Capítulo 8

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Es bello, el momento más bello que perdurará en la mente de Tae-Hyung.

Es justo ahora.

Admira su rostro, puede verlo a los ojos, sin miedo alguno, sin importarle nada ni nadie, sin tristeza, sin pena, apuntó de correr su cabello oscuro, apuntó de conocer más allá de sus labios.

Y fue ahí, cuando se cortó casi todo el encanto.

-Tae-Hyung yo... yo tengo...

Y él lo entendió. Y ahora está roto, destrozado por dentro. Sabe que algo así iba a pasar, porque entendió que tiene novia. Pero no dejó que terminará.

Lo abrazo. Lo abrazo con más fuerza que nunca. Siente que se va, siente que JungKook se va, y no quiere dejarlo ir, no quiere ser un extraño en su vida luego de esto, le aterra pensar que quizá está confusión que hay en su corazón. Esta confusión que los acercó tanto; ahora los alejé, y tal vez para siempre. Así que lo sostuvo, sostuvo su espalda en sus manos.

Ahora... entre sus brazos y pecho está lo que él más quiere.

Y sentir todo esto, todo este revuelto en su ser. Hace que lloré. Y lo hace silenciosamente, para que JungKook no se de cuenta. Y tiene sus ojos cerrados, para sentir más el calor de su cuerpo. Pero eso claramente no basta, para que sea suyo.

-No importa...

La voz de Tae-Hyung es bastante dolorosa, escucharla provoca angustia, provoca culpa, y eso es lo que siente JungKook en ese instante.

Pero él acomoda sus brazos, para acoger la cabeza y rostro de Tae-Hyung en su pecho.

Y no dijo nada.

Simplemente se enmudecieron los dos.

El dolor impregnó ambos lados de esta historia.

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Tae-Hyung es bastante tierno para la perspectiva de JungKook. Pero con esa misma ternura, lo alejó de él. Término su abrazo y lo empujó con delicadeza para que se apartará.

JungKook está sumido en la culpa. Esta perdiéndose en su mente, que le pregunta a gritos "¡¿Qué hisiste?!".

Tae-Hyung no sabe que fue peor, si abrazarlo, o alejarlo de él.

Se sentó rápidamente en tal húmedo lugar, y sin ser capaz de ver la cara de Jeon, agarro el frasco dónde se hallaba tal líquido. Lo tapó y guardo en su mochila; que no estaba tan lejos de sus manos.

Al verlo JungKook siente que hizo mal. Su cerebro no está procesando correctamente lo sucedido, y ahora está embuelto en sus sentimientos.

Quiere decirle que no se valla, quiere explicarle todo ¿pero cómo?, quiere abrazarlo de nuevo y limpiar esas lágrimas acumuladas. Y no sabe, si Tae-Hyung aceptaría tal cosa.

Tae-Hyung sólo arregla las correas de su maleta alrededor de sus hombros y se levanta.

Mientras lo hace JungKook decide actuar

-Tae-Hyung, no quiero que te vallas.

Es la frase con más necesidad que ha cruzado la boca del menor. Y de esa forma con más dolor igual.

-Puedes salir de aquí. Pero conmigo. -Aclaró, con mucha timidez

Tae-Hyung está dando su primer paso, su primer paso para marchar. Pero tras oír a JungKook decide detenerse. Y escucharlo.

-Está bien -Sorbió su nariz

Esperó a que JungKook lo alcanzará y camino junto a él.

Durante todo el camino hubo silencio por parte de los dos, y la mayor parte del tiempo Tae-Hyung miraba hacia el piso.

Salieron de aquel sitio y prácticamente llegaron a la casa de JungKook sin cruzar palabra.

Jeon rompió el hielo cuando abrió su puerta con las llaves y entró.

-Puedes pasar

Se hizo a un lado para que entrase Tae-Hyung y así fue.

Tae-Hyung se topó con un lugar muy amplio, muy ordenado y limpio, un balcón que rodea la sala; la cocina es de lujo, sus paredes blancas y sus cuadros de pintores famosos le dan un toque único, sus muebles y objetos de valor agregados son muy bellos, y sus cortinas perfectamente planchadas son geniales.

-Puedes instalarte en mi habitación, queda arriba, la alcoba principal es la de mis padres, la mía está en el tercer piso, es una muy amplia. -Sonrío. -Podemos subir cuando quieras.

-M-muchas gracias Jeon, por tu hospitalidad. ¿Puedo sentarme aquí?. -Señaló un sofá lleno de cogines que siente que será increíble si se recuesta allí, ya que se ve muy suave y acogedor.

-Como gustes ¡es tu casa!. Llamaré a mi madre... Le avisaré que estas aquí

JungKook tomo el teléfono y marcó rápidamente el número del nuevo trabajo de su madre, y continuó luego con la extensión. Así llegó hasta la cálida voz de su mamá.

-¡Omma! -Sonrío. -Tengo una noticia

Ella contestó y Tae-Hyung sólo pudo escuchar la voz de JungKook desde lejos.

-¡Si!, estoy con un amigo
-Esta aquí, en casa
-Tranquila; es un buen chico
-Vive cerca
-No lo sé. Se quedará hasta tarde
-Claro, lo haré, te quiero
-Bye.

Así JungKook terminó su conversación y Tae-Hyung lo miró.

-¿Dijo algo malo?... Puedo irme si deseas

-No, no, no. Al contrario. Dijo que comieramos todo lo que quisiéramos y que te podías quedar. No hace falta que te vallas. -Sonrío.

-¿Podemos comer?... -Cuestionó el mayor

-¿Qué deseas? -JungKook imitó la voz de un chef en Francia y eso hizo que Tae-Hyung sonriera

-¡Pavo real! Por favor. -Este también imitó la voz de un degustador reconocido. Y luego río.

-No hay de esa clase de pavo, señor presidente, hay pavo común y corriente -Imito la cara de Tae-Hyung que le causaba mucha risa, y al terminar soltó una carcajada.

Ambos rieron y por un momento olvidaron el último incidente que habían vivido.

-Okey, Okey ¡Enserio! ¿Que quieres?. -JungKook dijo al terminar de reír

-¡Lo que sea! Tengo hambre

Y JungKook serviría en un par de bowl's algo de Kimchi, un licuado de frutas y para terminar, unas galletas de chocolate para cada uno.

Cuando acomodo el comedor llamo a Tae-Hyung, y este fue a comer.

-¡Está delicioso! -Exclamó Tae-Hyung. -¿Tu preparaste esto?

-¡Sip!

-¡Qué gran sazón tienes! -Continúo.

Y todo surgió de esa manera. Casi al borde de la felicidad. JungKook había invertido todo su cariño en lo que preparó, Y Tae-Hyung simplemente disfruta de esto.

Están solos. Nadie los ve, nadie los juzga. Y ambos se sienten bien.

Sonrisa de Arcoíris || »KookV« || Fanfic [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora