CAPITULO EDITADO
Hanbal
Horas más tarde...
Hace varias horas que estoy en la casa de Darla, ya amaneció y toda la hora me levantaba para ver si ella no tenga alguna pesadilla ya que es desesperante para mi verla llorar.
Se que es repentino y rápido, pero mi ángel es todo para mí, es como me enamorara de ella a primera vista.
Por otro lado, tengo la idea de convertirla en mi vieja dama dentro de 4 meses para que ningún presidente o hermano me la quite, conquistare a Darla para que sea mía. Sacudo mis pensamientos al escuchar la voz de mi dulce Ángel.
— Hanbal, ¿qué paso? ¿Por qué no me haces caso? — dice Darla con el ceño fruncido y los brazos cruzados.
Me encanta cuando se enoja, se ve tan tierna.
— Estaba pensando en ti, Ángel — confieso, me volteo para ver y ella se aparta su vista.
— Quiero saber una cosa, Hanbal — dice mirándome sería.
— ¿Qué paso? — digo confundido.
— ¿Por qué yo? ¿Por qué no otra? — interroga y yo trago duro porque no sé qué decirle, me pongo nervioso de repente escucho que tocan la puerta, enseguida me levanto para abrir, miro a un tipo joven con un pai en la mano
— Bienvenido al vecindario espero que le guste mi pie de limón — dice le saco rápido de la mano, le cierro la puerta por la cara, me doy la vuelta y me encuentro con una Darla enojada
— ¿Porque estas así? — pregunto confundido.
— Porque le cerraste por la cara al pobre vecino — me regaña enojada mientras se dirige a la puerta y la abre, el niño esta por marcharse, pero ella le detiene.
— Espera, quiero disculparme por el trato de mi amigo ¿Quieres comer con nosotros el pie que trajiste? — habla comienzo a rodar los ojos y bufo
— Si claro — dice el chico sonriendo decido irme a la sala. El chico llevaba un chaleco de Mc y me sorprendí.
Tengo que tener cuidado con este hombre.
— ¿Qué haces en mi territorio y en la casa de mi chica? — gruño comienza a abrir los ojos con asombro
— Sólo vine a traer pie de limón porque mi vieja dama me obligó — se justifica bufando y con los brazos cruzados
— Si te acercas a ella, te corto las pelotas — susurro amenazando al tipo para que Darla no lo escuche, comienza a asentir temeroso.
Darla llevo el pie a la cocina para poder cortar y compartir. Nos quedamos los dos con un silencio incómodo, escuchamos que Darla viene con los pies y tazas en una bandeja
Minutos después...
Una vez que se vaya el tipo me doy la vuelta para estar enfrente de Darla
— Tu vienes de nuevo conmigo en el Club y no quiero un no por respuesta, ese tipo tenía un chaleco igual al mío y es más peligroso que yo, no te conviene estar sola en este territorio — comento serio y ella se pone pálida comienza a maldecir en otro idioma para que yo no pueda atender
— ¿Sos rusa? — pregunto confundido y ella se tensa.
— Si — dice cortante.
— Anda a buscar tus cosas, no te dejaré sola acá — digo y ella niega con la cabeza varias veces.
Que manera de llevarme la contraria.
— Yo me puedo manejar sola, no hace me falta tu ayuda. Te pido que te retires de mi casa ahora — dice decida mientras que se dirige a la puerta para poder abrirme, me hace una seña de que me vaya. Suspiro y salgo de la casa, agarro mi moto para irme al club.
Horas más tarde...
No quiero que me odie ni nada por el estilo, pero medidas desesperadas requieren de acciones desesperadas. Mi mente nunca dejará de pensar en el peligro en donde estará Darla.
Estoy enfrente de la puerta de Darla, miro mi reloj y bufo son las 4 de la mañana.
No he podido dormir en toda la noche.
Trato de abrir la puerta con un truco que me enseñó Musim, y funciona, me dirijo hacia la habitación de Darla, miro que su puerta está medio abierta, me acerco a ella y toco su mejilla se revuelve en la cama, se da vuelta en el otro extremo de la cama.
Me acuesto en el sofá que tiene en la sala y me duermo.
Darla
Joder este tipo sabe cagar las misiones de las personas. No voy a poder hacer mi trabajo con el en mi camino.
Soy una agente que vino solamente para meter en la cárcel al grupo más peligroso de los Estados Unidos y justo me fui a parar en manos de un presidente de un club, todo el lloriqueo santo fue una actuación, sólo quiero que me deje en paz para poder capturar al presidente de ese club y yo podré ser libre, aunque él me podría ayudar en todo esto.
Me despierto, me voy directo al baño, me ducho y me pongo mi atuendo para la misión cuando empiezo a bajar, me paro directamente y miro al tipo que todavía no sé fue.
Denme paciencia.
Me voy para cambiarme todo lo que me puse para poder levantar sospechas. Me pongo un vestido floreado y me hago unas trenzas, al cambiarme todo, me dirijo a las escaleras y huelo un rico aroma, me encuentro al tipo cocinando, se da la vuelta y me mira sonriendo.
— Te hice tu desayuno — dice mientras pone en el plato unos huevos revueltos con pan tostado, me hace un gesto para que me acerque a comer
— No tenías que hacerme el desayuno — digo tímida
Eres mi Ángel, tengo que hacerlo- dice, sonrío y como un poco del huevo revuelto.
Empieza de nuevo con ese nombre. No me llamo ángel, me llamo Darla.
— Esta muy rico — digo con la boca llena y el me mira mal
— No hables con la boca llena — me riñe y yo ruedo los ojos
— No me ruedes lo ojos — gruñe enojado levanto mis manos como signo de rendición
— Ya tranquilo, Dios que amargado eres — susurro para mí misma, al terminar mi desayuno miro la hora y maldigo porque tengo que estar en la Comandancia hace 1 horas atrás.
— Me tengo que ir — es lo único que digo mientras me levanto y el me mira confuso
¿Dónde tienes que irte? — pregunta con interés.
Que te importa.
— En la policía — respondo sería y el me mira más confuso todavía
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Hanbal (#1 Saga Mc Angele's Kings)
ActionHanbal Duncan, el influyente presidente del club Angeles Kings, llega a una nueva ciudad decidido a expandir su influencia y consolidar su poder en el lugar. Sin embargo, se sorprende al descubrir la presencia de otro club rival en la misma área. En...