JungKook sintió a Tae-Hyung. Y al momento de hacerlo se puso sentimental. No creía que lo había hecho para hablarle si no para burlarse de la torpeza que había cometido más temprano.
Y le dio miedo. Más del que ya tenía. Y bajo su cabeza.
Se paralizó totalmente y sus ganas de llorar se agudizaron. Y cada vez se decía así mismo "Los hombres no lloran, imbécil".
Hasta qué Tae-Hyung decidió romper el silencio.
-¡Oh! No te vi... Disculpame
Antes de terminar su frase, JungKook ya se encontraba hecho pedazos. Ese chico rudo que se mostraba en la escuela se había desmoronado.
-¿JungKook? -Tae-Hyung se hizo frente a él
-Soy yo... -Dijo JungKook. ¿Que haces aquí? -Respondió en un tono serio hacia él.
-Iba camino a casa... ¿Pasa algo?
Tae-Hyung se siente rechazado.
-Estoy bien.
Pero no lo está y Tae-Hyung simplemente lo percibió.
-Dejame ver -Con una mano levantó su delicado rostro
JungKook tenía unas pequeñas lagrimas en sus ojos a punto de salir. Las estaba reteniendo con mucha fuerza.
Y esto destrozó a Tae-Hyung. Verlo de esa manera. Lo hizo sentir culpable. No tenía claro el porqué pero si tenía claro que debía hacer algo.
-JungKook... Dime que te sucedió
Pero JungKook no respondió y quiso alejarse de él.
Cuando Tae-Hyung entendió, no dejó que se fuera.
-Te llevaré a tu casa. -Dijo Tae-Hyung
Se acercó y tomó de su mano aún con el miedo desbordando su cerebro.
-Quiero ayudarte.
Y de la nada sus palabras fueron melodía para los oídos de JungKook. Hacia tiempo no escuchaba algo así.
Y sentir de nuevo sus manos. Es su sueño hecho realidad.
Pero no demostró mucho. Quizá si Tae-Hyung ve que esta bien no pasaría más tiempo con él. Así que siguió en su tónica.
Pero Tae-Hyung no sabía que la alegría de JungKook estaba saltando y dando giros en su corazón.
JungKook agarro una de sus manos con fuerza, y simplemente quiso abrazarlo. Pero no lo hizo.
Tae-Hyung sentía el dolor que le provocaban las manos de JungKook, pero optó por callar. Quería que sacará toda su rabia y tristeza. Entonces sólo se dejó.
Y sé ve mal. Dos chicos a mitad de la calle agarrados de la mano. Eso jamás podía pasar.
Tae-Hyung sentía las miradas de todos clavadas en ellos. Pero no le importó.
Y sé siente bien.
Por primera vez en su vida no le importa lo que los demás piensen de él.
Miró a JungKook. Jamás había pensado que lo tendría tan cerca. Jamás imagino que lo acompañaría hasta su casa. Nunca pasó por su mente.
Ese momento tan increíble. Justo ahí. Los dos. Agarrando su mano. A punto de quebrarse. Su mente estaba trabada. De algún modo no podía pensar con claridad.
Otra vez tenía esa sensación. Ese dolor que le provocaba verlo así también se mezclaba con cariño. Y ese cariño que sentía, hacia que JungKook se volviera un poco más especial en su vida.
Tae-Hyung está enmudecido. Siente el viento rosar sus cabellos. También siente el calor de las manos de JungKook en la suya. Y le provoca secar sus lágrimas. Le provoca hacerlo sentir bien.
Aunque no lo hace.
Pasan algunos minutos, pero sinceramente Tae-Hyung no siente como se le está llendo el tiempo.
-¿Dónde queda tu casa? -Dijo el mayor.
JungKook no dijo nada, pero con una mano señaló que debían pasar la calle de nuevo y Tae-Hyung obedeció de algún modo.
Siguieron así hasta que llegaron a su destino final y JungKook no había alzado su cabeza hasta ahí.
Pero esta vez no es para alejarse. Es para ver de nuevo el rostro de Tae-Hyung.
-Gracias -Y soltó su mano.
Tae-Hyung está confundido. De todo lo que ha pasado. Pero le agrada este preciso momento.
-A ti -Dijo
Y no está seguro de porque respondió de esa manera. Pero aún así sonrió.
Y JungKook pudo ver por segunda vez su sonrisa. Y simplemente es indescriptible para este momento. Lo único que captó en todo el camino fue su corazón. Por primera vez podía sentir como golpeaba su pecho. Y quiso ocultarlo. Sabe muy bien que lo logró.
Y no quiere que Tae-Hyung se aleje. Quiere que ese instante sea eterno.
-¿Ahora como puedo devolverme? -Cuestionó Tae-Hyung
-¿Dónde vives? -Dijo JungKook
-En la calle 53 cerca a la panadería principal del parque Tenues
-Oh, está cerca. -Exclamó. -Entonces sólo tienes que cruzar hasta allá -Señaló.
-Muchas gracias Jeon
-A ti -Sonrio JungKook
Sin darse cuenta sus pequeñas lagrimas habían desaparecido y para la vista de Tae-Hyung este es lo más bello que alguna vez pudo haber captado.
JungKook mantuvo unos segundos en la puerta de su casa esperando que Tae-Hyung se fuera. Y deseando que se demorará.
Y sin darse cuenta ambos estan mirándose el uno al otro. Detallando absolutamente todo.
Pero de la nada el reloj que lleva Tae-Hyung en su muñeca indica que son las dos en punto.
Y esto claramente lo alarma porque sabe que ya tiene un regaño asegurado por parte de su padre.
-Debo irme -Acomodo su maleta y salió corriendo
Pero no quiere ir.
Otra vez tiene miedo.
Pero lo hace. Y forzadamente llega a su casa y abre la puerta principal con mucha precaución y detrás de esta encuentra a su padre bebiendo.
-¿Dónde estabas? -Preguntó sin siquiera dejar de ver la tv.
-Compraba una malteada -Respondió Tae-Hyung con su voz temblorosa
-¿Quieres verme la cara de estúpido? -Dijo su padre con calma pero a punto de estallar
-No lo hago...
-No quiero saber que andas con novios -Gritó
-No tengo a nadie -Dijo Tae-Hyung ya con sus ojos aguados
-¡Callate! No te críe como un marica -Se levantó del sofa dónde se encontraba
Al momento de hacerlo Tae-Hyung tenía claro lo que iba a pasar. Y decidió correr.
Cuando llegó a su habitación rompió en llanto mientras escuchaba los insultos de su padre.
Quería desaparecer.
Hasta imaginó de nuevo sus golpes. La desgracia que le causaba ser un hijo enfermo. El dolor que le provocaba no ser normal.
Los sonidos que él mismo provocaba con su llanto le hacian sentirse pequeño. Y la persona más baja del mundo.
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Sonrisa de Arcoíris || »KookV« || Fanfic [EN EDICIÓN]
Fiksi Penggemar~Tae-Hyung~ era el nombre de la persona que con tan solo una sonrisa había cambiado el mundo de JungKook. ~JungKook~ era el nombre del chico que con solo una mirada Tae-Hyung podía viajar a la luna. °°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°...