JungKook subió a su recamara y soltó todas sus cosas. Se tendió en su cama como una manta.
Está confundido. Pero también está en perfecto estado.
Su madre sube y trae con ella unos pastelillos recién horneados para él.
-¿Cómo te fue? -Sonrió ella mientras se acomodaba
-¡increíble! -Respondió Jeon
-Me parece excelente... Cuéntame que pasó
Pero JungKook no iba a hablar. Así que comió uno de esos sabrosos pastelillos e invadió el tema.
-Necesito espacio -Dijo él levantándose. -Haré un trabajo importante para la siguiente semana
¿Y como podía negarse su madre? Los ojos de JungKook clamaban privacidad. Y lo dejó. Sin antes plasmar un beso en su frente.
Y JungKook decidió entrar a sus redes sociales. Encontrándose con la solicitud de Tae-Hyung por delante.
Y las acepto.
De inmediato mando un "Hola" para empezar.
Quiere que le conteste lo más pronto posible pero Tae-Hyung tardó.
Y le preocupa. Le preocupa demasiado. Aunque intenta calmarse. Quizá está ocupado.
Y lo está.
Ahora está limpiando sus heridas. Heridas que de por vida durarán. No se hizo daño así mismo. Pero su padre lastimó su corazón. Así solía hacerlo. Dejaba marcas en su cuerpo. Pero eso a Tae-Hyung no le importaba. Quería que se diera cuenta que es un chico brillante. Quería sentir su cariño. Quería saber que lo apreciaba. Pero eso nunca lo noto. Desde que tiene conciencia lo único que percibe son sus golpes. Y nadie está para ayudarlo. Se siente sólo. Esta sólo.
Y quiere cambiar el mundo. Quiere cambiar sus lágrimas por alegría. Quiere sonreír en vez de maldecir. Es un chico sensible. Y quiere dejar de serlo. Y nadie se da cuenta. Nadie está para notarlo. Y Tae-Hyung quiere llorar. Pero esta vez no lo hace. Pasan minutos y el se encuentra tirado en el piso pensando en si algún día será feliz.
Su padre ya no esta y en verdad quiere salir de ahí. Pero no sabe si llegará tarde o no. Entonces agarro su móvil para acabar con el silencio.
Su canción favorita resonó. Y Tae-Hyung pudo desaparecer un momento de su realidad. Y aunque Tae-Hyung pase la misma canción una y mil veces se siente mejor. Y no quiere dejar de escucharla.
Cuando activa su Wi-Fi se da cuenta de él mensaje de JungKook.
Y lo responde casi al segundo. "Hola"
Y JungKook está jugando un clásico juego de la computadora pero al momento de recibir el mensaje lo leé.
"Gracias por acompañarme hoy"
Respondió.
"No tienes que agradecer. Pero... ¿Porque llorabas?"
JungKook no supo que decir y no vio el mensaje, se desconecto, y siguió jugando, quiere responder, pero no iba a confesar el porqué, y se siente ansioso, quiere que Tae-Hyung sepa que no quería que se fuera, y sólo se aparta de la computadora, no quiere torturarse más así mismo.
Pero Tae-Hyung sonrió. Y quiere recibir otro mensaje de él. Y aunque no sucede. Esta bien. Hizo que se olvidará unos segundos más de lo que había pasado aquel día.
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Tae-Hyung ha tenido un día algo estresado para ser tan solo las 4:20 am. Ha despertado de su profundo sueño, del cual no salía. Y ahora va tarde para la escuela. El día anterior se había quedado dormido muy temprano y no se explica el porqué no despertó a tiempo.
Aún así, es un experto en estar listo en 5 minutos. Y sé apuró. Desayuno, se arreglo, sepillo sus dientes y alistó su mochila en un dos por tres.
Salió lo más rápido posible. E incluso al mismo tiempo que siempre. Y sé alivio.
Espera el autobús en la esquina de su casa. Nunca había pasado tan rápido y para más suerte no hay personas de pie, que incomoden su paso o que lo empujen demasiado.
Pago su boleto y se subió para rápidamente navegar con sus ojos un puesto vacío para acomodarse.
Al momento de encontrarlo se sienta y se relaja un poco.
Le tomó curiosidad mirar a la persona que estaba a su lado. Y lo hizo. Tae-Hyung atentamente observó. Es un chico recostado en su propio brazo en la ventana, con cabello negro tapando parte de su cara, tez blanca y labios delgados. Supo que es JungKook. Traía su mismo uniforme, y jamás olvidaría su rostro marcado tan delicadamente.
¡Que gran sorpresa! Tae-Hyung no se explica cómo fue que dio a parar en el mismo autobús que JungKook. Jamás le había sucedido algo así.
Y de nuevo estaba embobado. Mirándolo. Deseando acariciar su cabello. Deseando rosar de nuevo sus manos. Deseando que despertase. Deseando que supiera que estaba justo a su lado.
Y Tae-Hyung en algún lado de su corazón siente que es el destino, pero su mente insiste en que es una simple casualidad.
Y decide creerlo así.
Lo tiene tan cerca. Puede admirar su belleza. Y quiere recostarse en su hombro. Pero no.
Quiere decirle que siempre había esperado ese momento. El momento en que le pudiera hablar. Y aún más el momento en el que lo tuviera al lado. Pero no.
Y tan sólo quiere correr su cabello lacio y quizás. Tan sólo quizás, poder mirarlo a los ojos y con su mirada hacerle entender que jamás quiere perderlo.
Y en tan poco tiempo. Un día para ser precisos. Supo que es la persona indicada.
En el fondo pensaba en la posibilidad. Tan descabellada, por supuesto. Y quería ignorar. Pero no lograba hacerlo.
No lograba quitar su ojo de encima. No lograba dejar de admirarlo.
Y aunque parece bien, le hace mal. Le hace mal estar cerca de una persona que no puede tener. Porque sabe que lo que está sintiendo está mal. Sabe que no debe ser. Y le preocupa. Le carcome su mente.
Quiere arrancar su pecho, porque siente que va a estallar. Y quiere dejar de temblar.
Tan sólo vive el presente, el ahora. Y por un buen rato olvida todos sus problemas. Sus fantasmas. Sus demonios. Sus heridas.
Todo gracias a JungKook. Que sin saberlo ya ha hecho bastante en la vida de Tae-Hyung.
Y Tae-Hyung se siente agradecido.
Agradecido de lo que está mirando.
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Sonrisa de Arcoíris || »KookV« || Fanfic [EN EDICIÓN]
Fanfiction~Tae-Hyung~ era el nombre de la persona que con tan solo una sonrisa había cambiado el mundo de JungKook. ~JungKook~ era el nombre del chico que con solo una mirada Tae-Hyung podía viajar a la luna. °°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°...