Encuentros

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La cúpula abrió su ventanilla, un grupo de mariposas entro rápidamente por el lugar. Él ya esperaba un invitado especial, no se sorprendió cuando el grupo de mariposas comenzó a despejarse mostrando a un chico de cabellos rubios con un traje parecido al suyo solo que algo menos formal.

-Así que este es el lugar donde solías esconderte... muy lúgubre si quieres mi opinión. – le dijo. Hawk Moth sonrió no porque las palabras del chico fueran un cumplido a su escondite, reconocía que ese niño tenía agallas para estar frente a él.

-Me temo que por cortesía y educación debes decirme tu nombre, puesto que ya conoces él mío.

-Felix.- respondió de forma seca.- dentro de algunos largos años naceré en Alemania.

-Felix, hace poco has dicho que yo quedaría postrado a una silla de ruedas pro culpa de Chat Noir y ladybug, creo tu tienes información valiosa.

-Ah eso... en mi mundo, en el futuro, por culpa de la unión de ambos miraculous quedaras postrado a una silla de ruedas y por dieciséis años fingirás ser el "abuelo" ideal de quien te dejo en tan lamentable estado.

-¿Qué has dicho?- Gabriel no comprendió sus últimas palabras ese chico tenía un algo bastante misterioso.- ¿Abuelo?

-Si no tedas cuenta por ti mismo... no pienso hacer que toda esta diversión que apenas comienza termine rápido.- dijo.- pero puedo darte más información a cambio de un par de cosas.

-¿Qué cosas?

-Como sabes, o naceré hasta dentro de algunos años, y como vengo de Alemania no puedo ir a con mi padre a pedirle asilo sabiendo que aún es un niño centrado en sus estudios, pero tú, puedes hacerlo y entonces te diré el nombre de quien te dejara postrado en esa silla de ruedas.

Gabriel lo pensó, el chico era demasiado astuto y eso le gustaba, internamente esperaba que su hijo Adrián se pareciera un poco a felix y así ser "el hijo ideal"

-Para este momento mocoso, eh aceptado tu condición, ahora ¿Cuál es su nombre?

- Anthophila quien porta el máximo poder pero aun no es consciente de ello y portadora del miraculous de la abeja.

- Anthophila...

Emma caminaba por la ciudad sin rumbo fijo, no tenía a sus padres, sus abuelos no la reconocerían, solo estaba ella sola junto a Beeb, compro una bolsita de nueces en el zoológico, de momento no tenía otro lugar más interesante donde ir.

-Emma estar preocupada no solucionara las cosas.- dijo Beeb, Emma miraba distraída a los cachorros de los tigres jugar con su madre.- ¿Emma?

-Ya no estamos en casa Beeb eso es seguro.- dijo, un par de lágrimas resbalaron de sus hermosos ojos verdes.- y lo peor de todo es que no puedo regresar con mi mamá y disculparme, jamás debí de actuar de esa forma.

-Tenías tus razones Emma, si tan solo hubieras dejado en claro en lugar de salir corriendo.

-¡Es que no puedo!- exclamo interrumpiendo a su kwami.- no puedo decirles que yo se... no, no sé cómo explicarlo, ellos jamás me dijeron que mamá estuvo a punto de morir cuando yo nací, simplemente lo se y ya.

Beeb guardo silencio, no, ella tampoco podía decirle nada, era un don natural en Emma.

-Cuando regresemos, puedes disculparte con tu madre, ella comprenderá.

-Sumado a todo esto, Felix fue poseído por un akuma, tenemos que rescatarlo a él también.- suspiro al mismo tiempo que hacia un lado su flequillo, tenía muchas cosas que pensar y que solucionar.

Dulce Como la MielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora