Cuando Tae-Hyung recapacitó, posó su mano ante JungKook para ayudarlo a levantar. Pero estaba nervioso, tanto como para no saber que hacer.
Agradeció JungKook pero eso no basto. También agarro su mano y sonrió, casi al mismo tiempo que Tae-Hyung.
Al momento del roce, Tae-Hyung estuvo a punto de estremecerse, es una persona demasiado sensible.
Tae-Hyung sintió que tenía el mundo en sus manos. Parte del universo. Sintió que debía protegerlo. Sintió que de algún modo debía estar ahí para no dejar que nada lastimara a JungKook. Jamás había sentido algo así por alguien.
Y sólo observó. Como solía hacer durante al menos 3 años en la escuela. Observó sus manos suaves, sus dedos delgados. Y para más dicha está vez podía tocarlas, podía tener en sus manos las manos de él.
-No es tu culpa, dejame ayudar -Dijo Tae-Hyung con una voz suave y un poco temblorosa.
-Soy Jeon JungKook -Dijo este al momento de levantarse.
-Kim Tae-Hyung, y lo siento -Inclinó rápidamente su cabeza para hacer una pequeña reverencia.
JungKook lo siguió.
-No te preocupes... -Dijo JungKook -Yo estába distraído. -Continuó
Y eso no es sierto. JungKook había tropezado con él aproposito. Quería por fin, saber su nombre.
Tae-Hyung soltó una pequeña risa y sólo acomodo su mochila para luego dirigirse a clases.
-Fue un gusto conocerte -Dijo Tae-Hyung para no oírse tan irritante.
JungKook sólo volteo y siguió su camino mientras Tae-Hyung quedó a mitad del pasillo. Desconcertado. Ansioso. Asustado.
O tal vez normal, quizá cree que inventa tal cosa, tal emoción que siente. Porque quiere negarlo.
Cuando JungKook se esfumó de la vista de Tae-Hyung, sólo sonrió.
Y Tae-Hyung luego de unos pequeños segundos sabía que llegaría tarde a clase.
Así que corrió.
-Perdon -Entro al aula, agitado, haciendo un gran ruido por la puerta.
Su maestro sólo lo miro e indicó que se sentará. Esto hizo Tae-Hyung.
Y justo al momento de hacerlo Tae-Hyung buscó con su mirada a JungKook por la ventana.
Pero no lo logró.
Esa vez no lo vio por ninguna parte puesto que JungKook estaba en el tercer piso de la institución y Tae-Hyung en el primero.
Y aunque parece extraño sonríe. Todo el tiempo posible.
Le cuesta un poco poner atención pero lo hace, y esa vez contestó todas las preguntas que hizo su profesor, con exacta precisión.
Y estaba feliz. Por ambas cosas.
Pero sobre todo porque sabe que JungKook hablo con él. Y es lo que lo tenía atontado. Eso que sintió no se lo explica. Y eso es lo que también invade su mente.
Y aproximadamente pasaron dos minutos cuando lo ayudó. Cuando hablo con él. Dos minutos para llenar de felicidad a Tae-Hyung.
Y aunque no lo supo JungKook también estaba feliz. Esta mirando hacia el cielo. Estaba pensando que Tae-Hyung es la persona más noble del mundo, por más que hizo lo que pudo haber hecho otra persona en ese momento.
Justo era lo que el quería. Justo era con quien quería.
Chocar y caer al piso como en una novela. Y que Tae-Hyung "lo rescatará". Pues así lo pensaba JungKook.
Pero ambos tenían miedo. Pensaron que el otro no sintió nada. Y si que estaban equivocados.
JungKook también sintió esa magia. Sintió que debía estar de algún modo con Tae-Hyung. Y tampoco había sentido algo así por alguien.
Pero al igual que Tae-Hyung intentó olvidar. Evadir el tema. Evadir el sentimiento.
JungKook no solía pensar en clase. Pero esa vez si que lo hace. Y estaba distraído. Y lo único que no quiere es no volverlo a ver.
Volver a tropezar o volver a tocar sus manos. Ese es su único deseo.
Pero de igual forma sabía que estaba mal. No es lo correcto. Tiene novia. Y jamás haría que su familia lo aceptará. Y le aterra. Tiene miedo. Miedo combinado con ese otro sentimiento que no lo entiende.
Y es bastante extraño.
Incluso sabiendo que es un chico. Y eso no puede ser. Esta más que claro que está mal.
JungKook quería, de alguna forma, no sentir nada de eso.
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Al momento de salir, Tae-Hyung quería ir por una malteada. Era un hábito en él. Tomar o comer algo frío luego del instituto. Y que mejor manera que empezar el año así. Con una fresca y sabrosa malteada.
Así que antes de salir agarro dinero de su mochila y lo enterró en el bolsillo de su pantalón. Cuando lo hizo tomo tal maleta y la llevó hasta sus dos hombros.
Se encontraba muy contento y en realidad quería volver a ver a JungKook entre los pasillos de la escuela.
Observó con mucha calma y a veces entrecerrando sus ojos. Pero no lo encontró. Había bastante gente. Bastantes colegiales.
También era un hábito en él. Buscar a JungKook con la mirada. Y no para hablarle. Si no para tan solo saber que esta bien.
Tae-Hyung ya había pasado mucho tiempo allí. Así que para no preocupar a su padre salió corriendo a la heladeria.
Cuando llegó pidió una malteada como tenía planeado y un poco antes de recibirla se sentó en una de las sillas que habían en el establecimiento. Al hacerlo decidió buscar a JungKook en sus redes sociales. Y ahí sí que lo encontró.
No lo había hecho antes por miedo. Quizá JungKook no aceptaba a personas desconocidas.
Y al momento de verlo lo siguió y mando solicitud. Guardo su móvil y recibió la malteada que traía una de las meseras.
Suspiró y sonrió.
Esto de suspirar sólo lo podía causar una persona. Y Tae-Hyung ya está convencido de eso.
Su sonrisa no se esfuma por nada del mundo y menos cuando lo ve en la esquina. Justo a punto de pasar la calle.
Así que pagó lo más rápido posible y decidió armarse de valor para poderle hablar.
Y aún con un nudo en su garganta se acercó.
Y prácticamente se hizo el loco para tropezar con él. Sacó su celular y lo utilizo. Estuvo picandole cualquier bobada mientras tanto. Y con una distancia determinada aceleró el paso. Cuando lo hizo justamente chocaron. De nuevo.
Y esta vez la culpa la tenía Tae-Hyung.
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Sonrisa de Arcoíris || »KookV« || Fanfic [EN EDICIÓN]
Fanfiction~Tae-Hyung~ era el nombre de la persona que con tan solo una sonrisa había cambiado el mundo de JungKook. ~JungKook~ era el nombre del chico que con solo una mirada Tae-Hyung podía viajar a la luna. °°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°...