ido a visitarlos Alfred, quien al saludar a Alice notó algo extraño, cuando les sirvió a él y James el té, la joven casi se desmayaba, James reaccionó rápido y la cogió antes de que cayera al suelo.
James: ¿Estas bien Alice?, (mientras la cargaba)
Alice: Estoy bien, solo creo que estoy un poco cansada.
Alfred: Creo que van a ampliar su familia.
Alice: Te refieres a que estoy embarazada.
Alfred: Si
James: ¿Pero cómo sabes eso?
Alfred ( acercándose a James): Es un nuevo ciudadano, puedo sentirlos a cada uno.
Alice: ¿Eres doctor?
Alfred: No, es como un presentimiento.
James: Vamos a tener que ir al doctor, quiero que los dos estén bien.
Alice: Creo que es lo correcto, nos acompañas Alfred.
Alfred: Lo siento, tengo que ir con alguien a una cita.
Alice: Oh, buena suerte con ella.
Alfred: La tendré, gracias.
James: Te comunicó cualquier novedad.
Mientras se iban, Alfred pensaba como iban a estar este par con su futuro.
Cuando había transcurrido seis años, al visitarlos ya tenían dos hijos, iguales a él con Inglaterra, el menor, era como el inglés, eso lo animaba, Alice estaba siempre sonriendo con los niños a su lado y James también sonreía.

La fórmula para que te quedes a mi ladoWhere stories live. Discover now